Tenía que pensar muy bien su decisión pues Granger había sido clara, le estaba dando una oportunidad única que no se repetiría. Pero era difícil por un lado ansiaba verlos de nuevo y por otro temía sabiendo a que se enfrentaría.

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Hermione caminaba por los pasillos del colegio rumbo a su siguiente clase, llevaba una de sus manos sobre su pecho sintiendo la pequeña piedra bajo su túnica, la llevaba colgada al cuello dentro de un pequeño saquito de terciopelo escarlata encantado, de donde solo ella podía sacarla.

Caminaba distraída, no podía dejar de pensar en sus padres en las ansias que tenia de verles y comprobar si murieron sin recordarla. Pensaba una y otra vez todo lo que les diría, había pasado toda la noche en vela solo meditando en encontrar las palabras justas para pedirle perdón por no haber llegado a tiempo.

Le había ofrecido a Malfoy la misma oportunidad que tendría ella de enfrentar a sus seres queridos muertos, por eso esperaba a pesar del nerviosismo por una respuesta, imaginando el dilema en el que estaría ahora el rubio, pues ella misma había estado en esas mismas circunstancias semanas atrás, por eso había pasado largas tardes sentada frente a la ventana de la habitación de Malfoy mientras le cuidada, abrazada al libro que había sido su herencia y meditando sobre el asusto de buscar la piedra de la resurrección.

Absorta como iba se impacto fuertemente con alguien al dar la vuelta en una esquina de uno de los corredores, hubiera terminado en el piso de no ser que la sujetaron por el brazo para estabilizarla.

Se habia topado con tres Slytherin; Parkinson, Nott y Zabini, los altos muchachos caminaban a los francos de la morena, por eso habia chocado con el castaño, mismo que la sostuvo para evitarle la caída en acto reflejo.

-Suéltala, no deberías tocarla. -Escucho la voz irritada de Parkinson.  Nott obedecían son cierta lentitud.

Hermione no se molesto por el tono usado estaba más que acostumbrada a ese tipo de arrebatos de la morena que ahora era la lideresa de los Slytherin y no había perdido oportunidad para dar muestras de sus eternos aires de grandeza. Por eso la ignoro por completo centrando su atención en el castaño que la había librado de un buen golpe. -Gracias Nott. -Le dijo y pretendía continuar su camino pero una mano la detuvo sujetándola por el codo.

-Aunque seas una de las heroínas del mundo mágico. -Dijo con sarcasmo la morena. -No dejas de ser una patética impura que no tiene derecho de ni siquiera hablarnos.

La Gryffindor la miro a los ojos mientras le hablaba, lo que la hizo palidecer por algún motivo, se soltó de un jalón del agarre de la morena y sin decir nada se alejo como si escapara de esos ojos oscuros de Pansy.

El comportamiento de la castaña les resulto extraño, pero más extraño fue como Pansy comenzó a reprender a Nott por intervenir para que no se cayera, lo que la hizo ganar una mirada despectiva y que el muchacho la dejara con la palabra en la boca, ya que molesto y arto del comportamiento de Parkinson se fue dejándola con un palmo de narices.

Theodore era un muchacho tranquilo que procuraba mantenerse al margen de los problemas, lo que le había ayudado para ser de los pocos jóvenes Slytherin que estando en edad no se había iniciado como mortifago activo, aunque lamentablemente también llevaba la marca en su antebrazo.

Hasta entonces había procurado no revelarse contra la morena, pero le parecía insoportable en ocasiones cuando volvía a las viejas manías para insultar, amedrentar, asustar  y menospreciar incluso a los de su misma casa para recuperar las viejas glorias elitistas, pero la gota que había colmado su paciencia fue  quizás una estupidez, pero ya habia dejado pasar demasiadas cosas como para seguirse conteniendo, después de todo fue gracias al trio de oro que había terminado la época oscura del señor tenebroso y que tratara de esa manera a Granger era algo simplemente intolerable cuando ella arriesgo su vida para salvarlos de un negro porvenir.

Sanando Mis HeridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora