-Tú, ¿eres quien me trajo aquí?.-

-E-eh si, sí. -un poco nervioso porque la voz del pelinegro sonaba irritada- um...sabes, no deberías rechazar la ayuda de otros y más si lo necesitas.

-Eso no te incumbe. -cubriéndose por completo con la manta.

Hubo unos buenos minutos en profundo silencio hasta que la puerta del tópico fue deslizada.

-¡Senpai!.-

-¡Atsushi!.-

Gritaron a la par Higuchi y Mark, con ellos llevaban una maleta extra pertenecientes a sus compañeros.

-¿Qué haces aquí?. -molesto el "Senpai" de Higuchi.

-Terminaron las clases, así que vine a traer su maleta. -mostrando el objeto.

-Demonios. -chasqueo la lengua- solo déjalo y vete.

-¡Si!.-

Ni bien lo dejo encima de la cama corrió, quería evitar problemas con el pelinegro. Twain iba a entrar, pero cambio de idea al ver la maleta del pelinegro siendo lanzada al rostro de Atsushi.

-¿P-por qué hiciste eso?. -frotando su nariz y unas pequeñas lágrimas producto del dolor se acumulaban en sus ojos.

-¡Eres un idiota!. -si alguien lo escuchaba gritar no le importaba.

-¡¿Qué hice?!. –

-¡¿Estuviste aquí el resto del día?!.-

-¡Si por qué!.-

-¡¿Cómo rayos pudiste perder la clases por estar aquí?!.-

Ahora lo entendía, eso era lo que molestaba al pelinegro, tal vez tenía razón y no debía preocuparse tanto, no debía saltarse las clases, pero es inevitable quería asegurarse que el pelinegro estuviese bien del todo, son las debilidades de una persona amable quizás.

-¡Lárgate!. -el de ojos grises saco su libreta y lo tiro en la cabeza albina- ¡dije que no quiero tu ayuda!

Atsushi no tuvo de otra que irse antes que volaran algunas cosas de la enfermería como las jeringas hacia él. Mark lo espero en los casilleros, cambiaron sus zapatos y se dirigieron a la salida, instintivamente el albino giro a ver la ventana de la enfermería que se encontraba en el segundo piso.

-¿Estará bien?.-soltó a la nada pero siendo escuchado por su amigo.

-Debe estarlo para lanzarte sus cosas de esa forma.-

-Pero aún no lo veo bajar.-

-Atsushi, amigo mío no debes porque preocuparte tanto, hasta él te lo dijo.-

-De cierta forma me es inevitable.-

-Es tu naturaleza.-

Cruzaron el puente, bajo ellos el río brillaba y reflejaba el naranja del cielo, cada uno se despidió y tomaron sus caminos. Atsushi al llegar a casa lo primero que hizo fue lanzarse a su cama, el día fue agotador, en eso recordó la clase de Tecnología, como todo joven de aquella época poseía aquel "Reloj", lo buscó entre la ropa de su cajón y lo observó unos segundos, faltaba poco para cumplir los dieciséis.

—¿Qué tiene de divertido saber quién puede ser compatible contigo?.—murmuraba con el ceño fruncido de forma adorable— nadie garantiza que puedes enamorarte de esa persona.

Luego de dar tantas vueltas al asunto, dejo a un lado en su mesita de noche el aparato y bajo a cenar.

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⏰ Last updated: Jan 15, 2018 ⏰

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Alma gemela científicaWhere stories live. Discover now