Estuvimos hablando durante un rato y al final me acordé de la primera pregunta que le hice a Cinthya.

- Por cierto Cinthya no sabrás donde hay un centro comercial por aquí ¿Verdad? - pregunté insegura.

- Sí, en la ciudad de allí, se llama Londrés. Si quereis os acompaño - miré a Shane interrogante y él asintió.

- Sí, gracias.

Ya era hora de comer así que Cinthya se fue y nosotros pasamos a casa a hacer la comida.

Me senté en la mesa esperando a que Shane hiciese la comida y la sirviera. Empezamos a comer y no mantuvimos ninguna conversación pero cuando Shane terminó empezó a hablar.

- ¿Y qué te piensas comprar?

- No es qué te piensas comprar, es es qué nos pensamos comprar - aclaré.

- ¿Quién? ¿Yo? - dijo extrañado.

- Claro, no pensarás que voy a ir contigo por la calle vestido así - me burlé de él.

- ¿Qué problema tienes con mi ropa? - preguntó indignado.

- Yo, ninguna campesino - dije sin poder aguantar la risa.

Terminamos de comer y organizamos un poco nuestras habitaciones. Cuando ya había terminado pensé en Cinthya. En ese momento me di cuenta de que cuando quedamos no concretamos la hora y tampoco nos había dado una dirección.

Fui rápidamente a la habitación de Shane.

- ¿Qué te pasa ahora? - dijo

- ¿Cómo vamos a encontrar otra vez a Cinthya? - entonces él cayó en la cuenta de todo.

Entonces se me ocurrió una idea.

- Equipa a nuestros caballos - ordené

- ¿Para qué? - dijo.

- Ya lo verás tú solo hazlo - respondi.

Yo volvi a mi cuarto y me puse uno de mis trajes de montar y cuando estuve lista bajé a coger a Morfeo. Salimos por la puerta trasera.

- Galopa por esta calle - le oredené a Shane

- Todavia no lo entiendo - dijo el muy tonto sin saber lo que me proponía.

- Haremos ruido y los vecinos saldrán y entre ellos saldrá Cinthya - el asintió al comprenderlo todo.

Cuando ya llevábamos un rato empezaron a salir muchos vecinos y niños pequeños. Al fin localicé a Cinthya pero en ese momento una niña se me acercó.

- ¿Puedo montar? - preguntó.

Antes de que pudiera responderla se hacercó una mujer.

- Siento que te haya molestado - se disculpó.

- No pasa nada, pero que monte, no pasa nada yo la llevaré - dije mirando a la niña con ternura.

Se montó y yo con ella, aproveché y me acerqué a Cinthya. La hice señas para que fuese hasta donde se encontrab Shane. Cuando ya llevaba unas cuantas vueltas con la niña montada la llevé con su madre y me reuní con Cinthya y con Shane. Cuando ya estaba cerca visualicé a un chico hablando con ellos, se parecía mucho Cinthya asi que deduje que era su hermano mayor. Me bajé de Morfeo cuando ya estaba cerca.

- Hola - me saludó Cinthya - Este es mi hermano William, tiene 18 años.

- Encantada - dije calmada.

- Lo mismo digo - respondió de la misma manera.

- Le he pedido que nos lleve a comprar - explicó Cinthya.

- Pues entonces ¿A qué esperamos? Dianne vamos a dejar a nuestros caballos y cambiemonos - dijo Shane.

Entramos en casa por la puerta trasera apenas tardamos cinco minutos pero cuando bajamos no quedaba casi gente. Seguimos a Cinthya y a su hermano hasta su coche. Era un descapotable rojo. Nos montamos todos.

Al cabo de unos cinco minutos ya habiamos llegado. Bajamos y Cinthya tiró de mí hasta una tienda eligió un varios conjuntos en un abrir y cerrar de ojos y me envió a los vestuarios. Salimos de la tienda con muchas bolsas. Luego fuimos a la tienda de teléfonos e hicimos todo el papeleo, en la compañía telefónica resultó trabajar el padre de Cinthya y William. Shane y yo

salimos de allí con unos smartphones de última generación. En ese instante William propuso ir a una tienda y comprar ropa para Shane. Cuando ya habiamos hecho las compras nos subimos al coche. Llegamos a las nueve y media.

- ¿Nos hacemos una foto? - propuso Cinthya.

Todos asentimos sincronizados y empezamos a reír. Cuando nos hicimos la foto Cinthya cogío mi móvil y me guardó su número y el de su hermano, además me instaló una app (aplicación) para chatear gratis. Cada uno nos fuimos a cenar a nuestras casas y cuando eran las diez y media y Shane y yo ya habíamos terminado no fuimos cada uno a nuestra habitación a enrredar con nuestros nuevos teléfonos.

Reina a los 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora