One - Shots (Death Note)

10. Insanos.

♦ Sinopsis: El amor es un sentimiento irreemplazable. Pero cuando se convierte en una obsesión puede llegar a ser... insano y monstruoso.

♦ Advertencias: lemon, AU, OoC.

♦ Personajes: Lawliet y Light.

Me despido de mis compañeros con una falsa sonrisa y un "hasta luego" que incluso a ellos les ha parecido extraño. Menuda semana.

No importa que vistas uniforme y tengas una placa en el bolsillo, la gente sigue cometiendo crímenes de una manera vertiginosa, como si la ley no valiese para absolutamente nada. A veces hasta yo mismo llego a pensar cosas así; la desaparición de un niño, el asesinato de alguna prostituta o la violación a una pobre chica que caminaba sola de madrugada. Ah, llega a ser agotador.

Tomándome unos segundos de calma enciendo la radio de mi coche y me froto las manos cuando siento la calefacción empañar las ventanas, calentando el interior. Sujeto con firmeza el volante y aprieto la mandíbula, relamiéndome el labio segundos después. ¿Ir al apartamento o retrasar mi llegada? Mi teléfono suena, vibrando dentro del bolsillo de mis pantalones.

Suspiro con ansiedad, viendo el nombre reflejado en pantalla.

―Light, ¿dónde te habías metido? ― susurro, intentando tranquilizarme, relajando todo lo posible mi voz y las ganas que tengo de darle una buena bofetada en cuanto lo vea.

―Ven a buscarme.

―¿Qué? ¿Dónde estás? ― enciendo el motor del coche y me pongo el cinturón, sujetando con la otra mano el teléfono ―. ¿Te parece gracioso haber estado tantas horas sin pasar por el apartamento?

―Ven, Elle. Estoy en Baker Street.

Y cuelga. El irresponsable de mi hermanastro ni siquiera se digna a decir algo más.

Me demoro cerca de veinte minutos, ya que el tráfico es bastante cargante y no resulta fácil buscar un sitio donde aparcar o al menos detenerme. Localizo a Light apoyado contra la pared de la calle, con las manos en los bolsillos y algo encogido en el sitio. ¿Por qué diablos siempre se olvida de llevar el abrigo encima?

Detengo el vehículo, despacio y cerca de su posición. No lo pienso cuando salgo del coche y me acerco hasta él, quitándome el abrigo y echándoselo sobre los hombros para que deje de temblar.

―Eres un desastre― siseo, indicándole que suba al coche.

―Olvidé llevarlo― dice, señalando mi abrigo ―. Lo siento.

Pongo de nuevo algo de música y retomo la marcha hacia nuestro apartamento sin decir nada. Estaba tan preocupado por Light que he olvidado lo mucho que tenía pensado reñirlo.

De vez en cuando lo observo de reojo, aprovechando las paradas en los cruces peatonales. Luce decaído y triste. Me muerdo el interior de la mejilla, conteniendo las ganas de preguntarle si el idiota de su novio lo ha lastimado o simplemente es que no tiene un buen día.

―¿Dónde has estado? ― pregunto finalmente, llegando al barrio residencial donde tenemos el apartamento.

―¿Ahora vas a interrogarme? ― sisea, frunciendo el ceño. Cuando hace estas cosas sus diecinueve años son más notorios que nunca ―. No soy uno de tus delincuentes.

―¿Es Adam? ¿Habéis discutido?

―Rompí con Adam hace dos semanas, Elle.

Oh. Eso no lo sabía.