CapítuloCincuentaYCinco|Sorpresas|

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Se duchó y se cambió de ropa. Salió de aquél lugar. Debía ir rápidamente a donde estaba Kara. Le harían un eco en el que verían si se podría ver el sexo de su bebé y, no podía esperar para saberlo. ¿Quién lo diría? Jamás en su vida, antes de conocer a Kara, se había imaginado lo que sería estar ansioso por saber el sexo de su hijo. Estaba feliz y esperaba que todo saliera bien. 

Tuvo que ser fuerte por ella durante las primeras semanas de la muerte de Erick. Lloraba continuamente y no mejoraba. Empeoró cuando se enteró que le habían cremado y no le habían dejado verlo por última vez. Soportó sus gritos y llantos hasta qué, poco a poco, se calmó y logró entender que lo sucedido aquella noche con él, había sido su decisión. 

Condujo lo más rápido que pudo a la clínica al darse cuenta de que iba tarde. Llegó y corrió hacia la habitación de Kara. Allí, al entrar, estaba su familia observando la pantalla de la máquina y el amigo de ella moviendo el pequeño aparato por su vientre.

—¡Se puede saber quién les dio permiso de empezar sin mí!

Recorrió furioso la habitación y se posicionó al lado de Kara. Ella sonrió dulcemente y él sólo le gruñó.

—Sabías que no debías empezar sin mí.

—Te esperamos diez minutos y yo ya no podía esperar, pero ve el lado bueno, llegaste a tiempo.

—Ajá, bueno, ¿todo está bien?—habló, mirando hacia el doctor—. ¿Ya saben que es lo que se veía detrás de él?

—Estamos en eso—respondió el doctor que estaba a cargo de Kara.

Movía el transductor alrededor del vientre y sonrió al por fin dar con aquello que le habían dicho que otro doctor había visto en la primer ecografía.

—Oh, esto seguro no se lo esperaban—habló mirando hacia la familia—. Es una grata sorpresa.

—Habla de una maldita vez.

—Noah no maldigas en frente de nuestro bebé.

—De hecho, son dos, no uno, Kara.—la expresión pasmada de ella le hizo sonreír y prosiguió—. El primer feto está delante del otro y por eso en la primer ecografía no se podía distinguir y se veía como algo extraño y serán gemelos idénticos.

—Van... ¿v-van a ser dos?—tartamudeó Noah mirando hacia la pantalla—. ¿E idénticos? ¿Cómo haremos para diferenciarlos?

—Sí. Espero y gocen de mucha paciencia, porque la necesitarán.—siguió moviendo el transductor, intentando ver el sexo del primer feto, pero éste se había girado y no se podía detallar el sexo de éste—. Éste mes no podremos saber el sexo, así que será para el próximo. Y respecto a cómo los reconocerán, ya encontrarán la manera de diferenciarlos si son del mismo sexo.

—¿Cuándo podré irme?—preguntó Kara, llevaba casi un mes allí recluída.

—Hoy mismo si así lo deseas, pero recuerda que debes estar tranquila. Cualquier alteración podría matarlos, así que—miró hacia Noah—, nada de alterarla, o estarán en peligro. Recuerden que su embarazo es de alto riesgo.

Sus cuñados estaban a su lado, felicitándolos por la sorprendente noticia. ¿Quién lo podría imaginar? Noah aún seguía pensando en la noticia, acordándose lo que fue soportar los llantos de Ariel y Uriel cuando estaban pequeños. ¿Él tendría que pasar por aquello y no podría devolverlos cuando se colocaran fastidiosos? Suspiró y sonrió.  

Noah fue hasta Kara y, luego de darle un beso en la frente, tomó su mano izquierda y deslizó el anillo que siempre le perteneció.

—Oh, Noah...

Corazón Principiante✔️Where stories live. Discover now