The Drug Love | JM & SG

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No solo contaba con un físico admirable sino también es demasiado inteligente, profesional y calculador en lo que hace, tanto que incluso a su "alterego" no le encontrarán nada de cargos pero se encontró a gente que lo traiciono por eso estuvo encerrado ahí casi 2 años así que se las arregló para que nadie supiera quién era realmente y todos se hicieran a la idea que era Justin. Antes que estuviera encerrado ahí y a sus escasos 20 años controlaba un imperio de narcotraficantes enorme. La heredó de su padre pero sin embargo el duplicó el poder creado una red en casi todo el mundo, también contando con muchos casinos, algunos legales y otros ilegales, prostíbulos. Controlaba algunas subastas donde hombres se peleaban por muchachas inocentes, armas, droga, autos, casas, etc. Y ahora a sus 22 años regreso para tomar venganza y encargarse de nuevo de su imperio. Podían llamarle, loco, psicopata, asesino; y si todo esto era absolutamente verdad, pero una cosa estaba seguro, todo tenía su propósito. Todo esto era el. Era Justin Bieber y sus miles de demonios.

-¡Bieber! Es hora de levantar tu trasero- el oficial hablo de una manera golpeada mientras abría la puerta bruscamente. Jason levantó su cabeza de la almohada y sonrío a este aunque su sonrisa carecía de humor y estaba hecha de puro odio. Se levanto del intento de cama que no era más que una base de madera y una almohada sucia, llena de chinches, vomito, orina y otras sustancias. Se llevó sus manos a su rostro para después pasarlas por su cabello. Se acercó al hombre y antes de salir de la celda se posicionó a su lado y susurro.

-No sabes cuánto te voy a extrañar Johnson, mientras tú estés cuidando a jodidos criminales yo estaré follando con tu esposa después con tu hija y luego las asesinare. Ahora hazme un favor y colócame las esposas y se acabó el juego- Pura malicia era lo que desprendían sus palabras sin embargo nunca perdió su compostura.

-No te metas conmigo, no quieres tener tu trasero metido en esta mierda por más tiempo yo muy fácil puedo llevar tu declaración a mis jefe y te encerrarían otro tiempo más. No te conviene, no sabes en lo que te metes.- Hablo con fingida seguridad el oficial, pero claro que el que no sabía en lo que se metía era el.

-Y yo muy fácil podría hacerte la vida imposible a ti y a los que te rodean, te topaste con pared, salgo y me deshago de tu familia, vas de lamehuevos con tu jefe y doy la orden a mis hombres que lo hagan- Se encogió de hombros.

-¡Te extrañare Bieber!- Soltó las palabras con entusiasmo mientras daba un abrazo y palmeaba su espalda en un gesto amistoso.

-Lo mismo digo Johnson- McCann dijo con el mismo entusiasmo mientras se daba la mano con el que fue su único amigo en esta prisión. Al principio fue difícil pues nunca ha existido una relación Policía-criminal pero después se dedicaban a jugar cartas e incluso le hacía favores de conseguirle marihuana o cigarrillos e incluso un día en su cumpleaños número 21 le había traído una prostituta para que pudiera follarsela en una supuesta "cita conyugal" y claro el juego que tenían de bromearse uno al otro así que era un hecho que lo iba a extrañar. Era un hecho que Johnson sabía cuál era la verdadera identidad de "Bieber" pero el era consciente de que podía sacarle algún provecho, además que se consideraban de alguna manera retorcida buenos amigos.

-Claro que nos veremos pronto, me prometiste toda esa mercancía y a una que otra puta- Recordó a Jason mientras le colocaba las esposas para seguir el protocolo.

-Tú solo búscame y hasta te daré un mejor empleo que estar cuidando a bastardos- Hablo con un tono serio y profesional. Y los hombres comenzaron a caminar.

-Tengo que cuidar apariencias Jason- Susurro ya que se acercaban a la oficina del comandante.

-Claro, lo se. Pero nunca dudes en pedirme algo si lo necesitas- pidió

-Claro que lo haré y tampoco dudes en pedirme algo si lo necesitas- Y así entraron a la oficina.

Justin podría ser la persona más peligrosa del mundo, pero el jamás se mete con personas inocentes, no tenía algún caso si las personas no se metían en su camino.