Estaba claro los medios que llevaron a Laura a llegar al Reino Ensalada. Por elección del hijo del Rey, ahora deberá tomar posesión y ser la princesa a cargo de todas las frutas del reino. Sólo tiene diez años, necesitará mucha ayuda para cumplir con su labor. El consejero Limonisal, estará en todo momento dispuesto a corregirla y orientarla.
Todos en el reino la recibieron con mucho agrado. Como es tradición debe ser presentada ante el pueblo en el balcón real.
En estos momentos Laura está en su habitación con su vestido puesto, frente al espejo no deja de detallar cada uno de sus brillos, las alas y la hermosa corona de oro, le dan el toque mágico a todo su atuendo.
Tocan a la puerta.
-Adelante- responde Laura
La puerta es abierta e ingresa el consejero Limonisal.
-Princesa Laura, el pueblo la espera- dice sin ingresar a la habitación, guardando el debido respeto que debe tener un caballero con respecto a la habitación de una señorita.
-Tengo miedo... ¿Y si no les agrado? Tan sólo soy una niña, ¿cómo van a creerme?- nerviosa, Laura junta sus manos. –Mira me sudan las manos-
El consejero trata de tranquilizarla
-El pueblo espera con bastante ansiedad a la nueva princesa. Que seas una niña es lo que te trajo aquí, o ¿qué adulto podría tener la conexión que tienes con nosotros? Viven en un mundo, que para ellos es real, sólo conocen una realidad y con esa se conforman. Han limitado su imaginación al punto que esta ha muerto lentamente. Laura, tu carisma, tu sonrisa, esa peculiar forma de contemplar la belleza de lo que te rodea y sorprenderse por los detalles, eso es lo que necesita este reino, un reino que en estos momentos quiere conocerte-
Y como si fuera revelación o como si hubiera logrado un corto circuito, Laura recupera su confianza y deja dibujar una sonrisa en su rostro.
-Estoy lista- dice ella con seguridad
El Consejero la lleva hasta el balcón, cada paso les permitía escuchar al pueblo, que con sus voces anhelan ver a la princesa. Llega al balcón real y el mismo sol brilla en los adornos de su vestido y las alas se abren cobrando vida; todo un espectáculo. El pueblo guarda silencio, sorprendidos. Laura inclina su rostro y cierra sus ojos.
-Reino Ensalada, saluden a su princesa Laura Mariposa- Dice el Rey, lo cual hace que Laura abra los ojos y lo mire.
Complacida por su presencia mira al pueblo y levanta su mano para saludar, lo que hace que todo el pueblo grite de alegría y suenen tambores y flautas, el pueblo está contento.
-¿Ves? No tenías que preocuparte- se acerca Limonisal.
-Son un pueblo muy feliz- Comenta Laura
-Esperemos que esta felicidad dure- Agrega Limonisal
-¿A qué te refieres?- inquieta pregunta
-Ahora no, disfruta de la aceptación del pueblo- El consejero evita responder y da un paso atrás.
Entrada la noche, las calles de Reino Ensalada, sigue de fiesta, unos bailan, otros juegan, suena música en cada esquina.
En la biblioteca del palacio, están reunidos el Rey, Laura, el Consejero Limonisal y el General de las tropas Naranjas.
-Ahora que el pueblo está enterado que la princesa comienza su labor- habla el Rey, -No ignoremos que la princesa Piña tarde o temprano arremeterá contra el reino-.
-Considero que las tropas deben estar listas- Limonisal hace su comentario.
-Considera bien, respetable consejero- Responde el General Naranja –Las tropas están en continúa preparación, entrenamiento y prestos a defender al Reino Ensalada a cuesta de sus propias vidas-
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El reino de la Mariposa
FantasyAl abrir sus ojos con cierta dificultad por la luz, frente a ella, se encuentra a un personaje muy extraño, una Naranja con manos, ojos, pies y una lanza en su mano derecha. -Te estábamos esperando- Dice la Naranja Laura se sorprende al escuchar que...
