プロローグ *

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—¿Por qué aquí, SoMy? —pregunté algo irritado

—¡YoonGi!, aquí hay muchas niñas y yo quiero jugar con ellas.

—Estaré por allá. —dije, prestando poca atención a sus palabras.

SoMy asintió y corrió hacía las demás niñas, era difícil lidiar con ella. Caminé hacía los columpios del parque con la esperanza que fuese divertido estar en ellos. Había un niño muy gordo que molestaba a SoMy diciendo que era su novia, no me importaba, sabía que ella siempre me iba a preferir a mí. Pero, después él me fastidiada. Estaba por llegar a los columpios y lo ví, estaba ahí, muy feliz comiendo dulces y engordando. A pesar de que había muchos niños atemorizados por él, había uno que estaba como loco jugando, sin temor y molestando al gordito. Tenía una bolsa de bombones en sus manos y la movía para llamar la atención de éste.

Niño con mucha energía, tal vez.

De un momento a otro yo estaba defendiendo a aquel niño de bombón del fuego. ¿Cómo llegué a la casita con resbaladilla? Ni yo lo sabía, pero mi corazón latía tanto, era miedo, ¡claro!

—¡Bo Gum! Deja a esos niños! —chilló su madre.

—¡Sólo estamos jugando!

Supongo que ¿sí?
Me podía imaginar siendo devorado por aquella monstruosidad.

—Iremos por helado, ven. —avisó su madre con una sonrisa penosa, el niño asintió y fue con ella para tomar su mano e ir por su postre frío.

Aún así, seguía adentro de aquélla casita con el castaño, al parecer tenía sus rodillas lastimadas, pues tenían unos rasguños y un poco de sangre.

—¿Duele mucho? —pregunté sin malicia, él sólo me miró y negó.

—No duele.

Asentí y traté de abrir la puerta de plástico de la casita. Estaba trabada, sólo sentí mi cabeza explotar

—Estaremos un rato aquí. —mencioné, al castaño no le pareció importar y sonrió. —Deberían de poner nuevos juegos o arreglar este tipo de puertas.

—¿Cómo te llamas? Yo me llamo Taehyung, pero me puedes decir Tae. ¿Cuántos años tienes? Yo tengo 11 años. ¿Te gustan los dulces?

Podría escapar por la resbaladilla pensándolo bien.

—Uhm, Yoongi, 13 años y no. —contesté, pareció asombrarse.

—¿No te gustan los dulces? —preguntó, negué. El castaño sonrió.

[...]

Había pasado una hora y aún seguíamos ahí, quería hacer pipí y no podía aguantar más.

—Saldré por la ventana, Hyung.

Iba a decir que podíamos salir por la resbaladilla pero TaeHyung ya se había lanzado por la pequeña ventana. Su pequeño cuerpo contra las piedras me dio lástima.

—¡Me duele! ¡Me duele!

Abrí la puerta como si nada, bajé los pequeños escalones y lo miré. No había esperado a que yo terminará mis palabras.

—Claro que duele, al menos los bombones amortiguaron un poco la caída. —mentí, los bombones no habían ayudado para nada.

—¡Hay sangre en mis en mis brazos! ¡Hyung!

Qué dramático, pero su cara se veía pálida.

Me senté junto a él sin importarme si las piedras me lastimaban el trasero. Tomé su brazo y besé su herida, tomé su otro brazo y también lo besé. Mamá curaba así mis heridas. Miré al castaño, quien estaba atento a mis acciones. Nuestros ojos se habían encontrado, teníamos una especie de contacto visual.

Rompí aquello cuando miré su mejilla, tenía sangre por los rasguños. ¿A quién se le ocurría tal cosa? Sólo a él. Me acerqué lo suficiente para besar su cachete, pero él fue demasiado rápido y movió su cabeza provocando un roce de labios. ¿En qué momento se me había ocurrido estar tan cerca de su cara?

Entonces, el niño Taehyung me besó.
Un beso que consistió en nada más que sólo hacer presión de labios.

Un beso inocente.

Como él.

Como yo.

Me había hecho pipí dando mi primer beso. Tuve que salir corriendo.

💫

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[ lovely, taegisart ]

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