La oscuridad me estaba jugando una mala pasada, sí, reconozco que soy una miedica, pero en mi casa siempre duermo con mi gato y eso me quita el miedo, ahora Missy no está aquí, se quedó encerrada en mi casa. Qué horror..

-John...? -susurré inocente asomando la cabeza por su puerta

-..Qu..Qué quieeeres ahooora.. -dijo dormido con tono molesto.

Entré con cuidado y me acerqué a él aún de pié como una niña pequeña.

-No puedo dormir... ¿Puedo quedarme contigo? -supliqué con voz temblorosa

-Mira que eres pesada, vas a volverme loco.. -se quejó murmurando mientras me hacía un hueco en su cama.

-Gracias -me metí en la cama a su lado tapándome entre sus sábanas.

Me dejó por fuera de la cama, y me daba cosa girarme hacia la puerta así que me acosté de cara hacia él, podía ver sus ojos cerrarse poco a poco.. Era precioso.

-Oye John.. -susurré

-Dime.. -susurró con los ojos cerrados

- Perdón por haber sido tan dura contigo estos días

-No pasa nada

-Quiero que estemos bien aunque no seamos nada, estar en paz..

-Me parece bien..

Hablaba con los ojos cerrados como un niño pequeño tratando de dormir, me sentía agusto con él, podía sentir que su pierna rozaba con la mía y que me transmitía su calor...notaba su respiración tranquila cerca de mí..

-John..

Esta vez tardó en responderme, se estaba quedando dormido.

-..sí?

Quería decirle que me encantaba verle dormir, que me besara de una vez, que me estaba dando cuenta de que algo quedaba de lo nuestro y que..

-Yo.. -suspiré y me di la vuelta - Buenas noches.

-Buenas noches.

Me dormí.

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Los rayos de sol penetraban las cortinas azules de ese cuarto blanco y azul, parecía que había dormido años, me sentía descansada.. Genial.

Poco a poco fui abriendo los ojos e inconscientemente sonreía, ¿por qué? no lo sé. Sentía que detrás de mí había alguien abrazándome.

-John -pensé en voz baja y sonreí volviendo a cerrar los ojos..

¿¡QUÉE?! Abrí mucho los ojos, ¿John?, ¿Qué hora es? ¡Hoy tengo clases!

-John!!!!! -grité a la vez que me levantaba de un golpe.

Él sólo gemía para que me callara tapándose la cabeza con la almohada.

-¡LEVANTATE SON LAS 10 DE LA MAÑANA! ¡HOY TENÍAMOS CLASE A LAS 8! - Decía yo mientras de rodillas sobre la cama comencé a darle con la almohada -¡LEVÁNTATE!

En ese momento no sé cómo lo hizo, pero me cogió de la cintura y se puso encima de mí.

-¿Te quitas de encima? Vas a asfixiarme -Dije luchando por apartarle, pero no podía, era demasiado fuerte ese cuerpo de gimnasio podía más conmigo

-No -dijo riendo con su cabeza en mi hombro

-Jooooohn... Quita!! -empecé a reír yo también al sentirme indefensa

Mientras me reía comenzó a besarme el cuello con pequeños besos que me erizaban la piel. En ese momento dejé de reír..

-John... ¿qué haces? -me había cogido de las manos con cuidado para agarrarme y de manera muy suave y lento me daba besos haciéndome estremecer y sentir su aliento en mi cuello..

Me miró a los ojos muy cerca de mis labios.

-Déjame besarte, Lola.

Un escalofrío de calor invadió mis mejillas y me puse incluso nerviosa, deseaba que lo hiciera..

-No, John. -le dije apartándole, se hizo a un lado y me dejó levantarme de la cama.

-Está bien, lo siento.. -se sacudió el pelo entró en el baño.

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Vaya día, y ¡vaya noche!. Cuando me fui de casa de John bajé a recepción (sí, con las pintas que tenía) y le pedí la llave de repuesto al conserje, así que entré a casa, y pude recuperar mis llaves devolviéndole de nuevo las suyas.

La ducha de agua fría me hizo reflexionar demasiado las cosas. Me relajaba sentir caer las gotas frías sobre mi cara y deslizarse por mi cuerpo, me hacía evadirme del mundo, y gracias a eso caí en la cuenta de que lo que hice anoche no estuvo bien. Bueno, realmente no hice nada, se me quedaron las llaves en casa no tuve otra opción. Y esta mañana me negué al beso aunque lo deseaba... Realmente no he hecho nada malo.

John... En boxers... En la puerta... Mirándome así... Sin camisa... Besándome el cuello... A dos centímetros de mí... Comencé a pensar en todos esos momentos y mi mano empezó a deslizarse por mi cuerpo, hasta casi llegar al...

¡¿QUÉ COÑO HAGO?!

Salí de la ducha, me sequé el pelo con el secador, me puse unos jeans ajustados, unas botas marrones y una camisa blanca con una chaqueta marrón. Necesitaba ver a mi novio.

De: Lola

Para: Dan

"Hola rey, buenos días... Tuve un imprevisto y no pude ir a clases esta mañana, ¿nos vemos luego?'

De: Dan

Para: Lola

"Princesa, te echo de menos, claro que sí, te recojo a las 4 y damos un paseo vale? Te quiero"

De: Lola

Para: Dan

'Ok, te quiero!'

Le mentí. No iba a esperar hasta las 4 para verle, aún eran las 12, iré a la universidad a verle aunque yo no entre en clase.

Hoy el día estaba oscuro, frío, con pinta de llover.. ¿Se puede saber POR QUÉ? Odio los días así.

Fui a pié así que tarde un poco en llegar pero ya por fin estaba a tan solo una manzana de la gran Facultad de Princeton. Tenía ganas de verle, de abrazarle.. Sólo hacía un día que no le veía porque le vi ayer pero es igual, le echo de menos siempre.

Crucé el paso de peatones enorme que hay frente a la facultad, entré subiendo las escaleras a paso acelerado y me dirigí a la cafetería, a esta hora él siempre está allí. Abrí la puerta y comencé a buscar con la mirada, vi a su amigos pero no a él, ¿donde demonios estaba?..

Me hice paso entre la gente buscando mirando, vi a Cristian con Marta pero no quise molestarles, Anne estaba con dos amigas suyas y raro es que no estuviera Jorge. Todo esto es muy raro.

-Hola chicos, ¿han visto a Dan? -pregunté a sus amigos que estaban en la barra.

-Sí, acaba de irse, ya no tiene clase - dijo el rubio.

-Gracias! -sonreí y corrí a la salida antes de que se fuera, pero maldita la hora en que salí de allí, maldita la hora en que vi lo que vi en ese momento, maldito seas Dan.

Ven conmigo, Lola.Where stories live. Discover now