— Lo siento hyung, yo no puedo. — Dijo mirando de frente al contrario. Los ojos de Daehyun se opacaron en aquella calurosa noche.

Y aunque su corazón dolió, Daehyun volvió a sonreír, sus ojos ardieron amenazando con derramar alguna que otra lágrima pero así no lo hizo, intentó mantenerse fuerte y aceptar el no por respuesta que el otro le había dado.

Porque Daehyun no lo comprendió del todo bien, le faltaba ese pequeño dato de que Jongup le correspondía pero las palabras de Himchan habían calado profundo en sus decisiones, y por ese antecedente restante, el mayor asumía que Jongup no sentía lo mismo hacia él, que quizá ni siquiera se fijaba en hombres y aunque se fijara en ellos ¿por qué justo debía verlo a él?

Daehyun se volvió a sentir pequeño, porque ese joven frente a él podía aplastarlo de tal manera, solo con rechazar sus emociones.

— Entiendo, espero que esto no perjudique nuestra amistad ¿verdad? — De ser así Daehyun se sentiría culpable, incluso se sentiría mal por no haber escuchado a su hyung y la advertencia de éste.

— Eso nunca hyung — Jongup se apresuró a decir, él tampoco quería que nada se modifique, por eso estaba escondiendo hasta sus propios sentimientos. —. Yo no quiero que nada cambie, es mejor que todo siga igual para no dañar a los demás, sigamos siendo amigos. — Jongup le regaló una sonrisa, tan dolorosa que la ceguera de su propio dolor no le permitió verla en Daehyun.

El mayor tragó saliva bajando su rostro, lo que le importaba a Jongup eran los demás según él, entonces eso quería decir acaso que ¿el menor ya no le miraría como antes pero se esforzaría para no lastimar a todos? Cuán equivocado estaba sin percibir en realidad las palabras de Jongup.

— Sí, claro, lo demás — Carraspeó su garganta y rascó su nuca demostrando incomodidad, su pie jugó en la vereda meneándose de un lado a otro. —. Supe que estabas triste y quise animarte, pero creo que terminé empeorando las cosas, siento ser un mal hyung — Confesó con una apenada sonrisa. —. Mejor te acompaño al departamento. Cuidaré de ti.

Jongup asintió, para él aquello había sido la forma en la que Daehyun le decía que aceptaba su decisión y que aunque ambos se quisieran se mantendrían como siempre para no dañar a nadie con sus decisiones.

— Gracias hyung.

«Gracias por entenderme, lamento no ser tan valiente como tú»

Pero lejos estaba Daehyun de comprenderlo en verdad.

Daehyun se había desplazado en taxi hasta el pequeño restaurante, por lo que a la vuelta compartió el vehículo con Jongup hasta el apartamento del menor, luego de despedirse de éste siguió en el taxi hasta el propio.

Jongup miró el auto alejarse, de nuevo el vacío se generaba en su pecho, como si cada vez que Daehyun se alejase de él una parte se desprendiera de su interior y le faltase hasta que de nuevo se encontrase con él. Mordió sus labios bajando su rostro al suelo, si bien antes de salir se había sentido abatido ahora la sensación de tristeza ya no era tan grande, porque a pesar de todo Daehyun le quería y eso en cierta forma le hacía feliz, aunque no pudiera disfrutar de su amor en plenitud, al menos era correspondido.

Con aquel pensamiento subió hasta su hogar, éste estaba vacío, tanto Himchan como Youngjae aún no llegaban. Con pesadez arrastró sus pies hasta el sofá y se sentó en éste, encendió la tele y miró sin observar las figuras que en ésta salían.

Pasadas las doce de la noche los mayores llegaron, le despertó el ruido de la llave de la puerta abriéndose paso y fuertes las voces que sin cuidado alguno conversaban de algo que parecía divertido. Jongup se estiró en el sofá abriendo sus ojos, elevando sus brazos, lo último que recordaba era estar viendo una película subtitulada y ya luego el final de ésta se había perdido en un sueño profundo.

Never give UpWhere stories live. Discover now