Comenzamos a caminar pero alguien me toma por el brazo y me atrae hacia él, Evan me envuelve entre sus brazos y susurra en mi oído

– Suerte y no pates el trasero de nadie, aun no es momento de tener problemas con el director

- Este bien – le sonrió y me despido de Dylan – nos vemos luego

Camino junto con Arian hacia nuestros casilleros que están prácticamente juntos, al terminar de arreglar mis cosas, nos vamos pero todos los que pasan a nuestro alrededor no dejan de mirarme y susurrar entre ellos, eso me recuerda a mi antigua escuela y es que me paso lo mismo cuando comencé a salir con Zac nadie dejaba de mirarme y susurrar cosas, claro él me dijo que no le hiciera caso a nadie que si las personas no querían comprender que me amaba era su problema, que gran actor era. Nos detenemos frente a una puerta gris

-Aquí será nuestra primera clase, ¿Lista?

- Si, hay que entrar de una vez por todas – Arian se ríe y abre la puerta del enorme salón de paredes azules, hay diversos chicos sentados en las mesas, Arian recorre con la mirada el lugar para después caminar hacia el fondo sin saludar a nadie, camino tras ella y siento la mirada de todos sobre mí, nos sentamos en la mesa del fondo y cuando miro hacia el frente todos se han girado en sus asientos y me miran fijamente

-¿Qué miran? – digo con indiferencia logrando captar la atención de todos, que inmediatamente dejan de mirarme

-Tranquila- dice Arian con una sonrisa burlona

-Es que me harta ser el centro de atención, míralos no son nada descritos y mierda no llevo ni un día aquí - masajeo mis cienes

- Eres nueva ¿Qué esperabas? Ahora para todos eres un misterio y acomode lugar querrán saber todo de ti, por lo que ándate con cuidado de todas las chicas más cotillas de aquí, querrán tener toda tu información hasta el nombre del doctor que ayudo a tu madre cuando tu naciste– arqueo mis cejas - ¡En serio! Te aseguro que estas perras deben tener una carpeta llena de la información de cada uno de los estudiantes

- Se nota que no te caen bien

- Las odio, no hay ningún chico que se salve de las estúpidas historias que inventan, a todos alguna vez estas estúpidas les han inventado algo, si no es un revolcón con alguien es que se burlan porque aún son vírgenes, nadie está fuera de sus garras

- ¿Hay otro grupito al que odies?

- Al grupito de las zorras, esas que ya se han acostado con medio mundo, molestan a los demás y cuando se meten en problemas las malditas poner su cara de perras tristes y logran salir de sus problemas, todo esto te sonara cliché pero a donde quiera que uno vaya siempre van estar estos dos malditos grupos

- Ya estoy empezando a odiarlas

- Oh, te aseguro que las odiaras mucho más tan solo de verlas

La puerta se abre y aparece el que debe ser mi profesor, un hombre de estatura media, pelo canoso, tez blanca, deja sus cosas en su escritorio y se gira hacia nosotros colocándose unos pequeños lentes

- Buenos días, chicos. Qué bueno es volver a verlos, ¿Qué tal les ha ido? – Nadie responde y él hace una mueca – es bueno ver que vienen con toda la actitud, así que bienvenidos - se gira hacia su escritorio y saca un papel – Me parece que tenemos una nueva alumna – se gira de nuevo y observa con detenimiento a todos los chicos, hasta detener su mirada en mi – ¿Daira Mason? – asiento - pase al frente y preséntese por favor – Maldición, me levanto de mi asiento y camino hacia el frente sin prestarle atención a nadie, llego a donde se encuentra el profesor y me giro para así quedar de frente a todos

- Soy Daira Mason y vengo de Seattle – es lo único que lograran saber de mi

- ¿Algo más que guste decir? – habla el maestro

- No, nada – me encojo de hombros

- Esta bien, señorita Mason, yo soy el maestro Marcos, mucho gusto

- Mucho gusto – le sonrió de lado

- Pase a su lugar para dar inicio a la clase– me giro y camino de nuevo a posicionarme a lado de Arian que me sonríe y niega

- Los haces sufrir, ellos esperaban que dijeras todo de ti

- Que sufran a mí me da igual

(...)

Y así pasaron las tres primeras horas de clases antes del descanso, algunas aburridas otras no, yo no era precisamente la alumna estrella, odiaba algunas materias pero aun así daba todo de mi para sacar buenas notas, salimos del salón y nos dirigimos a la cafetería, entramos y caminamos sin prestarle atención a nadie aunque podía sentir sus miradas sobre mí, compramos nuestra comida y seguí a Arian hacia una mesa un poco alejada de los demás, después de un rato a lo lejos pude ver a los chicos caminando hacia nosotros con su bandeja de comida, las chicas se giraban para verlos y lanzarles miradas coquetas a las que ellos no hacían caso alguno, llegaron a nuestra mesa y Evan se sentó a mi lado, tomando mi mano que descansaba en la mesa, llevándola a sus labios dejando un pequeño y cálido beso, sentí como el rubor subía a mis mejillas y es que Evan era tan bueno y lindo conmigo que parecía irreal, era como Zac, cuando comenzó a acercarse a mí, así era el, detallista, lindo, amable, irreal, pero no lo era, todo eso solo había sido un juego, un disfraz solo para burlarse de mí, así que poco a poco retiro mi mano de la de Evan y la pongo sobre mis piernas, el nota mi cambio de actitud y me mira fijamente esperando a que le diga algo pero yo solo evito su mirada, sé que él no es como Zac, pero aunque me cueste aceptarlo aún lo amo y una estúpida parte de mi siente que al dejar que Evan haga todo esto estoy traicionándolo, pero por otro lado quiero olvidarme de él, darme la oportunidad de conocer a personas que se no jugaran con mis sentimientos, que se no me mentirán. Vuelvo mi atención a mi comida y Dylan al notar que estoy en otro lugar menos aquí, comienza a burlarse y a decir que historias sobre mi crearan, y así pasa nuestra hora del descanso, riendo a carcajadas por las ocurrencias de Dylan y Evan con las cuales he logrado borrar a Zac de mi mente, pero solo por ahora.

La ApuestaWhere stories live. Discover now