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Volvimos a casa en silencio luego del almuerzo. El tío Niall debía irse y le había prometido a mamá llevarnos. Me senté junto a la ventana y Zackary delante. Ellos charlaban animadamente y yo guardé silencio. Miré por la ventana, dejando de oirlos, volviendo a un mundo en el que Caro hubiese estado cantando con papá, porque él nunca la habría dejado ir sola a ningún lado. Miré la calle que habíamos tomado para ir al recital y volví a ver el globo rosa. Estaba manchado y el peso lo hacía bajar un poco, pero aún flotaba gracias al helio. Era tan rosa como la ropa que le habíamos puesto a Caro al nacer, aunque eso sólo yo lo sabía. Pegué la mano al cristal y el frío me devolvió a la realidad recorriéndome desde la punta de los pies hasta la cabeza. El auto se había detenido y unas manos intentaban alejarme de la ventanilla. Me di cuenta de que estaba rígida, completamente dura y perdida.
-Shh.-murmuró alguien, aunque no supe muy bien quién, mientras enterraba mi rostro en su pecho.-Tranquila. Tranquila.
Miré a mamá y me aparté antes de bajar del auto. Harry estaba ahí. Quiso agarrarme, pero Zackary le ganó. Me dolía la pierna, pero más me dolía seguir viendo ese globo rosa flotando a duras penas, manchado de sangre y algo más mientras lo único que se escuchaba era un pitido, el aturdimiento de las explosiones.
-Perdón.-murmuró abrazándome con fuerza.-Perdón. ¿Podemos ir a tu cuarto?
-No.-dijo Harry, pero mi novio me miraba a mi.
-Zacky...-enredé mis dedos en su pelo y dejé que me alzara.-No te vayas. No otra vez.
Corrió dentro sin soltarme y escuché unos pasos pesados que nos seguían. Me acostó en la cama y lo atraje hacia mí, sosteniéndolo con todas mis fuerzas, tal y como lo habría hecho en aquel recital si lo hubiese encontrado.
-¿Estás bien?-pregunté bajito y él quiso apartarse. No lo dejé y me tomó con más fuerza.
-Sos vos la que está lastimada, no yo.-murmuró.
-Pero vos también estuviste ahí.
- Estoy bien. Tranquila. Me encontraste. Acá estoy, Didi.-se apartó y me besó una y otra vez.-Acá estoy.
Vi a Harry en la puerta, no parecía para nada contento. Desarreglado, estaba agitado, apoyado contra el marco de la puerta. Había arrugas en su frente y negaba una y otra vez. Volví a mirar a Zackary y me senté, descansando la cabeza en su pecho. Me rodeó con ambos brazos y pude oír su corazón. Nadie estaba tranquilo.
-Basta, Diana. Basta de todo. El lunes vas a volver a clase, no sólo eso, vas a volver a entrar en el equipo y a tener la cabeza en otro lado. No te quiero todo el día encerrada en tu habitación. ¡Vas a hacerlo!-gritó y se acercó a nosotros.-Ya no voy a soportar que sigas lastimando así a tu mamá ni a nadie.
-Dejá de fingir que te importa mamá, sabemos que preferías haber desaparecido después de la muerte de Caro. Hacelo. Andate. -dije y vi al tío Niall en la puerta. -Andate y dejanos solas, estábamos mejor así.
-No voy a dejarlas, son mi familia.
-Nos tenes bastante escondidas como para ser tu familia. ¿Tío, sabes qué me pasó en la pierna?
-¿Te caíste?-aventuró y negué. Volví a mirar al hombre frente a mí.
-Mejor hubiese sido para vos que me muriera en las explosiones. Puede que ni siquiera te hayas enterado. Creo que estás bastante ocupado lamentándote por alguien más.
-¡Era tu hermana!-gritó y se le fue la voz.
-Lo sé. Y la amé siempre. Desde el día que nació.-dije y aparté la mirada.
-Harry, salí del cuarto.-pidió mamá, pero él no parecía haberla oído.-Harry, salí. ¡Harry!
Entró y lo sacó por el brazo, cerró la puerta y se sentó junto a mí. Zacky me soltó, dejando lugar a los brazos de mi madre.
-No voy a volver al equipo.-dije y los miré a ambos.-Y no voy a perdonarlo nunca. Él no entiende nada.-me abracé a mamá y ella besó mi frente.-Mamá, esta vez no fui yo la que perdió la cabeza.
-Fui yo. Lo invité a vivir acá. Yo perdí la cabeza, mi amor.
-Tengo que ir a casa, Didi.-murmuró Zackary.-Voy a ponerles Netflix y a subirles la merienda. ¿Vas a estar bien?-asentí y miré a mamá.-Mañana vengo y no te vas a librar de mí.-reí un poco y me besó.-Te amo.
Mamá se acostó y me juntó a ella mientras Zackary ponía The Last Song. Nos cubrió a ambas con las sábanas y volvió a besarme.
No volvió con la merienda y supe que era culpa de Harry Styles.

Metí toda la ropa que pude en la valija y volví a salir rumbo a la casa de Fany. Niall me llamó, pero no atendí. No podía responder nada en ese momento. Cuando llegué, subí directo al cuarto de Diana y las encontré a ambas dormidas mientras en la tele se cargaba otra película. La apagué y me metí en el que algún día había sido mi cuarto y el de Fany. Ya no lo usaba. No quería tener nada que ver conmigo.
Dejé las cosas en su lugar y me dispuse a preparar la cena. Pastas, la comida favorita de Diana. Tenía que perdonarme. No debería haberle gritado de ese modo, pero siempre parecía hecharle la culpa a Caro de todo, o a mí. Siempre éramos culpables aunque no lo fuésemos.
La primera en bajar fue Diana. No debía caminar, pero siempre hacía lo contrario a lo correcto. Me acerqué, pero ella me evitó y terminó por salir de la cocina.
-Didi...
-No quiero hablar con vos.-me cortó.
-Hija, tenemos que hablar, aunque no lo quieras.
-¿Por qué?-se enojó.-¿Por qué tengo que hablar con vos? No quiero hacerlo. No tengo ganas. Ya no.
-No soy lo peor que existe, pero te empeñas en creer que si.
-No sabes ser un padre.-dijo y me dio la espalda.-O yo no sé ser una hija. No lo sé. Nunca me enseñaste. El único padre que tuve se fue, y vos nunca quisiste ocupar su lugar, nunca quisiste que esto funcionara.
Me acerqué y la tomé por los hombros sin dejar que se vaya. Ella se retorció e intentó sacar sus manos, pero la tomé mejor y la guié hasta el sillón. La senté a mi lado y vi que se esforzaba por no dejar caer las lágrimas.
-Como te gusta retarme.-dije y le pasé el brazo sobre los hombros y la atraje hacia mi cuerpo.-Diana, soy tu papá. Voy a serlo hoy y mañana y siempre. No tuvimos buenos momentos hasta ahora porque...-suspiré.-Tu hermana me necesitaba.
-¡No fue su culpa!-gritó y la junté más a mi pecho.
-No es eso lo que estoy diciendo, hija. Fue mi culpa por no poder hacer lugar para las dos. Para las tres.-me corregí.
-No quiero que vuelvas a lastimar a mamá.-dijo y se puso tensa antes de agarrarse la pierna.
La alcé e hice que estire ambas piernas en el sillón, quedando sobre mis rodillas. Acaricié el muslo lastimado con suavidad y volví a juntarla a mi pecho.
-No tenes que caminar más. Haceme caso, Didi.
-No queres que camine, pero queres que vuelva a la escuela. Y lo peor de todo, queres que vuelva al equipo.
-Eras feliz ahí.
-Yo sólo soy feliz con Zackary o con mamá.
-¿Por qué me odias tanto?-pregunté y ella se apartó de mí.
-Vos no querías adoptarme. Lo sé. Te escuché aquel día. Vos sólo la quisiste a Caro, siempre.-se puso de pie con rapidez y la mueca fue todo lo que quedó durante un instante.-Nadie quería adoptarme. Vos no fuiste la excepción. Todos la querían a ella. Nunca me quisiste de verdad.-dio varios pasos hacia atrás y subió corriendo las escaleras.
Escuché el portazo y volteé. Fany miraba hacia arriba, hacia donde Diana se había ido. Era cierto. Nunca había querido adoptarla. Pero al fin y al cabo lo había hecho, ¿no era eso suficiente? Todo lo que quisiera podía tenerlo. Muchas chicas darían todo por estar en su lugar, por tener una familia, por ser adoptadas. Caro lo había aceptado. Claro. Caro no sabía que alguien la había abandonado antes.

Hey angelWhere stories live. Discover now