______ moja sus labios y yo no resisto y la beso. Saboreo todo de ella y siento que me vuelvo adicto a su sabor. Estoy tan duro y ella solo me hace sufrir.

Tomo de su trasero y la levanto, sus piernas se enredan alrededor de mi cintura y me presiona contra ella. Sus labios se curvan en una sonrisa al sentir mi erección. Es toda una chica mala.

La llevo a mi habitación torturándome al sentir su humedad frotándose contra mí. La deposito en mi cama separándome de su preciosa boca. Nos miramos a los ojos por minutos, yo acaricio su muslo derecho delicadamente, como si tratara de una muñeca de porcelana, la más hermosa y delicada de todas.

Dirige sus labios a mi cuello y empieza a dejar delicados besos, yo no puedo evitar cerrar los ojos fuertemente al sentirla, ella sabe cómo volverme loco. No deja de besarme. Yo tomo una de sus piernas y la envuelvo alrededor de mi cadera para dejar más espacio entre ella y yo, nada de barreras.

Mis manos suben de su muslo a su abdomen hasta sus pechos de perfecto tamaño. Los envuelvo con mis manos, apretándolos suavemente para sentirlos. ______ gime y mientras yo empiezo a besarla sin tener suficiente de ella.

Siento sus dedos temblorosos desabotonando mi camisa hasta dejarme sin nada en la parte de arriba. Sonrio al ver su expresión al verme, su mirada me quema.

-¿Te gusta lo que ves, nena? –le susurro en el oído provocando que su respiración se agite más.

-Uhm, si –su voz esta entrecortada, sus ojos brillan al conectar nuestras miradas.

Busco el cierre de su vestido y lo bajo lentamente. La ayudo a quitárselo para dejarla totalmente desnuda. Uhm, chica mala, toda la noche estuvo conmigo sin sostén ni bragas.

-¿Has estado semi-desnuda toda la noche? –le dedico una sonrisa burlona y ella deja salir una adorable risa.

-Toda la noche y tú no te has dado cuenta –se muerde el labio de una manera provocadora.

Vuelvo a tomar su boca mientras mis dedos acarician su parte más delicada. Recorro su monte de venus hasta llegar a su co-ño mojado. Un dedo entra en ella y _____ gime de gusto, su cadera se levanta ligeramente. Hago círculos encima de su clítoris. Sus deliciosos gemidos me vuelven loco, me ponen más duro.

______ empieza a desabrochar mis pantalones y los baja dejándome con el bóxer nada más. Sus ojos se ensanchan al ver mi erección. Estudio su reacción con cierta diversión.

-Joder, es muy grande –su voz demuestra cierta desesperación.

-El tamaño no importa, lo importante es saberlo usar bien.

Ella suelta aire.

-Típica respuesta de mujeriego.

-No soy mujeriego, preciosa, solo se hacer sentir bien a las mujeres –ella niega con la cabeza.

Ella me mira y yo entiendo lo que quiere.

-Es todo tuyo, amor –y cuando la palabra amor sale de mí en verdad lo siento.

Sus dedos en vuelven mi erección lentamente. Gimo. Es tan caliente. Podría correrme solo con el contacto de su mano.

-Demonios, ______. Me correré y no es lo que quiero. Quiero follarte.

Sus labios se curvan. Una sonrisa malvada.

Su mano me envuelve y empieza a hacer movimientos de abajo hacia arriba cada vez más rápidos. Suelto un suspiro. Me siento tan débil cuando ella hace eso.

-Basta, nena, por favor, no sigas.

Tomo de su mano y la llevo arriba de su cabeza sin permitirle moverla de ningún modo. Muevo mi cadera buscando su entrada. La miro a los ojos sin perder de vista ningún rasgo de ella al momento en que la penetro lentamente. Joder, se siente tan jodi.damente bien. Su cuerpo empieza a aceptarme, su entrada su vuelve más estrecha, más deliciosa.

Ella gime bajito, con timidez. Salgo de ella para volver a penetrarla más fuerte, más duro provocando que suelte un grito. Sus ojos se cierran.

-Mírame. Mírame. –le digo con autoridad, ella abre sus ojos y me mira a los ojos.

Empiezo a embestirla más fuerte. Entierro mi cara en su cuello aspirando su aroma a canela. Solo se escuchan nuestras respiraciones agitadas y gemidos.

Acaricio su clítoris con mi pulgar. Ella gime.

-Oh dios mío, Justin –se estremece.

-Vuelve a gemir mi nombre, preciosa, hazlo –mi pulgar ejerce más presión sobre su punto más delicado.

-Justin, Justin, Justin –mi nombre saliendo de sus labios es la cosa más caliente del mundo.

Ella se mueve haciendo que ahora ella este arriba de mi. No salgo de ella en ningún momento. Mueve su cintura en círculos apretando mi pe.ne provocándome muchísimo placer.

Tomo de sus pechos y acaricio sus pezones.

-Muévete, joder. –no deseo dejar de sentirla en ningún momento.

Ella se apoya en mi pecho. Empieza a moverse de arriba abajo lentamente. Se inclina hacia mí recostándose en mi pecho sin dejar de moverse. Rápido, duro.

Follamos sin parar. Sus movimientos son rápidos. Puedo sentir que está a punto de correr.se al igual que yo. Sus paredes se estrechan.

-Córrete, mi amor. Dámelo todo –beso sus labios callando el grito que suelta al correrse.

Su fino liquido envuelve mi pe.ne y al sentirla yo me corr.o en ella dejando todo mi se.men dentro de ella. Ya se tomara la pastilla, en este momento solo pienso en ella. En sus pequeños jadeos que suelta, en su cabeza descansando en mi hombro, su respiración entrecortada. Tomo de su mentón y deposito un suave beso en sus labios. Ella sonríe y hace un sonido que me recuerda a un gato bastante adorable.

Sonrió.

Recuerdo la apuesta pero esta vez ya no suena tan bien. ______ es más que solo un objeto sexual, es una mujer que merece ser tratada con amor, como toda una princesa.

De pronto me arrepiento de haber apostado. Joder.

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