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Lee este capítulo si elegiste la segunda opción ¿ok?

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Escuchó los famosos cascabeles de Santa Claus tan típicos de las películas americanas.

Se giró asombrado al escuchar dicho sonido el cual descubrió que venía del teléfono de una madre que llevaba a su hijo en un carricoche, el niño alzó la mano buscando agarrar lo que fuera que producía ese sonido y que le hacía reír.

Izaya suspiró y se pellizcó el puente de la nariz al darse cuenta que, por un segundo, había pensado en el verdadero Santa Claus y su trineo tirado por renos.

-Debo ser idiota – murmuró para sí mismo.

-La verdad es que sí, en muchas ocasiones pero pensé que no lo sabías.

Esa voz, esa voz grave solo podía permanecer a una persona.

Se volteó confirmando lo que su cuerpo y su corazón ya tenían claro, Shizuo se encontraba detrás de él con un cigarro entre los dedos y sus ojos color miel puestos sobre los de Izaya.

-¿Q-Que haces aquí? – la voz le traicionó al informante y le tembló ligeramente, algo por lo que maldijo internamente.

-Sabes que día es hoy ¿Verdad Izaya? – no se notaba rastro alguno de enfado en su voz ni en su cuerpo.

Simplemente asintió esperando por algo más de información, al ver que el silencio se instaba entre ellos abrió los labios dejando escapar la palabra "Navidad" muy bajito.

-Así es, hoy iba a comer con los del trabajo y luego me iría a casa como un día normal, quizá hablara con Celty, quizá con Kasuka pero nada más hasta que Vorona llegó ayer en la mañana con una importante noticia para mí.

Izaya mantenía todos los sentidos centrados en el rubio, en su voz que echaba tanto de menos, su olor que le había vuelto adicto, su figura perfecta, sus labios que anhelaban probar de nuevo ese sabor a nicotina y sus dedos que se movían solos en busca de tocar esa piel ligeramente áspera y cálida.

-Me dijo que quería volver a Rusia y me pidió que la acompañara.

Sintió que todo se hundía bajo sus pies y cerró los ojos que empezaba a sentir húmedos.

-Yo no quie-

Shizuo puso sus manos sobre el cuello del moreno y le besó acallando sus palabras; pudo notar el temblor del cuerpo de Izaya el cual con un esfuerzo sobrehumano le separó.

-Si es un beso de despedida podías ahorrártelo.

-Me quedo.

-¿Qué..?

Shizuo sonrió y limpió una pequeña y cristalina lágrima que se deslizaba por su mejilla.

-Por un momento pensé en lo que quedaría aquí y lo primero que se me vino a la mente fuiste tú. No podía soportar el hecho de no volver a verte y por eso me quedo aquí, contigo.

-Eso significa que...

Shizuo le atrajo hacia sí en un fuerte abrazo acariciando su espalda.

-Significa que te has convertido en la persona más importante para mí.

-¿Es un sueño? – murmuró aferrado a su cuerpo.

-No, te estoy diciendo que me gustaría volver contigo si aún me aceptas y es muy real.

Izaya se separó de golpe, la cara cubierta del rastro las lágrimas que salían sin cesar y una tierna sonrisa dibujada en sus labios.

-Claro que acepto, te quiero y estar juntos es lo único que he querido siempre – acarició su rostro y se puso de puntillas para besarle, el beso con el que soñaba cada noche y día.

Shizuo tras corresponder ese beso y otros cuantos que se continuaron le separó un poco y cogió su mano en la cual depositó aquella roja y diminuta caja. Al abrirla pudo ver un par de anillos dorados de distintos tamaños; cogió el más pequeño y se lo puso en el dedo anular.

-Me he dado cuenta que eres la persona a la que amo y con quien quiero pasar el resto de mis días, por eso te entrego este anillo Izaya, para que siempre estemos juntos ya que no podemos hacerlo legal.

Miró ese brillante anillo y se lo llevó al corazón, aún no se lo podía creer. Acto seguido cogió el otro anillo en el que podía leer "Shizuo & Izaya Forever" y se lo puso al rubio en el dedo anular.

-Te amo más que a nadie. Te has llevado mi corazón, mi alma y mi vida que ahora te pertenecen y quiero que sepas que pase lo que pase siempre, siempre estaré a tu lado. Eres capaz de hacerme sentir la mayor de las alegrías o la tristeza más absoluta y aún así seguiré amándote. Estos anillos son un símbolo de aquello que mi corazón más anhelaba y con ellos se forja la promesa de un amor mutuo y eterno entre los dos.

Shizuo se quedó perplejo ante el hermoso discurso de Izaya y entrelazando sus manos le besó de nuevo, el beso que sellaría esa promesa de una vida juntos.

Finalmente abandonaron la calle cogidos de la mano y entonces Izaya pudo ver en su amado esa expresión alegre tan característica de un hombre enamorado por lo que miró al cielo.

-Cumpliste mi deseo, gracias.

-¿Qué dices? – Shizuo le miró curioso aunque sin quitar la sonrisa.

-Santa Claus existe Shizu-chan y ha cumplido mi deseo.

-¿Qué deseo? No entiendo lo que dices.

-No es necesario que lo entiendas, solo hay que creer.

Volvió a besarle y ambos se marcharon rumbo a iniciar una nueva vida...Juntos.

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Love is in the air!!

Menudo regalazo se ha marcado el gordo para esta parejita, se lo merecen.

Ahora me siento mucho mejor jeje

Nos veremos pronto y gracias a toda la gente que lee, comenta y vota, se os quiere.

Byee

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Mi deseo para esta NavidadWhere stories live. Discover now