Día 0.

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Junio 18, 2015.

J:
Hola.
J:
Hoy no es tu cumpleaños, cierto?

P:
No, jaja.

J:
Lo siento por qué mi madre te felicitara hoy, mala de ella.

P:
No importa, se agradece.

Pauline realmente odiaba todo.
Odiaba hablar con ese tipo, odiaba vivir y respirar. Y ahí se encontraba en el balcón de su casa un día antes de s cumpleaños con una decisión ya tomada.

—Yo realmente quiero morir —murmuró mirando al cielo, reprochándole a Dios.

Quizá su fe no era del todo firme, dudaba incontablemente a pesar de venir de una familia entregada, aún a pesar de sus dudas sobre un ser superior solía pensar ¿no es demasiado egoísta pensar que solo estamos nosotros?

Cerró sus ojos y agachó la cabeza mientras balanceaba sus pies en la orilla del balcón, iba a orar a Dios.

—Si realmente existes, dame una señal, dame una señal para seguir viviendo. —suplicó con un hueco en el pecho y lágrimas.

Sonrió al cielo una vez más y su celular se encendió captando su atención, había dejado de contestar al chico después de unas preguntas sobre el futuro.

J:
Me gusta lo que soy actualmente. Nunca dejare de agradecerle a Dios haberme dado la capacidad de amar y ayudar a personas. Salvar personas, adoro ser paramédico y enfermero ¿sabes? Veo accidentados todos los días, veo gente sufriendo y llorando. Cuando me acerco e intento consolarlos y ayudarlos, haciendo acciones para que puedan mejorar, me siento feliz.
Dios me dio esta oportunidad de brindar y compartir amor.

Largó una carcajada,  y asintió al cielo.

Ahí estaba su respuesta.

Pauline.Where stories live. Discover now