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Desde que los chicos habían llegado de filmar un programa, el pequeño Jisung había desaparecido de la vista de todos.

No se apareció durante la cena, pero podían oír el ruido de la regadera, así que simplemente asumieron que él quiso adelantarse para tomar la ducha.

—Hyung, lo va a hacer de nuevo. —Murmuró Donghyuck al líder del grupo de los menores y éste se apresuró a callarlo para que no arruinara el ambiente tranquilo en el que todos se encontraban.

Al terminar de comer, empezaron a bañarse, mientras otros limpiaban y uno que otro miraba la televisión, esperando su turno en el baño.

El maknae había salido desde hace tiempo del baño, y estaba ya dormido en su cama, o eso aparentaba a la vista de sus compañeros de cuarto.

—Ya hay que dormir, mañana se le pasa, no creo que sea tan grave como la ultima vez. —Susurró Taeyong, mandando a todos a dormir.

3:00 am

Jisung observó a sus compañeros y, al comprobar que estaban ya dormidos, bajó de su cama y tomó una cobija, saliendo a la sala de estar.

Encendió la televisión y le bajó todo el volumen de inmediato. Se sentó en el sofá y buscó algo bueno en la televisión a pesar de que ni siquiera iba a verla.

Y lloró.

Lloró porque estaba decepcionando a sus hyungs, porque él no era tan talentoso como ellos.

Lloró también porque se sentía solo. Se sentía solo a pesar de que siempre estaba con sus compañeros, sí, eran sus amigos, pero no lo ayudaban a sentirse menos sólo.

Porque la que estaba sola era su alma.

—Jisung-ah. —Susurró alguien que se había sentado en el sofá, que ni siquiera había notado el menor. Rápidamente intentó limpiarse las lágrimas pero sólo las esparció por su cara haciendo al mayor reír. —¿Estás bien, Jisung?

De inmediato asintió el menor, alejando la vista del que era su hyung (aunque no por muchos años).

El mayor le extendió un rollo de papel de baño, pero antes de dárselo, cortó un pedazo y limpió un poco las mejillas de su dongsaeng.

Ambos continuaron viendo la televisión por un rato más, hasta que un sollozo escapó del menor, quien seguía llorando.

—Oh, Jisunggie. —Se acercó el mayor a su lado y acarició su espalda, y con su otra mano quitándole los cabellos de la cara le susurró. —¿Qué sucede?, ¿qué necesitas?

—Abrazame, hyung. Abrazame, por favor.

Y lo hizo. Pasó sus brazos entre los del menor y lo apegó a su pecho.

Aunque Jisung era más alto que él, cabía perfectamente entre sus brazos y se sentía protegido.

—Sabes que no tienes que sufrir sólo, ¿verdad?, ¿lo sabes? Aquí estamos todos para escucharte y para ayudarte. No necesitas estar escondiendo lo que sientes...

—Shh, silencio. —Respondió el menor, derramando aún más lágrimas que al principio. —Gracias.

7:00 am

—Oh por Dios, que tiernos. —Yuta sacó su teléfono y tomó varias fotos de los menores dormidos en el sofá. —Sicheng, ven a verlos.

abrázame, por favor • chensungWhere stories live. Discover now