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Mamá hablaba con Harry por teléfono mientras él cocinaba. Yo me senté en la mesada mientras lo hacía. Quería convencerla de que todo iba a estar bien. Escuché mi celular seguido por el timbre y me asomé. Harry se acercó y cortó. Con su brazo me evitó avanzar. Nunca le había gustado Zackary y parecía que ahora le gustaba todavía menos. Tomé su mano con fuerza y me miró.
-No es Zackary.
-Didi...
-No puede ser él.-sentí mi voz quebrarse y Harry suspiro antes de acercarse a la puerta.
-Hola. Venía a ver a Didi. ¿Está bien? No me atiende y...
-Te vio. Por Dios, no se cómo te da la cara para venir acá.-me aproximé sin dejar que Zackary me viera y me tomé del brazo de Harry, cuyo cuerpo seguía medio escondido por la puerta.-Andate. Andate y ya no la fastidies más.
-No puedo dejar a Diana.-dijo con seriedad y presioné la mano de Harry mientras lloraba en silencio. Él no decía no querer dejarme. Quería hacerlo.- Escuche, señor Styles, usted no estuvo todo este tiempo pero ella no puede estar sola.
-¿Ahora me tratas de usted?-rió sin gracia.-No me digas cómo cuidar a mi hija y andate.
-¡Diana no puede estar sola!-dijo aunque en voz baja.-Es una persona incapaz de eso. Estando conmigo se autolesionaba para que la vieran, ¿qué va a hacer si yo me voy? No voy a dejarla.
-Zackary, por el amor de Dios, no entendés nada. Ell te vio.
-Voy a arreglarlo.-susurró.-Necesito hablar con ella.
-No. No voy a dejarte.
Zackary quiso entrar y Harry cerro la puerta antes de rodearme con su brazo y juntarme a su pecho. Me abrace a él con fuerza y lloré en silencio sin poder evitarlo.
-No voy a dejarlo entrar.
-¿Hace cuánto tiempo que quiere dejarme?-musité.
-No lo sé. Pero es un imbécil.-entró en la cocina sin soltarme y saco las últimas papas fritas. -Vamos a comer.
Agarró las milanesas que mamá había dejado y las sirvió antes de sentarse conmigo encima. Como si fuera Caro me dió de comer a la vez que acariciaba mi pelo. Me sentía enferma. Perder a Zackary era perder lo poco que seguía en pie.
-Vas a dormir conmigo hoy.-dijo besando mi frente.-Vamos a poner un poco de música y vas a quedarte conmigo.
-Quiero estar sola.-él negó y dejo todo en la pileta antes de volver a mirarme.-No pueden controlarme siempre.
-No te estoy controlando, Didi.-murmuró a la vez que acariciaba mis brazos.-No quiero que te encierres a llorar. No soy tu mamá y lo sé. No soy ella, pero tampoco soy la mierda que vos crees que soy.

Se acostó conmigo y me quedé mirándola un largo rato. Ya no lloraba, pero le dolía. Recorrió los tatuajes de mi brazo en silencio como lo hacía Caro y la junté más a mi cuerpo.
-Yo no creo que seas una mierda.-murmuró.-De verdad.
-Nunca fui el padre que querías.
-Pero eso es por Caro. Es porque ella estaba enferma. Siempre fue muy difícil ser quienes se supone que debíamos ser con ella enferma.
La rodeé con ambos brazos y bese su frente una y otra vez. Más allá de Caro, yo siempre había sido una mierda con ella, una basura que la había adoptado para guardarla en un cajón que me negaba abrir.
Didi no tardó en dormirse y escuché cómo su celular sonaba de manera insistente. Acaricié su pelo una y otra vez y la cubrí mejor con las sábanas y frazadas. Necesitaba que ella estuviera bien. La puerta se abrió cerca de las cuatro de la mañana y Fany entró completamente agotada y preocupada.
-Está bien.-musité.-No se despertó ni tuvo pesadillas. Voy a lograr que ella esté bien.
-Lo sé.-murmuró y se acostó junto a su hija.-Lo hiciste muy bien, Harry.
-Se va a poner contenta cuando vea que llegaste. Te extrañó mucho.
-Como cuando era chiquita. Cuando volví de mi primer viaje, ella todavía no nos había hablado nunca, pero ese día abrí la puerta y ella estaba sentada en la escalera. Corrió hasta mí y me abrazó con fuerza a la vez que cerraba los ojos. Me dijo que me había extrañado. No podía soltarla. No quería. Desarmamos todo juntas y durmió conmigo esa noche. Vos estabas en el hospital con Caro y ella... Mi preciosa bebita, estaba tan feliz de que yo estuviese ahí. La amo tanto. Y la escena se repitió tras cada viaje sin importar el día o la hora.
-Creo que Didi nunca amó ni va a amar a nadie como te ama a vos.-murmuré.
-Ella te quiere, Harry.
-Lo sé. Y estoy haciendo las cosas bien por primera vez. Fany, ella...-me detuve. No podía decirle que Diana sabía dónde vivía su padre, sólo la angustiaría.- Ella va a estar bien mientras sigamos acá.
-Lo sé.-Didi se movió entre mis brazos y Fany se apresuró a besarle la mejilla.-Hola, mi vida.
-¿Mamá?-preguntó sin abrir los ojos. Se estiró y la miró.-Te extrañé.
-Y yo a vos.-rió bajito.-Pero ahora es hora de dormir. Mañana tenés clases.
-No voy a ir.-murmuró y ajusté mi brazo en torno a ella.-Él va a estar ahí. No quiero.
-No podés seguir faltando.-dijo Fany.
-¿Qué necesitas, Didi? Decímelo y me aseguro de que todo esté bien para vos. Sólo decímelo.
-Quiero ir a otra escuela. A una donde no sepan de Caro.-murmuró y asentí mirando a Fany.
-Muy bien. Mañana mismo busco un lugar nuevo.-prometí y me miró sorprendida.-Podemos buscar los tres juntos.
-Gracias.-susurró y me abrazó aun tomando la mano de su madre.
Cerró los ojos y se dispuso a dormir. Fany le acarició el cabello con suavidad y luego el mío. Estábamos juntos en eso.

Hey angelWhere stories live. Discover now