Prólogo

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Él se dedicó toda su vida a sus estudios, las prácticas de fútbol y a complacer a cada uno de los pedidos y exigencias de sus padres.
El papel de chico rebelde, alcohólico, mujeriego y engreído nunca pudo interpretarlo. Era uno más del montón, simpático y atractivo en cierto modo, pero poco agraciado y aburrido para el sexo opuesto.

Ella vivía sin límite alguno, amaba sonreír, de hecho tenía una sonrisa que a más de uno dejaba embelesado. Disfrutaba de todo sin importar el qué dirán. Reía, gritaba, bailaba, cantaba. Romper las reglas y salir a conocer nuevas personas era su especialidad. No era una chica mala literaria, simplemente llegó sufrir tanto que aprendió a gozar de cada segundo de vida que le había sido proporcionado.

Los ha juntado uno de los más grandes clichés; una noche de fiesta.

Personalidades opuestas chocando siempre deja alguno que otro estrago y varias lecciones que aprender. Puede que él aprenda a dejar salir al chico rebelde que lleva en su interior. Y tal vez a ella le vendría bien entender que a pesar de todo la vida también debe ser tomada por el lado serio.

Desde aquella noche clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora