PRÓLOGO

13 1 0
                                    


«Mi más sentido pésame Abigail, sabés lo mucho que amaba a tu madre. »

Esas fueron las palabras más dolorosas que me dirigió mi padre. El mismo hombre que la golpeó hasta matarla, el mismo sínico que luego de cada golpe le decía «Te amo»
No pude mirarlo a la cara ese día, sentía tanto asco de que él se encontrara ahí, en el funeral de mi madre. Podía revivir una y otra vez los golpes que le daba, los gritos de mi madre, el sonido de mi llanto mientras me aferraba a mi gatita en la esquina de la habitación. Podía sentir otra vez ese miedo, esa impotencia. Veía de nuevo a mi madre tumbada en el suelo, sangre escurriendo de su cabeza, su boca, su nariz. En mi mente resonaba la voz de mi padre llamando a la policía, contandole como él había llegado a la casa y había visto a mi madre así, muerta. Diciendoles que creía que habían intentado entrar a robar pero mi madre se resistió. Y así termino el caso, como un robo fallido. Un ladrón al que se le había ido todo de las manos y un pobre esposo con una inocente niña de siete años desgarrados del dolor. Nunca pude abrir mi boca, nunca salió la verdad. El miedo era más fuerte que la realidad. El miedo a terminar igual que ella, pudriéndome bajo tierra. 

(Des)AmorWhere stories live. Discover now