𝑺𝒊𝒏 𝒕𝒊... ☾︎𝐽𝑜𝑒𝑟𝑖𝑐𝑘☽︎

P a r t e n ú m e r o u n o

Este fragmento es parte de el libro "Los ojos de mi princesa" de Carlos Cuauhtémoc Sanches y me gustó para adaptado a Joerick jsjsjsjs.

           
Durante varias noches he tenido pesadillas.
Despierto sudando. Luego vuelvo a dormirme y los malos sueños se repiten. No puedo soportarlo. Visualizo que en los sótanos de tu casa hay catacumbas de tortura. Veo a toda tu familia maldecida con una enfermedad progresiva que los hace sufrir a cada minuto. Como los Usher de Allan Poe, no pueden ver la luz ni escuchar ruidos. Los sentidos de cada uno se han sensibilizado a tal punto que cuando los insectos pisan, ustedes oyen golpes terribles, y ante el rose de la seda más suave, lloran de dolor. El sueño es recurrente. He visto a tu madre en silla de ruedas, encerrada en la más absoluta oscuridad para no ser quemada por los rayos de luz, y a tu padre gritando con desesperación por los dolores de cabeza. También te veo a ti, Erick, deambulando por tu casa como un muerto andante, ojeroso y lleno de amargura.
Por eso ya no duermo. Prefiero permanecer despierto y escribir. Mamá parece muy preocupada por mi salud, pero yo le digo que todo está bien.
Príncipe, quiero alejar de mi mente todos los pensamientos que te ensucien.
Estoy sentado en la más romántica banca de la escuela. Detrás de ella se forma un arroyuelo sobre el que los pajarillos brincan de un lado a otro a la sombra de un enorme eucalipto.
Levanto la cara y te veo a lo lejos. Erick. Estás ahí, fuera de las aulas.
La escuela ha regresado a la normalidad después de la pelea colectiva que ocurrió la semana pasada, tú también pareces más tranquilo. Has vuelto a ser el mismo chico enigmático y bello que fue conmigo por el libro.

---

Corro hacia ti. Paso la esquina del edificio y disminuyo la marcha. Vas hacia mi banca preferida. No hay descanso; deberías de estar en clase de educación física. Tus compañeros juegan básquetbol, bastante lejos. Tomas asiento ensimismado en tus pensamientos. Ves fijamente hacia un punto, en señal de que no ves nada en especial y comes con lentitud las frituras que sostienes en la mano. Estás peinado de una forma extraña. Con el cabello recogido en una pequeña coleta hacia atrás, como si hubieses querido parecer diferente sin dejar de ser tú.
A la hora de deportes, deberías de usar tenis y pants, pero en cambio traes pantalón de mezclilla y zapatos de vestir. Camino hacia ti con cautela. Al verme, te pones de pie. Tu tranquilidad se ha esfumado. Guardas en el morral tu bolsa de papas y te volteas de espaldas, simulando que arreglas tus útiles.
Me muevo despacio. Tomo asiento en la banca frente a ti. Estás parado a unos centímetros de distancia, pero no me diriges la vista. Sabes quién soy.

"Hola" susurro" te ves muy lindo con ese peinado"

"Gracias"

"¿Aceptarías platicar un rato conmigo?"

"No. Estaba a punto de irme. Tengo clase de educación física"

"¿Con esa ropa? Además, ¿no te parece que ya es un poco tarde? Sé sincero, Erick. No entrarás a tu clase o sino ya estuvieras ahí."

Te queda callado.

"Voy a estudiar química. Al rato tengo examen"

"Hace muchos días que no te veo. ¿Dónde has andado? ¿Aún te permiten estar en la escuela con tantas faltas?

"Si. Tengo que ponerme al corriente. Por eso me harán exámenes extra"

"¿Te parece si estudiamos juntos?"

Trata saliva. No me miras. Pareces nervioso.

"Puede ser..."

"¿Por qué no te sientas?"

"Quiero acabar con esto pronto"

¿Acabar dices? Y yo quiero empezar.

"Me desesperas -te digo con suavidad- cuando cambias tan bruscamente de actitud. Aunque me gustas y te quiero, hay momentos en los que no sé qué pensar de ti."