Camila

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Esa misma tarde Drew me hizo acompañarlo a la tienda de Sinu, así era como se llamaba la supuesta cubana.

-Bueeenas tardes, Sinu, qué tal las ventas hoy. -la saludó amistosamente, menudo cabrón.

-Hola, Drew, normal, como siempre. ¿Quién es tu guapa acompañante?

-Oh, disculpa, es mi hermana pequeña. Lauren, te presento a Sinu.

-Un placer. -le estreché la mano.

-Igualmente, Lauren. Y bueno, cómo tú por aquí.

-La guapa aquí -me señaló- ha destrozado el microondas al meter fideos sin antes sacarlos del bote de plástico. Y ya sabes, ahora en Navidad con eso de las cenas y tal es muy necesario.

-Y que lo digas. ¿Ves aquella estantería de allí? Los hay de buena relación calidad-precio. -Drew se acercó y cogió uno al azar.

-Creo que con éste nos irá bien. Yo que tú me llevaba uno también no vaya a ser que le de por averiarse en plena cena jajajajaja. -vaya risa más falsa.

-Jajajaja, tampoco sería problema, sólo seremos dos en Nochebuena, mi hija y yo.

-No sabía que tenías una hija.

-Así es, suelo ir yo a Cuba por estas fechas, pero le han ofrecido trabajo aquí en un par de días así que debe pasar las vacaciones aquí obligatoriamente si no quiere perder la oportunidad. Y yo me quedaré con ella.

-¡ESO ES GENIAL, SINU! Bueno, no te entrengo más, cuánto es el microondas.

Pagamos y volvimos a casa. El problema era que nadie imaginaría la mente enferma y degenerada que tiene Drew bajo esa cara de ángel tierno. ¿Pero se puede ser más cabrón que conversar amablemente con la persona a la cual piensas arrebatarle su hija? No lo creo. Por suerte para mí los secuestros no entraban dentro de mis labores, que eran cuidar de las chicas, es decir, alimentarlas, mantenerlas limpias, curarlas… y enterrarlas. Yo era la me encariñaba y la que se encargaba de verlas morir como basura a causa de golpes o infecciones. 


A la mañana siguiente Drew volvió a visitar la tienda con la excusa de que el microondas no tenía potencia suficiente, y así confirmó la fecha de llegada de la víctima. Día 20 por la noche, es decir, hoy mismo. Me coloqué a pie de escalera para escuchar la conversación entre los tres “cerebritos”.

-¿Te queda claro entonces, Wes? Te juro que si algo sale mal me hago un collar con tus bolas a modo de cascabeles.

-Sí, Rayko, sí. La chica sale aeropuerto, coge un taxi, la sigo con cuidado en coche y cuando se baje PAM.

-Exacto, y la traes aquí rápidamente. A esa hora tendremos clientes y nosotros dos debemos estar aquí no es que me alegre demasiado de mandarte este trabajo…

-Tranquilo, bro, no te arrepentirás.

-LAUREEEEEEEN. -brinqué del susto.

-¿Qu… qué?

-Esta noche llega material así que prepara la cama y asegura las cadenas.

-De acuerdo, Rayko.

-¿Nerviosa por la llegada de tu nueva amiguita? -comentó Wes mientras pasaba por mi lado y sonreía con esa cara de payaso.

-Teniendo en cuenta que es tu misión traerla no estoy segura de que llegue a conocerla.

-Serás puta. -me agarró del cuello de la camiseta.

-Basta, iros a hacer cada uno vuestra mierda. -Rayko irrumpió en la discusión.

La tarde transcurrió con normalidad, estuve todo el tiempo junto a mi madre porque no paraba de vomitar. Escuché como Wes se marchaba y entraban clientes en casa. Siempre con su sonrisa de superioridad, sus grandes fajos de billetes y sus ansias de arrimarse a algo que no los repudiara y huyese de ellos. Y la pobre y única chica del sótano tendría que soportarlo.

Pasaron dos horas hasta que la soledad volvió y mientras cenábamos Wes entró por la puerta con una joven que llevaba una bolsa en la cabeza y las manos atadas fuertemente con una tira de plástico.

-Jojo chicos, nos ha tocado la lotería. Mirad que culito. -le dio la vuelta, en eso ella se revolvió y le encajó una patada en la entrepierna.

Todos nos reímos, hasta que Rayko se levantó y se acercó a la escena para quitarle la bolsa de la cabeza.

-Hola, ¿cuál es tu nombre? -no dijo nada, simplementé lo miró con miedo. -QUE CUAL ES TU PUTO NOMBRE, ZORRA.

-Ca…mila. -su voz temblaba.

-Bien, Camila, si vuelves a hacer eso, te mato.

No puedo salvarte (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora