// extra 2

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Harry era experto en los peinados, de eso estaba seguro el castaño.

Cuando eran más jóvenes, el ruloso jugaba con su cabello cada vez que se podía pues, aparte que amaba la hermosa cabellera de Louis, le encantaba experimentar con diferentes tipos de cabelleras.

"Quédate quieta, cariño" susurró Harry, tranquilo. Louis lo veía desde el sofá, mirándolo con admiración, amaba verlo así de concentrado.

"Pobre Lucy, lleva sentada media hora, su trasero debe estar aplastado" dió una mirada a la retaguardia de su esposo "como el tuyo"

"Bebé, ¿Estás cómoda?" preguntó el ojiverde a su hija, quien lo vio por medio del espejo, rápidamente asintió con una sonrisa tierna.

Louis se acercó a la oreja de la pequeña nena para susurrarle algo que solo ellos puedan escuchar.

"Si ya te aburriste, dile que quieres cocinar con él, siempre funciona" avisó antes de irse al sofá de nuevo.

Habían adoptado a la preciosa niña hace un año. Era una pequeña de la que quedaron enamorados al instante, sus ojitos verdes, en cuanto Louis los vio, le recordaron al ruloso, y su sonrisita reflejó la de Louis, así que Harry cayó rendido a los pies de la niña.

Louis había tomado más carácter al pasar de los años junto a su esposo mostrando la personalidad pasiva de su esposo. Llevaban bien la versatilidad. Les gustaba y se sentía justo.

Los chicos, con quiénes aún mantenían la amistad duradera y fuerte, habían hecho una fiesta en celebración a la paternidad de los esposos. Todo estaba yendo de la mejor manera.

Estaban encantados con Lucy, la niña realmente era un amor de persona, muy dulce, generosa, solidaria, una buena combinación perfecta de Harry y Louis, una muy buena combinación.

Algo de lo que los padres habían sacado provecho junto a Mark, el pequeño revoltoso, era que todos estaban encantados con Lucy, incluyendo al niño que se quedaba embobado cada vez que veía a la niña. Harry y Louis se dieron cuenta al instante.

Unos días antes.

"Edward, William" saludó el rubio dejando sus juguetes en el suelo, viendo a los mayores.

"Mark" dijeron al unísono, forzando una sonrisa.

"Dejen sus cosas en la mesa de ahí y vayan a hacerme un café, con tres de azúcar" ordenó volviendo a jugar con su carrito "Se pueden ir" avisó cuando vio que no se movían.

"Pues... Harry y yo estamos algo adoloridos, ya sabes, una noche fuerte" contó, con picardía mirando al mayor quien lo codeó sonrojado.

"¿No le querrás pedir a Lucy que vaya por nosotros?" preguntó el ruloso, dejando entrar a la castaña quien miró instantáneamente al pequeño rubio sentado. Éste soltó su carrito de juguete para pararse y acercarse a la menor.

"H-hola" saludó nervioso.

"¿P-por qué le hablas así a m-mis papis?" preguntó sonrojada, nerviosa y triste. Mark abrió sus ojos sorprendido al saber que la niña había escuchado todo.

"Y-yo..."

"Nosotros iremos a la sala, ustedes jueguen" avisó Harry jalando fuertemente a Louis, quien le sacaba la lengua al pequeño.

Ya solos, se sentaron en el frío piso, Mark no había dejado de mirar a la niña, ella jugaba ahora con el carrito de Mark hasta que lo miró, y sonrió.

"Ve a hacerme un café, con tres de azúcar, gracias" pidió la niña, haciendo que su ternura desaparezca. Mark quedó atónito pero no desobedeció.

[...]

Lucy es como Mark lol

Gracias por leer el segundo extra, las amo muchoooooo

k.

wapo ➙ l.sWhere stories live. Discover now