Capítulo VI

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No puedo...

Ladybug...

¡LADYBUG!


Me levanté y detengo a Demoilustrador. Lo pateo, dejándolo botado en el piso y arrebatándole el bate.

— ¡Detente! No quiero hacerte daño. Por favor, Demoilustrador.

— Jajajaja... Idiota. ¡Ya lo hiciste!

Se levanta rápidamente y corre hacia mi nuevamente; me hago a un lado de, quedando tirado en el piso y el se ha golpeado con la pared. — ¡No huyas, gato de pacotilla!

— Demoilustrador ¡detente!

— ¡Me detendré hasta que acabe contigo!

De repente el cae al suelo y detrás de él estaba Ladybug, lo ha golpeado en la cabeza.

— ¡Chat! ¡¿Estas bien?! —me dice saliendo lágrimas de sus ojos.

— ¿Lady... bug?

Me le quedé viendo boquiabierto.

Corre hacia mi y me abraza, casi caímos al piso del impulso, la escucho llorar

— Está bien. —le digo tocándole el cabello y abrazándola. Suspiré del alivio.

— Tenía miedo de que algo malo te pasará ¡No podría soportarlo!

La abracé más fuerte, apreté mis dientes fuertemente, tratando de controlar mi llanto, ella ocultó su rostro en mi hombro.

Sonreí y le dí un beso en la frente.

Me levanté y de ahí la ayude a levantarse. Me vuelve abrazar inesperadamente.

Después abrieron la puerta y eran Lady Wifi con Burbujeo, agarrados de la mano, sus sonrisas desaparecieron cuando encontraron el escondite hecho un desastre.

— ¡¿Que pasó aquí?! —pregunta Burbujeo impactado.

— ¡Ladybug!

Se acerca Lady Wifi a Ladybug, arrebatándomela de mis brazos.

— ¡¿Que pasó?! —le agarra sus hombros y ella se suelta en llanto y abraza a su amiga.

Mientras Burbujeo se acerca a mi y le explico lo que pasó. Demoilustrador está recuperando la consciencia.

— ¡Deberias de estar avergonzado! Tienes suerte de que los demás no estuvieran aquí o te hubieran pateado el trasero. Pero... tenlo por seguro que para la otra no tendré piedad. ¡Largate y jamás regreses! — le grita Burbujeo a Demoilustrador.

— ¡Amigo, espera...!

— No somos amigos. Lárgate antes de que me arrepienta. ¡Y JAMÁS... regreses!

— Burbuj...

— ¡LARGO!

Demoilustrador me miro con más odio. Se fue totalmente enfadado.

— Tranquilo Chat... no es tu culpa. Eres parte de nuestra pandilla, y entre nosotros... nos cuidamos.

Me dice sonriendo y tocando mi hombro.

— Gracias.

No se me ocurre otra cosa que decir, estoy totalmente sorprendido por lo que acaba de pasar.

— Ve con Ladybug, te necesita ahora más que nadie. Ayer estaba de pocos ánimos porque no llegaste. —me dice guiñandome un ojo.

— Será mejor que limpiemos este desastre. —dice Lady Wifi.

— Ustedes vayan a descansar. Nosotros nos encargaremos de esto. —dice Burbujeo.

— ¿Como crees? Llevense a Ladybug, yo limpiare esto...

Le doy un beso en la frente a Marinette en la frente. Al querer levantarme ella no me dejaba, parecía una niña aferrada a su papá.

— No creo que puedas hacerlo.— dice Lady Wifi con una sonrisa.

Burbujeo se me acerca y me susurra — Jamás la había visto así. Será mejor que se vayan a otra parte.

— De acuerdo. En verdad lo siento.

Les dije apenado.

— No te preocupes. Descansen ya que a partir de mañana serán pesados los días.

Le hice caso. Me la llevé a caminar en las calles de París, ella no me soltaba ni un segundo.

— ¿Estas bien?

— Si... es solo que... no puedo sacarme de la cabeza lo que pasó. Demoilustrador y yo... antes fuimos más que amigos. Pero tuvimos problemas. Él fue muy posesivo conmigo, no me dejaba hablar con ningún amigo. Hasta que lo terminé, y ahí fue donde volvió a ser el mismo Demoilustrador que conocía. Ahora... lo desconozco totalmente.

— Eso es... terrible. —le digo mirándola a los ojos, sin aún soltar sus manos.

— Todo cambio. Desde ese entonces, trata de remediar lo que pasó, pero veo que jamás cambiara.

— Lo lamento... Ladybug. Si yo jamás me hubiera aparecido en tu vida, nada de esto hubiera...

— No digas eso. Desde que entraste a mi vida todo cambio, lo admito. Pero no para mal, sino todo lo contrario. No pidas disculpas, no tienes razones para hacerlo.

Con mis manos toque sus brazos, y poco a poco iban subiendo hasta dar con su cuello, una de mis manos se quedó en su hombro y la otra en su nuca; la acerque poco a poco a mi rostro hasta que nuestros labios se tocarón. Al separarnos, nos dimos cuenta que estaba lloviendo.

— ¿Cuando empezó a llover? –pregunta mirando al cielo.

Rápidamente le coloque en su oído un Bluetooth que hoy en día se usan para usar llamadas, este tenía una función más, podías escuchar música con el; Yo me puse el otro.

— ¿Que es esto?

— Escucha... — Le puse una canción, me sonrió y comenzó a moverse con el ritmo. Después me pidió mi mano, se la dí y comenzamos a bailar, bajo la lluvia.

 Después me pidió mi mano, se la dí y comenzamos a bailar, bajo la lluvia

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