El dia siguiente

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Martina

Son las 8 y media. Lo menos que quiero es levantarme e ir al colegio después de la cena de ayer.  Además hoy toca literatura asi que tendría que ver a Bobby si o si. Aún no me explico lo que pasó en la piscina ¿Como una persona que representa todo lo que odio puede atraerme tanto?

El día trascurría con normalidad y aunque sabía que en clase me encontraría con él agradecía no haberlo visto aún.

Paseaba con Caitlin por el pasillo riéndonos del profesor de historia cuando de repente pasó por mi lado. Solo verlo me dejó sin aliento. Con tan solo unos tejanos que le quedaban como un guante y una simple camiseta blanca hacía que todo el mundo se girara para mirarlo. Además lleva esa  estúpida chaqueta roja del equipo de rugby que yo encontraba tan absurda pero que le quedaba tan tan tan bien.

Y de repente, otra vez, esa descarga eléctrica recorrió  mi cuerpo cuando nuestros ojos se encontraron. Me tendría que estar volviendo loca..

-Martina, MARTIINA!!- me gritó Caitlin porque al parecer estaba tan absorta en el que ni siquiera estaba escuchando lo que me decía.

-Dime dime.

De repente una nueva mirada apareció en los ojos de mi amiga

-¡Dios mio! ¡ tú no, Martina!-- Dios me había pillado.

-¿Que?-- La mejor solución era hacerme la tonta.

-No te hagas, he visto como le mirabas.. y como te miraba él.

-¿Quien? ¿Bobby? ¿Bobby bobo? No digas tonterías Caitlin...

Ella no parecía muy sorprendida pero no sacó de nuevo el tema.

Miré mi reloj, las 10:55, en cinco minutos comenzaría la clase de literatura...

Bobby

Detestestaba como Martina había provocado que odiara literatura, había convertido lo mejor de este instituto en lo peor. No me puedo controlar cuando estoy con ella y no sé el porqué; hay  como mil chicas en este instituto y muchas de ellas son mucho más guapas y más su estilo que ella... Dios si su novia era la chica más sexy del instituto...

Sin embargo, al entrar en la clase ya no opino lo mismo. Veo a Martina con su pelo suelto ondulado y me acuerdo de como se enredaba entre mis dedos ayer, está sonriendo hablando con la chica de delante y pienso que nunca había visto una risa tan verdadera, tan sexy.

-Hola

-emm.. Hola.

La clase comienza y el profesor nos reparte una libretas azules en las que escribiremos como si fueran diarios. Es una costumbre de Mcklie hacer eso y me encanta. Ahí escribo todo lo que se me pasa por la cabeza: poemas, reflexiones...  Mcklie las lee y te puntúa.

-Esto.. dentro de poco tenemos que entregar el primer trabajo- me dice Martina. Es la primeraa vez que se comporta con cierta timidez, parece muy dulce.

-¿Y?

- Tendríamos que quedar para ya sabes, hacerlo.

- ¿Hacerlo?--digo acercándome a ella-- ¿Quieres hacerlo?

-Argg... Eres asqueroso.¿ Lo sabías?

-SÍ. Pero puedo serlo más si quieres.

-Más quisieras...

-Más quisieras tú, monada.

Martina

Doy gracias a Dios, la clase por fin ha terminado y he quedado con Bobby mañana en la biblioteca para acabar el trabajo. No creo que ni siquiera se le haya pasado por la cabeza la idea de hacer el trabajo en su casa ya que no soy tonta, sé como me miraba su madre, como me juzgaba por algo que ni siquiera era culpa mía, ser una hija ilegítima.

Tampoco era culpa de mi madre por lo que decidí llamarla por teléfono... Fue una tarde larguisima en la que los reproches dieron paso a las lagrimas y las lágrimas a las sonrisas. Le dije lo mucho que la echaba de menos, que la entendía y que había comenzado a apreciar a Jude.

Esa noche dormí mejor que nunca sabiendo que todo estaba bien con mi madre.

Bobby

No podía dormir y la única culpable era ella, así que me desfogué escribiendo en el diario de literatura hasta que conseguí dormirme.

DÉJATE LLEVARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora