Parte V

67 6 4
                                    

—Lo sabía —exclamo con rabia—. No podía creerlo... y no soy la más apta para decirlo —aclaro—, pero que O'Sullivan sea una Provectus es una puñetera locura.

Tras ponernos al día, es la conclusión a la que llegamos Johnny y yo, es la que da sentido a nuestras sospechas. Por eso ha acudido a mí, aun sabiendo lo peligroso que es en estas circunstancias. No obstante, mentiría si dijera que no me alegro de tenerle tan cerca, mas una inmensidad de distancias nos siguen separando.

—Aurora cree que tiene las mismas habilidades que Ava. Cuando se introdujo en la conexión y me vio, fue espeluznante.

—Quién sabe cuánto tiempo lleva utilizando al doctor Dòmhnall, ni cuantas habilidades ha conseguido —aborrezco.

—Eso ya da igual, quiere las tuyas, si es que tu amiguito no ha concluido su trabajo.

—Sigo viva, tenemos tiempo —intento animarnos—. Además, mi "amiguito" me ha dado antes esto.

Le ofrezco la botella de cristal que todavía no me había dignado a observar. Me mira como si de pronto fuera estúpida, así que me encargo de hacerlo yo misma. Despego la etiqueta con cuidado de no romperla, buscando la pista. El rubio cambia de idea y se apropia del papel.

—Aquí esta, una notita de amor —se burla, y comienza a leer—. Sueño contigo, qué me has dado, sin pastilla azul y me has empalmado.

—Payaso —respondo rotundamente.

— No lo entiendo —dice ahora concentrado antes de ponerse burlón—.  Está dentro de ti, lo tienes que sentir...

—Dame eso —le arrebato la nota de las manos y leo con atención.

Narra algo con una connotación muy distinta a la que Johnny le acaba de otorgar a sus instrucciones. Me aconseja que conecte con el dispositivo, que sea consciente de que está en mi interior, que me concentre. "Está en modo aliado, por tanto, no te inhibe. Sólo es una máquina, diseñada para ti, mientras que tú eres un ser complejo diseñado para evitarlo. Aprovecha sus funciones, no lo rechaces. Encuentra la virtud en la simbiosis", finaliza.

La palabra simbiosis es la que abre el candado que tanto ha estado bloqueándome. El hecho de comprenderlo me ayuda sobremanera. No obstante, al contrario de lo que cabría esperar, se cruza un recuerdo de mi hermano.

En ese momento tenía seis años y era un apasionado de la naturaleza

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En ese momento tenía seis años y era un apasionado de la naturaleza. Era un día húmedo, llovió durante toda la noche, lo que hizo que todo el suelo del jardín se convirtiera en un revuelto de hojas, hierba y barro. Entonces, quiso salir a buscar lombrices y babosas, pero al ser tan pequeño tuve que acompañarle. Pasó la corta aventura explicándome lo que eran los parásitos y la simbiosis.
La reminiscencia me impacta casi tan fuerte como el camión que me arrolló, que nos separó.

—Nina. Nina... —repite, reclamando mi atención.

—Todo bien —suspiro.

Asiente y su mirada desvela que va a despedirse. Este sería un buen momento para dejar un beso en su mejilla, uno que ni él ni mis labios notarían.

PROVECTUSWhere stories live. Discover now