PARTE 4 [PENÚLTIMA PARTE]

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 La alarma sonaba. Abrí los ojos ligeramente para apagarla, vi la hora. Eran las nueve de la mañana. Recordé lo que pasó la noche anterior con _____ y una sonrisa se formó en mis labios que rápidamente se borró al darme cuenta de que mi belleza no se encontraba a lado de mí. La busque estúpidamente entre las sabanas, en el baño pero no estaba. Joder. Me preocupaba. ¿Se encontrara bien? Tarde en recordar que me había dado su teléfono. Tome mi celular rápidamente y la llame. Al quinto tono alguien contesto.

 

-¿Si? ¿Quién habla? –era una mujer pero definitivamente no era _____.

 

-¿Con quién hablo? –Dije tratando de mantener la calma- ¿Eres _____?

 

Hubo un silencio en la línea.

 

-Eh, no, soy su amiga Vanesa. _____ llego muy tarde ayer por la noche, tenía moretones y golpes por todo el cuerpo –mi corazón se detuvo ¿Qué demonios le había pasado?– No nos dijo nada, solo llego y durmió. Aun no despierta.

 

Mier.da. Mier.da. Mier.da. Debí darme cuenta que ella se iba sola, sin protección. Joder, soy un estu.pido

 

-Oh diablos. Ella estuvo en mi departamento conmigo y…pues…dormimos juntos –su amiga soltó una risita al escuchar mi voz nerviosa- Yo no me di cuenta que se había ido hasta que desperté. Joder. ¿Se encuentra bien? Dame la dirección de su casa, iré a verla.

 

Otro silencio.

 

-Claro, estamos en la Calle 42 edificio 9 departamento 45. Toca el timbre solo una vez –anote rápidamente la dirección en un post-it.- Ven con cuidado. –colgó.

 

Me puse la misma camisa de anoche y unos pantalones negros con mis zapatos favoritos. Tome las llaves de mi auto y salí directo al departamento de mi preciosa ______. Si, mía. Toda mía.

 

Deje mi auto justo en la entrada a la unidad donde ella vivía. Era un condominio horizontal de unos 10 edificios, se veían lujosos. De hecho, eran bastante lujosos. Me acerque con el guardia que apenas me vio se incorporó en su asiento y me miro.

 

-¿Qué se le ofrece?- no me dejo ni hablar. Que modales.

 

-Vengo de urgencia a visitar a alguien que vive en el edificio 9 45, se llama _____ -mi voz era con cierta autoridad y nerviosismo, una rara combinación.

 

El guardia alzo la bocina de los interfones y marco al departamento. Unos minutos después alguien contesto.

 

-Hola, Gary –era una voz diferente a la de Vanessa. Era parecida a la de ______- ¿Qué pasa?

 

-Hola, _____ -mi corazón casi explota al escuchar su nombre. Parece que ya se encontraba mejor- Hay un hombrecito aquí que dice que viene de urgencia… ¿Nombre? –me pregunto.

 

-Justin, Justin Bieber –mi voz apenas salía.

 

-Se llama Justin, ¿lo conoces? –hubo un silencio y se escuchó un suspiro de ______.

 

-Sí, Gary, déjalo entrar por favor –colgó. El guardia me abrió la puerta irritado y yo entre.

 

-Gracias, amigo –le dedique una sonrisa pero el solo me miro con desprecio.

 

Localice con la mirada el edificio 9 y camine hacia él. Mis latidos eran rápidos, la cabeza me daba vueltas. No sabía que mier.da me pasaba. La última vez que me sentí así fue cuando conocí a Kayle.

Joder.

 

Tome al asesor y llegue rápidamente al piso 12 donde estaba el apartamento número 45.

 

Me acerque a la puerta y respire profundamente, me arme de valor y presione el botón del timbre. Era un timbre suave, hasta relajante. Espere a que alguien abriera. Cinco minutos después se escuchaban pasos cerca y se escuchaban susurros. Yo me prepare para irme de ahí.

 

Solo fue una noche, ya ganaste la apuesta así que diablos haces aquí. Justo me iba cuando la puerta se abrió con un suave rechinido. Pude visualizar la imagen de una mujer. Era hermosa. Era ______.

 

Cuando la puerta se abrió por completo pude visualizarla mejor. Su cabello estaba desordenado, sus labios y su mejilla derecha tenían un rasguño, sus ojos estaban hinchados y rojos. Había estado llorando pero ¿Por qué? Yo la haría sentir mejor.

 

-Hola, Justin –lo dijo en casi un susurro. Se hizo a un lado dejándome entrar. Entre y vi el interior de su departamento. Era grande y espacioso. En la mesa de café había un kit de primeros auxilios. La mire con preocupación.

 

-¿Qué es lo que te paso? –toque su mejilla casi rozándola.

 

_____ pestañeo y sus ojos se llenaron de lágrimas. No soporte verla así. ¿Qué es lo que había pasado con ella?

 

-Ayer por la noche salí de tu departamento para venir a casa pero no llevaba auto así que me vine caminando –me miro- sé que fue una mala decisión pero no encontré otra alternativa.

 

Quedarte en mi casa supongo que era una buena.

 

Ella hizo una pausa y siguió hablando.

 

-Y bueno, unos hijos de p.u.ta me acorralaron y me golpearon, me quitaron mi celular y todo mi dinero.

Empezó a sollozar, sus mejillas se mojaron de lágrimas y yo sin dudarlo la abrace. La estreche en mis brazos y no pensaba dejarla ir hasta que parara de llorar. No. Después hablaremos, la apoyare y la hare feliz.

 

Y hasta este momento, en el que la tengo entre mis brazos estrechándola escuchándola sollozar, me doy cuenta que no hay nada que me guste más que verla feliz. Ver su preciosa sonrisa, sus labios curvándose, sus ojos cerrándose levemente. No hay nada más hermoso que eso. También me doy cuenta que la quiero. De cierta manera la quiero. La quiero a lado de mí. Ella no es alguien a la que puedo olvidar, desde el momento en que la vi no ha salido de mi jo.di.da cabeza. Y esperare a que su llanto pare para decirle que desde el momento en que la vi, supe que quería hacerla feliz por el resto de mi vida.

The WaitressWhere stories live. Discover now