Eso no le agrado para nada al trió de oro, pero no tenían más remedio que continuar. Hermione había concentrado toda su atención en los duelos, evitando a toda costa ver directamente al profesor, pero conforme la clase iba avanzando  y las parejas perdedoras se hacían a un lado, solo pocos quedaban y era inevitable que el profesor ocasionalmente pasar por su lado, hasta ese momento no le había hablado directamente a ella, por lo que no había sido difícil evitarlo, pero pronto eso cambiaria cuando ya solo quedaban tres parejas. Zabini con Parkinson, Weasley con Potter y Granger con Malfoy.

Vladimir era un hombre inteligente, había tenido la atinada idea de enfrentarlos para evaluar su fuerza, sus aptitudes mágicas y sus puntos fuertes como débiles. Siempre es bueno conocer al enemigo para encontrar la manera de vencerles y tenía que reconocer que había subestimado a ese trió, Potter era hábil con la varita, tenía determinación y era osado al usar los hechizos aunque solía usar más los defensivos a los ofensivos para no lastimar demasiado a sus contrincantes. Weasley era más errático en sus movimientos e impulsivo pero era fuerte y ágil, se notaba que se acoplaba a la perfección con su amigo, haciendo que sus ataques a pesar de ser simples o incluso débiles fueran decisivos.

Por otro lado su sobrina también lo sorprendía, no era que fuera demasiado habilidosa en el combate pero era ingeniosa y tan rastrera que usaba incluso los trucos más inesperados y poco ortodoxos que hacían de ella alguien letal si la subestimaban, su acompañante Zabini ese sí que era bueno en el manejo de la magia, se notaba su fuerza y los conocimientos que tenia sobre hechizos poco conocidos.

A los que no sabía cómo catalogar era a Malfoy y Granger, conociendo su historia el solo hecho de que estuvieran juntos era un enigma, no le agradaba mucho esa unión, mezclarse un sangre pura con una impura no era algo bueno bajo sus preceptos de superioridad, pero con forme los vio en acción su desagrado y desconcierto creció considerablemente.

La castaña estaba en extremo concentrada, parecía no prestarle atención a nada que no fuera su pareja de duelo y sus contrincantes, a penas iniciaba el duelo, ella ya había definido las tácticas empleadas y a pesar de parecer débil la realidad era otra. Comparada con el errático de Weasley ella no dejaba nada al azar, sus movimientos eran calculados, medidos casi milimétricamente, parecía seguir un plan que ella misma diseñaba solo segundos antes de recibir un ataque y Malfoy no era débil en lo absoluto, era también muy limpio en la definición de sus ataques, fuerte y de movimientos rápidos y fluidos, pero sin duda y a pesar que parecía que no lo notara del todo el orgulloso Slytherin, la voz cantante la llevaba la muchacha.

Granger era la primera en moverse y Malfoy se acoplaba a sus movimientos intensificándolos y haciéndolos implacables, porque el rubio atacaba sin las contemplaciones de Potter, pero si con una velocidad similar que lo hacía peligroso.      

Lo que despertaba mas la curiosidad de Vladimir era que esa castaña no lo miraba, podría jurar que incluso lo evitaba, pero eso no tenía sentido cuando esa era la primera vez que se veían.

-Señor Malfoy, Señorita Granger es su turno. -Les  aviso y ya los esperaban en el centro del aula Pansy y Blaise.

Hermione temblaba mientras se acercaba al centro del salón, sosteniendo con fuerza su varita, tratando de no ver fijamente a la morena para no despertar esos recuerdos que la atormentaba,

-Tranquila. -Le susurro Malfoy. -Encárgate de Zabini, yo haré el resto.

Con más confianza tomo su posición enfocándose en su objetivo, confiaba en Malfoy y estaba segura de que no la dejaría perder el control.

No fue un duelo que durara mucho, Malfoy cumplió su parte usando incluso un poco de fuerza excesiva, al mandar volar a Pansy al otro extremo de la habitación casi en cuando inicio el encuentro. Zabini sintió un escalofrió recorrer su columna cuando estuvo frente a la castaña, quizás en lo más profundo de su subconsciente recordó que no era muy buena idea ponérsele en frente, el dolor en su espalda era quizás el único vestigio que quedo de ese enfrentamiento después de que el rubio le borrara la memoria. De cualquier manera Granger cumplió también con su parte dejándolo fuera de combate con un par de movimientos.

Sanando Mis HeridasWhere stories live. Discover now