Capítulo 3

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Ambos se lanzaron al vacío, esperando poderse sujetar a tiempo. Los brazos de Lynn flaqueaban, haciéndola balancear al borde del precipicio. Todos los  pasajeros buscaban desesperadamente alcanzar la parte superior del vagón. En eso, un estrepitoso estruendo, derrumbó la parte lateral. De ella, emergió el insano muchacho; portando en su mirar una bestialidad incontrolable.

—Sube —ordenó Julián. Y tomándola de las piernas, la alzó para ponerla a salvo.

Los otros pasajeros se hallaban en un estado de horror, asustados cuales niños ante la desgracia. Seguramente, también marcados con la orfandad. Lynn, sin embargo, no quería dejar que él solo se enfrentará a aquel caos. Más por orgullo, que por gratitud.

El muchacho ya estaba alcanzando los talones de Julián, tirando hacia abajo para hacerlo caer. Ella estiró su mano, para evitarlo. No obstante, esto no sucedió. Formando un arco con el simple movimiento de sus manos, y ante el desconcierto de muchos, una muchacha atinó a dejar caer sobre el poseído, una dolorosa lluvia de flechazos que lo quemaron al contacto con la piel. Lynn aprovechó esto para lanzarle un golpe, y ayudar a su compañero a llegar a salvo al tejado.

—¿Qué fue eso, Artemis?—preguntó una niña más pequeña, al lado de la arquera.

—Una invocación—respondió Julián.

Mirando a su alrededor, Lynn preguntó—. ¿Es que acaso no hay presente alguno que conozca su verdadera naturaleza?

Un silencio sepulcral confirmó sus sospechas. Hasta que un chico mayor, salió de entre el grupo de jóvenes que se había agrupado para soportar el intenso frío. Sus cabellos rojizos, tan característicos de la zona y su mirada calmada, le recordaban a un antiguo compañero suyo.

—Somos muy pocos —anunció, haciendo un ademán —. Los padres de la mayoría aquí presente, prefirieron  engañar a sus hijos. Algunos de ellos, ni siquiera tuvieron la oportunidad de decirles adiós.

—Por sus errores, tenemos una maldición.

—Tu ignorancia es enorme, Julián —recriminó el pelirrojo—. Ellos tampoco lo eligieron así, y lo poco que fueron descubriendo, se nos fue ocultado por nuestro bien.

—Solo unirnos a los clanes, nos protegerá del peligro; de esos endemoniados espectros, y hasta de nosotros mismos —afirmó una rubia. Julián mostró una mueca de desagrado, y la joven se volteó hacia él—. Desconozco los motivos que tienes para aparecerte por aquí. Pero después de haber huido de ellos por tanto tiempo; al final, tu presencia me da la razón.

—No estoy entrando por libre albedrío.

—Traidores, conspiradores —susurraron algunas voces.

Los pasajeros ya habían empezado a bajar al vagón, seguidos por el pelirrojo que tanto parecía saber. Al descender, manejando su equilibro hasta límites  inimaginables, Lynn y Julián pudieron sentir como voces, apenas audibles pero infestadas de veneno, ensuciaban sus nombres y miradas desenvainadas, se posaban en ellos, con cierto rechazo. Ella sintió un amargo resquemor; había ya sido apartada hacía tiempo atrás, y  ahora, con aquellos de su propia raza, tampoco podría hallar tranquilidad. Julián por su parte, no parecía afectado en lo más mínimo. Y eso, la hizo recordar que las lágrimas eran algo muy mundano para sí misma. Ella era impenetrable y así debía permanecer.

—¿Sabes que dones podemos manejar?—inquirió Lynn, de repente.

Él, desconcertado, le hizo una señal para que se acercara—. ¿Ahora te interesa? Pues no hay mucho que te pueda enseñar.

—Ya veo —continuó ella—. Por eso estamos yendo hacia allá; para que ellos hagan lo que tú no puedes —tomó su barbilla y la apretó—. Decirme cómo beneficiarme de la maldición caída sobre mí.

—Vamos a un lugar donde hay más como nosotros—respondió tranquilo—. Cuando lleguemos se nos pondrá a las órdenes de un jefe incapaz—tomó con fuerza su brazo, atrapándolo—. Seremos esclavos de nuestra propia raza, o peor que eso, ignorantes que veneran una falsa protección.

—Te equivocas, Julián—exclamó el pelirrojo. Había aparecido de la nada—. Nosotros podemos elegir cuál será nuestro camino, si pertenecer a una comunidad o deambular como lobos solitarios. Y ya suelta a la pobre muchacha, ¿quieres?—este obedeció.

—El problema, estimado Edwin, es que simplemente, no hay ninguno del que quiera formar parte. Ninguno que se preocupe por el bien común, ninguno que te diga el nivel al que puedes llegar.

—Soy consciente de ello, y estoy dispuesto a tomar ese riesgo.

—Pues yo no —bramó Lynn, quien estaba asombrada por el coraje con el que su acompañante respondía—. ¿Me has traído acá aun sabiendo todo eso?

—Se lo prometí a Carolina—declaró, dejándola anonadada, como nunca en su vida. El vagón comenzó a detenerse en medio de un llano paraje; oculto entre maleza y algunos árboles frondosos.

«Jamás lo mencionó»

Un caos inmenso se detonaba después de esa confesión. Mas en ese momento, otra debía ser su prioridad. Descendiendo por una colina, miles de hombres; con ropas oscuras como la noche, se situaron frente a una monumental roca y ante ella, profirieron un grito de guerra. Entre el bullicio, una mano se levantó y ordenó que se haga silencio.

—¡Bienvenidos, hijos de Danu!—hablo un vocero; al lado de su señor. Cada líder se presentaba con unas runas marcadas en la cara, imponente ante el resto. Sus otros integrantes, sorprendían por su diversidad, no todos eran hombres fornidos. También había mujeres; con porte guerrera, y ancianos, que destilaban sabiduría por cada uno de sus poros.

«Morenos, pelirrojos, rubios; de rasgos americanos, oceánicos, y cualquier etnia que se pudiera imaginar»

—Es un honor para mí, en esta fría noche, ser el guía que ustedes tanto han buscado —exclamó el  sirviente, volteando hacia su señor antes de proseguir—. En poco tiempo, sus destinos serán enlazados a alguno de los clanes que habitan en esta ancestral tierra. Y al final del mes lunar, cuando el astro vuelva a mostrarse en su máximo esplendor; ustedes completarán su iniciación en la familia que hayan elegido. La elección es solamente suya, mas es mi deber advertirles —hace una pausa, y con voz seria, enuncia—. Una vez tomada, será difícil dar marcha atrás; las pruebas que se requieren para cambiar de clan son casi mortales.

En el fondo, muchos veían con desconfianza tal ofrecimiento. No obstante, ante lo ocurrido en el vagón, prefirieron guardar las apariencias. Aplaudir y dejarse llevar por la corriente colectiva era mejor que morir a manos de un sangriento y despiadado asesino, o al menos eso creían. Ella no.

—¿Y qué pasará si al final, decido seguir un camino propio?—preguntó ella, abriéndose paso entre la muchedumbre para llegar al anfitrión. Este se descompuso un momento, y fue entonces, cuando uno de los líderes se levantó, para posteriormente, tomar la palabra. Sus múltiples cicatrices en el cuerpo le hicieron identificarlo como uno de los más agresivos del lugar. Y por alguna razón, esto la incitaba a ver hasta dónde llegaba su paciencia.

—Entonces, permanecerás en el peor de los olvidos; desterrada para toda la eternidad.

Con el envejecer de la tierra,
una nueva raza emergerá.
El origen, con espejismos se oculta,
y el futuro, más de una alianza necesitará.

¡Más de un mes para actualizar! Mis más sinceras disculpas por esto, intento darle la mejor calidad a está trama, y a veces se pone algo difícil. He de admitir que la continuación me llego de un sueño (para variar 😂), espero que les guste el rumbo que va tomando. Un saludo a por darse el tiempo de demostrarme que vale la pena que siga con la historia.

InfluenciadosWhere stories live. Discover now