Destino

Cuando Marinette se vio abrumada por la idea de que su futuro estaba entrelazado al futuro de Chat Noir, pues así había sido con todos los portadores de la mariquita y del gato negro, decidió que ella sería la Ladybug diferente, la que no tenía un destino escrito en fuego. Como se equivocó.

A Chat Noir le importo un bledo que ese algo (pues así lo llamaba su Lady) jugará con su destino él se encontraba completamente feliz pues, ahora, algo le aseguraba que tarde o temprano su amor sería correspondido, lo que no sabía, es que esto sería así ya sea por las buenas o por las malas. Con está idea del amor predestinado, cuando su amiga de coletas se le declaró, este la rechazo sin miramientos. Los irónicos juegos del destino.

Al ser rechazada por su primer amor, la franco-china pensó que, al estar destinada al gato negro, nadie más que él podría amarla, y aunque no quería eso llenó su corazón de miedo y tristeza. No era justo que, porque su Kwami y el Kwami de Chat se hubiesen amado hace 5000 años, ella no pudiera elegir su destino, Tikki por primera vez, luego de tantas portadoras,sintió que lo que él destino hacía no era justo. Sin embargo Marinette, con esta duda en su corazón, volvió a intentarlo, volvió a enamorarse, está vez de un chico de cabello azabache y ojos color ámbar, amante de la música y de las noches largas.

Jamás le dijo a Chat que buscaba el amor eterno en otro lado. Y él no parecía preocupado, ahora que sabía que su futuro juntos era inminente, ya no se preocupaba. Todo sucedería a su debido tiempo.

Luka fue su segunda demostración de que el destino, al menos para Ladybug, estaba escrito.

Lo suyo con Luka fue lindo mientras duro, hasta que apareció una chica que fue la perdición del azabache, él fue sincero con ella, le dijo que la quería,pero que no la amaba, aunque parecía amar a la bonita pelirroja que ahora caminaba tomada de su mano.

Cuando cumplio 17, luego de años de amistad, Kim se le declaro, y ella, aunque no lo amaba, desesperada por escapar de su destino, acepto salir con él. Su amor no fue como el que había tenido por Adrien, no fue una explosión instantánea, no fue como el que sintió por Luka, tan demoledor y avasallante. Fue lindo, lento, a su ritmo, tan único y tan diferente, y siempre que la carcomia la culpa, pues nunca sabría si ella sentía amor o solo sentía una necesidad por salir de esa línea que habían seguido todas sus antecesoras, ella decidia ignorarla, y besar al atleta.

Al cumplir 20 él le propuso matrimonio. Ella aceptó sin dudarlo.

Dos semanas después un accidente automovilístico provocó la muerte repentina de Kim. Marinette lloró por horas, y al mero costo de su integridad, se preguntó si lloraba por la muerte de quien iba a ser su esposo, o porque el destino hacía de las suyas otra vez.

Se presentó esa noche a las patrullas nocturnas con la mirada apagada, su compañero la miro preocupado. Y ella sin dar explicaciones, se quitó los pendientes y los dejó en la palma de su mano. Cuando él preguntó porque, ella le dijo que no quería estar solo estar destinada a alguien. Ella quería amor, complicaciones, una búsqueda en una nada para encontrar a alguien que fuera su todo, no quería que una joya fuese la que decidiera por ella, y que, a pesar de que lo había intentado, no pudo huir de su destino por las buenas, así que lo haría por las malas.

Luego de eso Adrien no volvió a ver a Marinette. Y con el corazón acongojado se preguntó, qué tenía de malo Chat Noir como para no querer un destino con él.