여덟

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Despertó cuando sintió demasiado peso encima de su abdomen.

Abrió su ojo y vio que Yoo estaba encima de él. De inmediato frunció el ceño y se arregló el parche.

El híbrido lo miraba con tristeza y mostrando un puchero. HyunWoo se levantó del sofá y fue al baño. Yoo vio claramente como se iba.

El castaño se mojó el rostro. Aún seguía enojado por lo sucedido el día anterior. No tenía ganas de estar con Yoo si siempre iba a estar durmiendo e ignorandolo.

Fue a la cocina una vez había realizado todas sus necesidades en el baño. Hizo unas tostadas, y tomó café como desayuno. Ahora no tenía el mismo entusiasmo que el día anterior.

Se sentó en la mesa y miró la ventana. Tomó un sorbo de café y suspiró cansado.

Seguramente el día sería muy aburrido. No tenía nada que hacer. Podría estudiar, pero prefería hacerlo en la noche.

Cuando terminó de tomar su desayuno fue a la habitación y se sorprendió un poco al no ver a Yoo acostado en la cama. Aprovechó eso para cambiar las sábanas y limpiar la habitación.

Al mediodía, ya se encontraba vestido con ropas ligeras, pues el día estaba caluroso. Volvió al salón cuando terminó de limpiar. Yoo estaba sentado en el sofá mientras veía televisión. Cuando llegó allí, el pelinegro se volteó a verle.

Éste se levantó y se acercó al más alto. Lo tomó de los brazos y la distancia entre sus rostros era muy poca. HyunWoo lo miró confundido.

El bajito apuntó a la ventana. Son no entendió qué trataba de decir.

—¿Qué ocurre?

El castaño desvió la mirada para enfocarse en la ventana. Yoo apuntó con su dedo índice el pecho del alto, luego apuntó al pecho propio y posteriormente a la ventana. HyunWoo lo entendió.

—¿Quieres que salgamos?

"En días cuando sólo quiera tener una excursión en una calle tranquila, por favor quédate conmigo entonces"

Yoo asintió y sonrió dulcemente. Las mejillas del moreno se enrojecieron.

HyunWoo sonrió y entró a la habitación con el pelinegro para cambiar su ropa.


...

Yoo se sentó en el columpio y miró hacia atrás, donde HyunWoo estaba. No entendía qué estaba pasando.

Son empujó su cuerpo. Se afirmó de las cadenas del columpio fuertemente y se sorprendió.

Sintió un revoltijo en su estómago, y apretó los ojos. Cuando llegaba hacia atrás, Hyunwoo lo volvía a impulsar hacia delante. Estaba llegando muy alto para él mismo, y le causaba terror, por lo que movió sus piernas pataleando.

El de parche comenzó a reír y tomó una de las cadenas para detener el columpio. Fue hacia adelante, y Yoo lo abrazó fuertemente mientras apretaba los ojos. Hyunwoo acarició su cabello mientras soltaba algunas risitas.

—No pasa nada.—Trató de tranquilizar al bajito.

El pelinegro lo miró, y asintió mientras sonreía. El más alto acarició su mejilla y le ayudó a levantarse del columpio.

Caminaron por la vereda, mientras Yoo tomaba la mano de su dueño. Hace mucho tiempo que no estaba en la calle. Podía recordarla un poco. Los ruidosos autos hacían que sus oídos dolieran, pero por suerte esa vez estaban cubiertos por una gorra del castaño.

La calle estaba tranquila, justo como quería. Ahora no tenía ganas de volver a casa y dormir, en ese momento sólo quería permanecer junto a Hyunwoo mientras caminaban tranquilamente. La brisa era agradable, y la temperatura había bajado, así que el calor era soportable.

—Yoo.

El nombrado miró al corpulento esperando a que terminara la oración.

—¿Quieres tomar un helado?

Yoo miró hacia otra parte confundido. No sabía a lo que se estaba refiriendo.

—Uhm... Helado... Lo que te di de comer hace unos días después de que comieras tu almuerzo.

Entonces ahí supo lo que era. Comenzó a dar saltos, moviendo el brazo del moreno. Este comenzó a reír.

Cruzaron la calle y entraron a una tienda en la que atendía un jovencito de cabellos negros azulados. Hyunwoo se acercó a la vitrina donde vendían los helados, y dejó que el bajito escogiera uno.

Al momento de comprarlo, el chico que estaba atendiéndoles sonrió al ver al más bajo de los dos. Parecía un niño pequeño.

—Muchas gracias—Hyunwoo se inclinó frente al chico, y sonrió. El contrario hizo lo mismo.

Salieron de la tienda y el de parche le entregó el helado a Yoo. Este último emocionado lo aceptó y quizo romper el envoltorio, pero no sabía como hacerlo. Escuchó una risa por parte de su dueño y le arrebató el helado de sus manos.

Él rompió el paquete y volvió a dárselo. El pelinegro sonrió y lo llevó a su boca. El de mayor estatura no pudo evitar sonreír por la ternura del híbrido. Acarició sus cabellos y siguieron caminando tomados de la mano.

La tarde para los dos se volvió muy entretenida, más que las otras veces cuando hacían cosas en casa. Hyunwoo se sentía feliz por ver la sonrisa de Yoo cada momento. Le encantaba que el bajito se sorprendiera por algunas cosas, y que fuera tan tierno. Deseaba dejar besos en cada parte de su rostro y protegerlo de todo mal.

Su corazón latía feliz, porque nunca se había dado cuenta de lo afortunado que era por tener a ese lindo híbrido a su lado.

Cat's Waltz + showkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora