「Capítulo único」

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El matrimonio de los Branwen parecía sólido y bien formado, años de cortejo y de noviazgo los habían hecho tomar esa decisión de vivir juntos y aunque todavía no tenían hijos, estaba en sus planes, Winter era 20 años más joven que su esposo.

—Es increíble que casi seas tú quién mantenga a mi hermano —comentó su cuñada Raven.
—Yo también quisiera una mujer así —dijo Taiyang.
—Hey no, yo la vi primero —fingió celos Qrow.
—Bueno Raven, todo se dio solito, mi padre no quería darme la compañía Schnee, pero al ser yo la única persona mayor de edad, no hubo otra opción —explicó Winter.
—Qué oportuno, espero que no solo la quisieras por dinero —dijo Raven.
—Cállate, claro que no. Además eso vino después de la boda, no lo teníamos planeado.
—Exacto, no contábamos con que fuese a pasar, realmente daba por hecho que se lo dejarían a mi hermana menor, Weiss.
—¿Y cuántos años tiene tu hermanita? —preguntó Summer, la actual esposa del rubio.
—17.
—Deberíamos tener estas charlas familiares más seguido —dijo alegremente Taiyang.
—No lo sé, es algo así como una cita doble, excepto por Raven —se burló Qrow.
—¿No es... incómodo? —preguntó Winter.
—Sé que soy su ex-esposa, pero está bien por mí, al final fui yo quién le pidió el divorcio y él sí se volvió a casar.
—Bueno, si ustedes lo dicen.

Summer tomó la mano de su esposo por debajo de la mesa y él respondió el gesto entrelazando sus dedos. El resto de la plática fue amena, exceptuando por algunos malos chistes de Raven, poniendo todo incómodo a propósito, pero así de amargada ya era.

El resto de los días posteriores seguían una rutina rigurosa, Winter se levantaba a las 5 de la mañana para ir a correr, antes hacía ejercicio más riguroso, pero al casarse debía adaptarse un poco a la forma de vivir de su esposo y él hizo lo mismo. A las 6:30 volvían para bañarse, desayunar apropiadamente e irse al trabajo, ella lo iba a dejar, sólo tenían un auto y era de Winter.

El trabajo de Qrow consistía en atender una cafetería que había levantado con Winter, pero al verse envuelta en la empresa de su padre no tuvo opción más que dejar a Qrow en eso. Winter por su lado, era una empresaria muy estricta con todo el mundo, le tenían miedo, ella era perfecta, buena en cualquier negocio, consiguiendo siempre lo que quería.

Tenía todo lo que cualquier persona deseaba, dinero, poder, fama, fortuna, un esposo que la amaba con locura, no tenía hijos ni la necesidad de tenerlos todavía, era joven y hermosa, nada le hacía falta, sin embargo, las cosas empezarían a cambiar.

ººº

Qrow buscó un reemplazo para Winter, no era completamente necesario, pero así se sentiría menos solo. Mala idea. Contrató a una chica, era quizás uno o dos años mayor que Winter, pero seguía siendo más joven que él y definitivamente menos bonita.

Ambos se intercambiaron números de teléfono y ella empezó a mensajearse mucho con él después del trabajo. Otra mala idea. Un día fue a ver a Taiyang y lo cachó en la movida.

—¿Quién es "chica trabajo"?
—Hey, deja de revisar mi celular, no eres mi mujer.
—Responde —dijo alejando el celular que su amigo trataba de alcanzar.
—El reemplazo de Winter en el trabajo.
—¿Y por qué los mensajes?
—Seguro pregunta algo del trabajo?
—Pero si acabas de salir de allí —dijo el rubio, derribando cualquiera de sus excusas.
—Ya déjame.
—Qrow, no es normal que te mensajees con una mujer.
—Todo mundo lo hace, no es un pecado ni una infidelidad.
—Pero lo será, hey, somos hombres y sabemos que así se empieza.
—Estás loco.
—Qrow, escúchame.
—Escúchame tú, no engañaré a Winter, la amo, ¿sabes lo afortunado que soy al tenerla? No lo arruinaré, tranquilo —colocó una mano en su hombro y Taiyang se relajó, le devolvió el celular y cambiaron el tema de conversación por algo más alegre.

The other womanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora