Tras caminar unos diez minutos llegó al edificio donde se encontraban las oficinas de la discográfica. El edificio mostraba las características propias de la cultura finesa, sobrio y nada estrafalario, era sólo un edificio antiguo, de ladrillo rojo, industrial, con ventanas cuadradas y una gran puerta de madera maciza que daba a la calle Merimeihenkatu, número 36. Por supuesto, nada que ver con la idea que muchos se habrían creado de lo que podía ser la Universal: edificio de último diseño, con una gran bola del mundo a las afueras y letras gigantes, es decir, nada que ver con su hermana estadounidense o japonesa, al menos por las fotos que había podido ver, ya que nunca había estado allí realmente.

Atravesó la puerta de entrada con su habitual decisión, subió a la planta reservada al sello discográfico y, cuando salió, se dirigió al escritorio en el que se encontraba una secretaria que, en aquellos momentos, se estaba pintando las uñas. Al menos eso sí parecía ser como en las series de televisión.

_ Buenos días. Mi nombre es Rebeka Fernández, tengo una cita con Darren Fox_ dijo sonriendo.

_ Señor Darren, ha llegado la periodista. ¿La hago pasar? _ pareció esperar una confirmación y se volvió a dirigir a ella _ Espere un segundo, alguien vendrá a por usted. Si quiere puede tomar un té de ése rincón de allí y hay pastas en aquella mesita, ¡se las recomiendo! _ concluyó sonriendo.

_ Ya he desayunado, pero muchas gracias.

Beka se quedó esperando en la sala, de paredes marrones y sillones último modelo, se preguntó quién se habría sentado ahí antes que ella, pero no tuvo tiempo de pensar demasiado porque una mujer rubia y tan amable como la anterior hizo aparición.

_ Hola. Me llamo Bianca, la estábamos esperando. Si es tan amable de acompañarme, ¿había estado antes aquí? _ le preguntó la que suponía era alguna asesora.

_ Sí, he estado varias veces, siempre al final del pasillo ¿Qui...

_ ¡Oh, que idiota!

_ ¡¿Perdón?! _ dejó escapar a la defensiva.

_ Usted, no. ¡YO!_ Beka la miró sin comprender, hasta que la chica añadió_ Casi lo olvido, tiene que ponerse esto_ le dijo sacando una tarjeta de visitante que colgaba de una cinta azul_ Se supone que es un mero formulismo, pero me puedo ganar una buena sino se lo entrego.

_ Tranquila, le guardaré el secreto si me explica por qué me han llamado.

_ ¡Oh! Lo cierto es que no lo sé._ ante su cara de incredulidad añadió _ No llevo mucho tiempo aquí.

_ Sé lo que es eso... _ se sonrieron mutuamente y a los pocos segundos llegaron a una de las salas, que se encontraban en aquella planta y tocaron a la puerta.

_ ¿Sí?_ se escuchó una voz de hombre.

_ Señor Darren, le traigo a Beka Fernández.

_ Muy bien, hazla pasar.

Beka se sorprendió del hombre que la esperaba dentro, aunque ella había esperado a un hombre moreno, gordito, entrado en años, de ojos claros y sonrisa bonachona, lo cierto es que Darren poco tenía que ver con el hombre que se encontraba frente a ella. Éste era alto, delgado, muy fuerte, de pelo castaño y largo, ojos claros y unos 50 años y tenía tatuajes en ambos brazos que dejaba a la vista, ya que tenía recogidas las mangas de su camisa blanca, dándole un aire más informal. En conjunto, un hombre maduro y que resultaba bastante atrayente.

- Buenas tardes — dijo levantándose y tendiéndole la mano.

- ¡Buenas tardes!

-Por favor, tome asiento. Lamento informarla que tendremos que esperar unos pocos                   minutos más. El grupo aún no ha llegado. Suelen ser muy puntuales— les excusó.

ROCK NIGHTS AND METAL DREAMS #PHAWARDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora