CapítuloCuarentaYCuatro|¿Quieres ser mi...?|

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Ya el sol estaba comenzando a caer, así que se apresuró en terminar los últimos detalles y revisar si aquél objeto que significaría tanto aquella noche, estaba en su lugar. 

Horas después, Noah terminó de vestirse cuando Kara fue hacia él y le acomodó la pajarita roja a juego con el vestido de ella. Él la miró a los ojos y sonrió con tristeza. Esa noche ella no estaría a su lado, pero haría todo lo posible por mantener su relación y no dejar que Carol se interpusiera entre ellos, porque sabía que lo intentaría.

—Necesito que me acompañes al jardín un momento.

Kara asintió. Noah tomó una de sus manos y comenzó a caminar en dirección al jardín trasero. Estaba nerviosos a más que decir y temía arruinarlo todo y que todos sus planes se fueran al retrete. Debía calmarse, total, no sería el primero, ni el último en hacer tal proposición. Se detuvo al pie de las escaleras y giró hacia ella.

—Camina delante de mí. Te taparé los ojos con mis manos, pequeña.

—Esto me está asustando.

Noah rió ante sus palabras y se colocó detrás de ella. Tapó sus ojos y gran parte de su rostro con sus grandes manos. Ella comenzó a caminar al igual que él. Ya en el jardín, Noah siguió haciéndola caminar hasta el centro de éste. Quitó las manos de su rostro y se arrodilló rápidamente aprovechando la distracción de ella. Sacó la cajita de terciopelo rojo del bolsillo de su traje y la abrió. Cuando ella lo miró se llevó rápidamente las manos a la boca.

—No puede ser...

—Sí puede ser.

Kara no podía creerlo. Sus ojos comenzaron a picar y rápidamente lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. ¿Realmente eso le estaba pasando a ella? 

—Sé que esto te ha tomado completamente por sorpresa—habló mirándola fijamente—. Pero siento que es lo debía hacer. Quiero estar toda mi vida contigo. Compartir junto a ti las alegrías y tristezas. Así que, Kara Campbell, ¿me harías el honor de casarte conmigo?

Ella asintió repetidas veces sin saber qué decir por la impresión. Noah tomó la mano izquierda de Kara y deslizó el anillo por su dedo anular. Se puso de pie y sonrió al ver su rostro. Sus mejillas estaban mojadas y su nariz roja. La abrazó y ella le devolvió el abrazo. Cuando la soltó, le acarició el rostro y le limpió las lágrimas. 

—Sé que no es el anillo más bonito, pero representa nuestro infinito. No soy el hombre mas romántico, pero intento ser lo que necesitas. Te amo, Kara y quiero que lo tengas claro.

Ella sonrió y quiso llorar otra vez. ¿En serio él le había propuesto matrimonio? La situación le parecía irreal y se sentía pletórica por todo lo que le había dicho. ¡Él la amaba! Luego de tanto tiempo se lo había dicho. 

—Te amo, Noah.—se lanzó a sus brazos y él la apretó contra sí. 

Un par de horas después. 

Noah estacionó su auto y miró hacia Kara. Se veía aturdida mientras jugaba con el anillo en su dedo. Habían recogido a Annie y ella se encontraba en el asiento trasero con su móvil en las manos y lo audífonos a todo volumen. 

—No tengas miedo—le dijo él, animándola—. Sé que te amarán.

—Es imposible no tenerlo.

Noah bajó del auto y lo rodeó para abrirle la puerta a Kara y ha Annie. Su prometida se aferró a su brazo y le enterró las uñas en el antebrazo. Caminaba con tranquilidad e ignoraba toda mirada curiosa.  

Kara suspiró pesadamente mientras caminaban hacia la casa. No podía con su corazón acelerado. Era como si estuviera a punto de salirse de su pecho. El momento de conocer a sus padres biológicos había llegado y debía ser valiente. Apretó su agarre al antebrazo de Noah y se dejó llevar.

Corazón Principiante✔️Where stories live. Discover now