Mis labios dijeron una palabra que jamás un dios había escuchado en su vida y posiblemente mis hermanos no la conocían.

"Te amo"

Lentamente fui perdiendo el conocimiento, hubo un momento en que sentí que ascendía al cielo. A medida que lo iba haciendo, mi cuerpo se calentaba, miré a un lado para darme cuenta como el sol salía lentamente en la medida que me movía por los aires.

Mi padre me había perdonado y mi hermana parecía feliz, pude sentir como unas manos acariciaban mi rostro y escuche un susurro que decía:—Gracias.

No podía oír la voz de mi padre, pero saber que tenía otra vez mis poderes, me llenaba de alegría.

Volvía caer al agua, me reí un poco y vi como la marea me lanzó nuevamente a la costa.

El sol aún seguía iluminando, los habitantes no se atrevían acercarse a mí. Si bien, no se habían adaptado a mi lengua completamente, yo si pude aprender la suya.

El jefe maravillado ante tanto poder me entrega a su hija en casamiento, era una chica bastante bella, sus ojos eran avellanas, su cabello negro y su piel cobriza. Sabía que tenía una gran responsabilidad con la humanidad, así que, decidí crear mi reino en la Tierra.

Así fue como nació Astoria, los escribanos plasmaron la historia en las bibliotecas, los artesanos lo plasmaron en sus manualidades, los niños lo cantaban y uno de esos niños era mi hijo Garnik.

La noticia con los años no se demoró en propagarse acerca del descenso de un dios sobre la Tierra.Personas de reinos vecinos buscando hacer la tregua con Astoria decidieron darme en casamiento a sus hijas.

Mi primera esposa, Ava, parecía no tomarse la noticia muy bien, por lo que, conocí un nuevo sentimiento en el hombre...Los celos.

Este reino que venía del norte tenía rasgos muy diferentes a estas personas que conocí, sus ojos eran excesivamente claros, su piel clara al igual que su cabello.

Sin embargo no poseían un nivel intelectual tan avanzado como los astorianos, decidí llamarlos, el pueblo del rayo (Blesk), quiénes eran bastante impulsivos a la hora de pelear.

Mis escribas le enseñaron la lengua Astoriana o como fueron denominado por mi gente"el lenguaje de los dioses",crearon su propia escritura autóctona a los pocos años.

El nacimiento de mi segunda hija, Morgana, me hizo concederle un don y una habilidad como hice con mi primer hijo Garnik.

Su habilidad con el rayo era excepcional, su inteligencia era envidiada por el mejor de todos mis sabios e igual de bella que su madre Freya.

Los rumores se siguieron propagando en reinos aún más lejanos a través de los años y así me fui llenando de esposas e hijos.

El hijo de mi tercera esposa, Miya, provenía de un pueblo nómada bastante pacífico y religioso. Por lo tanto, le dí a Erwin el don de la Astucia y la habilidad de manejar el agua. 

Él era bastante opuesto a Garnik quién podía ser algo explosivo e iracundo gracias al fuego que había en este. Mi hija Rowena era la más bella de todas mis hijas, provenía del pueblo Sayf, el cual se caracterizaba por ganar siempre la guerra a través de la estrategia y construcción de armas.

Ante la falta de amor decidí darle ese don que había aprendido de la humanidad y le concedí la habilidad prodigio de poder controlar el metal a su gusto.Al mismo tiempo, tuve a mi hijo Cedric con Sundar, perteneciente al pueblo Hava, quienes eran atrapados fácilmente por ser poco ágiles.

Cedric se convirtió en la persona más rápida conocida en los siete reinos con la habilidad de controlar el aire a su gusto. Kendra y Eileen quienes se llevan tres años de diferencia, siendo Eileen el último de mis hijos y quién más se parece físicamente a mí.

La madre de Kendra, Ilanga, provenía de un pueblo del sur llamado Inzikuni (Madera), quienes se dedicaba a la construcción de barcos de guerra.

La madre de Eileen, Zoe, provenía de un pueblo del mediterráneo, llamado Ares quiénes podían ser bastante sádicos con sus prisioneros. A la primera le dí precisión y la habilidad de controlar la madera siendo una con la naturaleza y al último la habilidad de controlarla tierra junto con la compasión.

Ahora han pasado unos treinta años desde la primera vez que llegué aquí y siento que pierdo mi energía vital lentamente. Mi hijo Eileen de nueve años, me toma de la mano, puedo ver que los otros van llegando paulatinamente.

Garnik ya es todo un hombre con treinta años, sus ojos me reflejan su dolor, aunque el resto de su cara me diga lo contrario.

Morgana de veintitrés años se me lanza rápidamente y con lágrimas en los ojos me dice:—Padre...

Rowena y Cedric de dieciocho años llegan junto con Erwin de veinte años, Kendra de doce años estaba en la puerta al sentir algo de vergüenzaen querer entrar.

Lancé un leve suspiro y tenía un gran temor en mi corazón, ya que,conocía las razones...











Los niños del sol [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora