Veinte días

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Flor paró de correr para sentarse en uno de los bancos de la plaza. A esa altura, ya estaba bastante agitada. Hacía mucho que no realizaba actividad física, ese tipo de actividad física, recordaba ahora. Tal vez no había sido la mejor idea salir a correr con Jazmín. Primero, porque ella claramente no había perdido dicha costumbre y a Flor le costaba seguirle el paso. Y segundo, porque claro que Jazmín era de esas personas que salía acorrer con calzas apretadas y top, dejando expuesta un montón de piel y de curvas y a Flor se le hacía muy fácil desconcentrarse.

"¿Qué pasa?" le preguntó Jazmín, tras haber retrocedido hasta donde Flor estaba sentada. Mientras hablaba, seguía trotando en su lugar.

Ahora que lo pensaba, Jazmín podría muy bien salir a correr con Lucía. Las dos manejaban el mismo tipo de intensidad.

"¿Qué es lo que no te cierra de la propuesta?" respondió Flor con una pregunta propia.

"No sé si es la mejor de las ideas para este momento".

Flor suspiró, entre molesta y con ganas de seguir mirando a Jaz así, toda transpirada. Después del almuerzo con su madre, la semana de Flor había arrancado temprano con una reunión de las cinco hermanas. Virginia había planteado el tema de las vacaciones de Javo, que empezaban la semana próxima. El problema en cuestión era que si bien todas lo sabían, se habían atrasado con la búsqueda de un reemplazante para esos veinte días sin Javo. Sus asistentes no estaban a la altura de quedarse a cargo de la cocina, por lo que debían buscar una solución de inmediato.

Había sido entonces Carla quien había sugerido el nombre de Jazmín. Recordando haberla encontrado con Flor hacía unos días, le había preguntado si estaba trabajando en algún lado. Flor había dicho que no, y a Carla le había parecido la solución perfecta. Porque Jazmín ya conocía el hotel, y las conocía a ellas, y todas sabían que Jazmín era muy capaz. Pero habían pasado dos días desde que Flor se lo había propuesto, y Jazmín todavía no se había decidido.

"Explicame bien por qué pensás eso. Porque de verdad no entiendo".

Jaz se corrió el flequillo de la cara y dejó de correr para sentarse a su lado. "Quiero evitarte momentos incómodos", dijo finalmente. "Ahora que estamos... ahora que pasa entre nosotras lo que está pasando, no quiero que se den situaciones confusas". Flor había notado, en los últimos días, que Jazmín evitaba ponerle una etiqueta a lo que sucedía entre ellas. Flor también lo hacía, claro. Pensaba que Jazmín no iba a decir nada sin antes charlarlo con ella, y esa charla no se iba dar hasta que Flor no mostrara interés en empezarla. De todas maneras, eso era otro tema.

"¿Qué, pensás que no voy a poder aguantarme?" le preguntó con picardía, bajando la voz. Jazmín la miró como siempre lo hacía antes de besarla, pero Flor sabía que no lo iba a hacer.

"No es eso. Es que vamos a estar todo el día juntas en un lugar donde esta todo el tiempo gente yendo y viniendo. Tus hermanas. Los chicos".

Flor suponía que Jaz tenía cierto grado de razón en lo que decía. Sin embargo, igual no le parecía suficiente como para que rechazara el trabajo. "Tenés razón", admitió, "pero somos adultas. Y vos estás muerta de aburrimiento en casa. Te va a hacer bien".

"Eso es verdad. Y son veinte días nada más", reflexionó. "Y estoy segurísima de que te vas a poder aguantar veinte días sin darme ni un beso durante todo el día. No tengo dudas", concluyó, guiñándole un ojo y parándose para retomar la marcha.

*****

Día 1

El hotel era un caos. No debería haber sido una sorpresa para Jazmín, pero igual no esperaba un recibimiento así. Se pasó toda la mañana cocinando para una cena empresarial que las Estrellas habían reservado a último momento, mientras le daba indicaciones a Pablo y Alejando (o Pablo y Ariel, ya era demasiado tarde para volver a preguntar). Los chicos estaban todavía un poco verdes, pero sabían cómo seguir instrucciones, y eso era suficiente para ella ahora.

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