CAPÍTULO 2

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Me senté en la mesa dentro de una cafetería. Pedí un batido y en nada llegó.

Quedé con Emma. Tenía algo importante que decirme y no quería hacerlo por teléfono.

Estuve unos 10 minutos esperando hasta que llegó.

– Perdona el retraso – dijo mientras se sentó rápidamente en una silla enfrente de mi.

– Ya sé que eres retrasada, no hace falta que me lo repitas.

Me fulminó con la mirada.

– Es broma – contesté rápidamente – No te preocupes, no has tardado nada.

Asintió lentamente. Unas pequeñas gotas de primavera empezaron a pegarse al cristal. El cielo se tornó de un gris pálido.

– Bueno – dije apartando la vista del cristal y posándola en los ojos de la rubia – ¿Qué me tienes que contar?

Su mirada bajó hasta el bolso de cuero negro que tenía en su regazo. Enseguida noté que lo que me iba a decir no era nada bueno.

– Sea lo que sea me lo puedes contar – eché el cuerpo hacia delante cruzando los brazos y posándolos sobre la mesa – Confía en mí.

— Sí, sí. Si confío más que en nadie pero... – elevó la vista con los ojos cristalizados – Es que creo... – hizo una pausa – Creo que Lucas me está engañando.

Y entonces rompió a llorar silenciosamente escondiendo el rostro entre sus manos.

Rápidamente me levanté y me senté a su lado. La abracé.

– Por Dios, Emma. Eres lo más importante para Lucas, al igual que Thomas. Tenéis un hijo en común. ¿Cómo piensas eso? – le dije intentando calmarla.

Y es que no es mentira. Es toda la verdad. Los ojos del chico se le iluminan cada vez que ella está cerca.

– Mira – se quitó las manos de la cara y me miró – Hace poco estábamos en casa y Lucas bajó a comprar. Se le olvidó el móvil y de pronto sonó. Lo cogí sin pensar y contestó una voz de chica la cual dijo: "¿Dónde estás? Te llevo esperando media hora" – y más lágrimas se desplazaron por sus mejillas.

La abracé más fuerte. Esto tiene que tener otra explicación.

– Oye. Igual es una compañera de trabajo o una amiga. ¿Por qué no hablas con él y le preguntas?

– Claro. ¿Y qué le digo? "Oye Lucas, no te estarás tirando a otra por casualidad ¿verdad?" – soltó un gran suspiro.

A eso no sabía que decir. Miré el reloj.

– Es hora de ir a por los niños – hablé mirándola. Ella asintió y se levantó mientras limpiaba el resto de lágrimas.

La abracé una vez mas.

– Si quieres puedo hablar con él, no tengo ningún problema – dije cogiendo mi bolso y saliendo del local.

– No hace falta, gracias – sonrió levemente – Solo quería desahogarme y ver si son paranoias mías o algo por el estilo.

– Entonces, ¿hablarás con él? – pregunté.

Comenzamos a andar en dirección al colegio. La verdad es que este tema es algo raro y se me ocurren muchas razones posibles por las que una chica llamara al móvil de Lucas. Pero la verdad no soy la indicada para hablar. No de momento.

– Sí, pero primero tengo que pensar que decirle – entonces sonó su móvil – Es del trabajo – aclaró y contestó.

Emma es la secretaria principal de la empresa de los padres de Dani. Es muy afortunada. No encontraba trabajo y Dani le habló a sus padres de ella y no dudaron en contratarla. Hasta hoy sigue trabajando para ellos.

– Quieren que haga horas extras – dijo una vez que colgó – Me vendrá bien. Al menos olvidaré el tema, aunque sea por poco tiempo.

Caminamos en dirección al colegio. No intercambiamos ninguna palabra. El ambiente no estaba ni para eso. Nada más llegar Val saltó a mis brazos.

– ¡Mami! ¡Té echado mucho de menos! – dijo dándome pequeños besos.

– Y yo a ti, mi amor – dije abrazándola.

Miré de reojo a Emma y Thomas. La chica intentaba sonreír y ocultar sus ojos llorosos. Me daba mucha pena.

Insistí en ir con ella a casa pero no me dejó. Prefería estar sola.

Nos despedimos de ellos y volvimos a casa. Nick todavía no había llegado.

Cambié a Val y le puse ropa cómoda. Doy gracias a que su colegio exige que lleven uniforme, sino me rompería la cabeza buscando ropa que combinara y sobretodo, que le gustara a ella.

La dejé sentada en el sofá y me puse a cocinar.

– Sabes mamá. Tenemos una profesora nueva – dijo captando mi atención.

– ¿A sí?

– Sí – contestó – No me acuerdo de su nombre pero es buena... Y rara.

Me reí.

– Cuanto me alegro, hija.

En ese momento mi querido marido entró por la puerta. Dejó su carpeta en la mesa y se tumbó en el sofá.

– Sofá. Bendito sofá – dijo dándole besos.

Val se rió a carcajadas. Después, Nick le dio un beso en la mejilla y volvió a hundir la cara en el sofá.

– Vale. A mí nada. Bien. Lo apunto en la libreta – dije fingiendo estar molesta.

– ¡No mamá! ¡La libreta no! – dijo Val dejando de reírse.

– ¡Eso mamá! – la imitó Nick.

– Tu lo has querido – le señalé.

Esa tal libreta es donde apunto las travesuras que hace mi hija. Cuando termina el mes miramos la libreta y según como se ha comportado le damos un regalo o no. Sin embargo, a Nick le quito o le doy otro tipo de cosas.

– Vamos, Lena – dijo poniéndose de pie y caminando hacia mí con aire seductor – No serás capaz de hacer eso... – Cuando me quise dar cuenta ya estaba a unos centímetros de mi. Mi corazón empezó a latir fuertemente – ...verdad? – terminó de decir.

– Agh – se quejó la pequeña.

– Si no quieres mirar vete a ver Peppa Pig – dijo Nick sin quitarme ojo.

Se levantó y caminó hasta su habitación.

Negué – Eres demasiado malo.

– ¿Con malo te refieres a ser el mejor marido del mundo? – asentí.

Y sin esperar más me besó dulcemente, como él solo sabía.

♥️

Es mi cumple por lo que he decidido subir este capítulo para celebrarlo con todos vosotros😍

Mi Mejor Error #MME2Where stories live. Discover now