Corriendo en su nueva motocicleta (cortesía de su duro trabajo, no le gustaba pedirle nada a su papá) a la velocidad permitida se dirigía a la cafetería situada a unas calles no muy lejos donde se reunía con otros muchachos rebeldes de su edad a tomar algo luego de sus carreras de motos, jugar a las cartas o afinarse la voz con cualquiera que se atrevía a retarlo a una batalla de rap.
Luego de parquear su moto nueva saludó de puño a unos chicos conocidos, otros amigos y al voltear a ver a otro frunció el ceño al verlo devorando la boca de una chica. En serio que este amigo no cambia. Mira que darse lote en frente de los demás. Su amigo sí que era muy sin vergüenza.
—Qué asco, ¿no puede buscar un lugar menos público?— dijo audible para sí. Pobre chica, pensó mientras negaba al verlo ¿quien sabe que número será ella? El año pasado dijo que llevaría la cuenta de cuántas chicas lograba ligarse y besarlas al menos una vez durante las vacaciones.
Su mente empieza a idear algo con el fin de fastidiar a su amigo. Caminó hacia ellos con una sonrisa maliciosa y le tocó el hombro a la chica logrando que se separara de Dae.
—¿Cómo van?— saludó y la miró a ella— Hey, ¿sabias que este tipo tiene novia?
—¿Qué?— dijo la chica mirando a su amigo con enojo intentando negar lo antes dicho callandolo de inmediato con la tremenda cachetada que le soltó, se dio la vuelta yéndose indignada.
—¡Uhg!— Top se llevó su mano en forma de puño cerca de la boca «eso debió doler» se fue antes de que su amigo se vengara de él, pero...
—¡Tempo! ¡Ven acá! Esta me la pagas— fue tras él.
Top apresuró el paso entrando al lugar y al ver que su amigo parecía querer matarlo rodeó la barra y se puso detrás de la cajera.
—¿Qué pasa?— dijo la chica.
—Sal de ahí ahora, pagarás por lo que hiciste— intentó alejarlo de ella, pero Top la abrazó por la espalda haciendo de ella un escudo.
—¡Daesung basta! ¡Top!— intentaba liberarse sin éxito— ¿qué se traen ustedes dos?
—Pasa que este cobarde hizo desaparecer a mi chica.
—No pues que bueno— comentó Jenn— así no tienes tiempo de jugar con ella.
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—¡Verdad, Jenny! que debería de darle vergüenza?— dijo con seriedad, pero curvando un poco su labio en forma de burla colocando las manos en los bolsillos.
—Si, porque si sigues así nunca lograras que nadie te quiera.
—Bah! ¿De qué hablas? Yo las quiero a todas y todas me quieren a mí.
—Me refiero a que alguien te quiera de verdad.
—Si claro. Tengo una cita ahora mismo, bye preciosa Jenny— No entendía lo que Jenn le decía— Tú...— señaló a Top— nos volveremos a ver las caras— se dio la vuelta y se fue.
