Descendientes - Un feliz en su vida

586 38 4
                                    




— HABÍA UNA VEZ LVI—





— Meido ¿no dirás algunas palabras? —el hada madrina musitó cerca mío, aún viendo como ellos reían entre sí y se abrazaban.

Negué con la cabeza y bajé la mirada— aún no —indique, con un leve sonido de mi cetro hice que todos miraran al frente— hay que seguir con la ceremonia —

— cierto. Mal tus votos —dijo el Hada Madrina con una sonrisa.

Siempre con una sonrisa.

— Aquí voy... —sonreí de lado al ver a Mal respirar hondo y cerrar sus ojos tratando de mantener la calma— Dicen que para todos hay un final feliz... Dicen que si has vivido una vida dolorosa y llena de martirios pronto llegará tu recompensa... Ben, yo, jamás creí en ello, todo me sonaba absurdo, creer se lo dejaba a los de Auradon, no diría que viví un infierno en la isla, de hecho creo que aprendí cosas que incluso nadie aquí, podría haberme enseñado, ahí encontré a mi verdadera familia, mis amigos, los chicos que siempre estuvieron conmigo, en la Isla era fácil saber quiénes eran tus verdaderos amigos y quienes eran tus enemigos, no hacía falta la cortesía para saber que no eras bienvenido, solo hacía falta mirar el rostro de la persona y saber que no le agradabas, los lugares más oscuros de la Isla, siempre solía ser los lugares que nosotros exploramos, en busca de problemas —por un momento paró de hablar y negó con la cabeza, mientras Carlos no dejaba de reír junto a Jay— si éramos muy problemáticos... Cuando mamá me dio la noticia de que debía llegar a Auradon como estudiante de "intercambio", me asusté de verdad... Porque no era un lugar recóndito que yo hubiera hallado, que yo hubiera visto antes, era un mundo entero, alejado de la Isla, era un lugar desconocido, en el cual debía acomodarme como fuese, no había un lugar pequeño en el cual quedar, no, no lo había, solo un dormitorio junto a un montón de príncipes y princesas, aterrador lo sé —dio justo donde quería, pues, logró hacer a Ben reír y moverse un poco de lo estático que estaba— llegue y pensé que sería un tortura, pero... A medida que estaba ahí mis amigos fueron cambiando , había sido un sueño para Evie, poder ser diseñadora en Auradon y yo con mis manías de hacerla sentir siempre bien, le cumplía su deseo dejándole que yo fuera su maniquí, Carlos, se había encariñado con su mayor enemigo, un perro, quien resultó ser el perro más asombroso de todos, Jay, entró a la prueba del torneo con éxito, al principio empezó siendo gruñón con todos, pero, después terminó gustándole de verdad ganar con todos... Yo seguía sin encajar, jamás se lo dije a nadie, pero... Cuando empecé a llamar tu atención, por razones propias, me llegaste a resultar tan particularmente diferente a los demás, por el hecho de que no salías corriendo, ni llegabas a ser indiferente conmigo, de hecho te acercabas como si fuera una simpleza, como si fuera una de esas princesas que estaban siempre ahí, siempre me tomaste por sorpresa, me sacabas una sonrisa imprevista, me hacías sentir especial y aunque a veces no entendía tu manera de ser, me ayudabas a entender, me dabas cariño cuando todos se alejaban, cuando me sentía sola, tendía a enojarme, pero Ben a ti no te importaba eso y siempre preguntabas cómo me sentía y que debías hacer para que yo me sintiera bien, tomabas riendas en el asunto y me hacías sentir bien aunque yo nunca te lo dijera, cuando me llevaste al lago encantado, en serio me encanto y poder verlo junto a ti, voltear mi mirada y encontrarte ahí fue lo más maravilloso del mundo, porque me encantabas y no me había dado cuenta, me enseñaste mi fruta preferida, me hacías reír... —río un poco y luego bajó su cabeza y frunció su ceño, chasqueo la lengua y trató de decir algo, pero, calló para luego hablar— me confundía... A medida que mi cuerpo iba cambiando a tu cercanía, me estaba confundiendo y eso era siempre algo de lo que preocuparse, empezaba a sentir afecto por alguien, empezaba a descubrir verdaderamente mi sentimientos y tenía miedo que todo eso tal vez fuera mentira, que todo en cualquier momento se acabara que no yo no merecería un final feliz, porque realmente no lo merecía —sus ojos empezaron a cristalizarse en cuestión de segundos— jamás pensé llegar a este lugar y enamorarme, solo quería ser diferente a los demás, pero empezaba a sentir y eso me asustaba, de verdad, porque no sabía cómo actuar, pronto empezaste a entrar a mi vida constantemente, me presentaste a tus padres, tenía miedo, de verdad, pero cuando tomaste mi mano, Ben, cuando, cuando tomaste mi mano, me elevé a nuevas alturas, sabía que no podía fallarte, supe que le costó un poco mi integración en la vida de Ben, pero al parecer termine gustandoles, luego estuvo lo de tener a todo Auradon en mi contra, era como, abrumador, las personas que había tratado bien, las chicas que había ayudado, ahora estaban dándome la espalda, estaban alejándose y se burlaban de mí, Ben, tus amigos se burlaban de mí, pero tú, tú no cambiaste, me sacabas una sonrisa si, pero me sentía infeliz, luego llegó la coronación, pensé que tal vez pronto se te quitaría el encanto cuando por fin fueras rey y no tuvieras necesidad de tener a cuatro villanos en Auradon, pero me mostraste tu verdadero ser Ben, tomaste mi mano y pusiste ese anillo, besaste mi mano y uniste la tuya a la mía, sintiéndome protegida, por fin, llegue al punto en que estabas ganando contra mi madre, te estabas logrando meter en el lugar donde mi madre reposaba, en mi mente, empezabas a luchar contra ella por ser el mejor, tomaste todo lo que me enseñó y lo tiraste a la basura, diciendo las verdades como eran, resultaba ser que Auradon no era un lugar malo, ni fastidioso, Auradon era un país en progreso, Auradon era nuevas oportunidades sin necesidad de magia, descubrí que mis amigos eran lo más importante en el mundo y que ellos se habían convertido en mi familia, mi verdadera familia, todo... Había cambiado. Me sentía en el aire no sabía que hacer, todo estaba vuelto un desastre, absolutamente todo, pero tú supiste arreglar todo, me ayudaste a hacerlo, me dijiste "no somos nuestros padres, podemos decidir quiénes queremos ser", esas fueron las palabras que cambiaron mi vida, para siempre, podemos ser quienes queremos ser y que tal si quería ser tu novia acompañarte a todos lados, ser la voz que te detenga cuando quiera, hacerte cariños y poder estar contigo siempre, ahora quería un final diferente, ahora anhelaba el final feliz, sin el final, quería que fuera para siempre, tú y yo, siempre y... Cuando pensé que no eras mejor que eso empecé a sentirme vacía, todo a mi alrededor se volvía tan común, ser princesa, era algo nuevo, pero tener que decidir me estaba frustrando empezaba a sentirme de verdad enjaulada, empezaba a sentirme desesperada completamente y huí, pero tú fuiste a por mi, me buscaste donde fuera hasta dar conmigo, hasta ese momento no supe realmente que era el amor verdadero, en mi basta y extensa investigación de ello, descubrí que amor verdadero, era hacer lo imposible y posible por hacer bien a una persona aunque eso la hiciera llorar, que el amor verdadero se puede encontrar en el regaño y en la bondad, en la verdad y en la amistad, entonces.. ¿De que me quejaba? Cuando entendí eso pensé que te había perdido. Cuando te vi con Uma, me había quedado en shock de que me hubieras cambiado por ella, creí que habías fallado nuevamente como todas las veces tratando de ser princesa, pensé que te habías hartado de sacarme de mis apuros, pensé que te habías rendido de mi, pero, Evie había logrado salir en mi mente y había dicho: beso de amor verdadero, era imposible que me hubieras dejado de querer, porque Ben tú cuando amas, amas de verdad fuese lo que fuese, siempre me decías me que amabas, siempre decías que me querías, entonces cómo era posible que te olvidaste de mi así por así, entonces lo vi ese azul siniestro en tus ojos, vi esa pizca de magia en tus ojos, era un hechizo y todo hechizo se quita... —

— con un práctico beso de amor verdadero —indicó Evie con una sonrisa, siempre soñadora.

— ¡Eh! ¡Arrugas! —exclamé, ella abrió sus ojos de golpe y sonrió aún más.

— ¡exacto! Un practico amor verdadero — por un momento pude sentir como me miró de reojo— cuando... Vi a Meido después de mucho tiempo, cuando creí que por fin la había sacado de mi cabeza, que mi mayor enemiga había por fin desaparecido de la faz de la tierra, apareció, sabía lo que tenía como hermana, por todos los medios intente hacerte ver que ella era malvada sin darme cuenta que actuaba como las princesas de este lugar, cuando llegue yo, la hice sentir aislada, lo sabía, pero cuando logre entender tu punto, empecé a preocuparme por ella, no quería que cometiera un error, no quería que volviera a la Isla y que empezará a sufrir... Quería... Quería arreglar las cosas con ella, quería ser una buena hermana, quería rebobinar el tiempo y poder hacer las cosas bien, cómo debían ser, porque mi familia no estaba completa sin ella, sin mi hermana a mi lado —sentí como pronto todo se volvía lento, como mi respiración era dificultosa, como de pronto todo se volvía extrañamente inexistente, baje mi cabeza y cerré mis ojos aferrándome a mi cetro— Ben tú me enseñaste esto, siempre me enseñabas algo, siempre, por eso y más quiero estar a tu lado, quiero vivir mis mayores aventuras a tu lado y con mi verdadera familia, quiero tener un feliz en mi vida —

Un Feliz en su vida....

Descendientes: Unidas Otra Vez  [En Edición]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon