Capítulo 15 - Quiero intentarlo

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- Tal vez... Pero no quiero alejarme de Sergio, espero que lo entiendas. Quieras o no, él ha estado ahí muchas veces, me ha querido y yo también, le tengo muchísimo cariño, Marcos, y lo necesito en mi vida como un amigo.

- Está bien, estoy de acuerdo. Espero que también pueda ser mi colega. - dije sonriendo.

- Esperemos. 

Entonces empezó a sonar el teléfono de Haridian. Era Sergio, lo supe desde que le vi su cara de sopresa y susto.

- Cógelo, no te preocupes. - le sonreí y me alejé para que pudiera hablar tranquila.

***

Llevaba dos días que ese dolor en el pecho me perseguía. Estaba seguro que algo andaba mal con Haridian, pues no me había llamado, no había dado señales de vida, y estaba muy rara.

Sentía que la perdía cada vez más y eso me estaba matando.

Tenía que hablar con ella, asique decidí llamarla.

- Hola, Sergio. - dijo algo desanimada.

- Hola, pequeña. Hace días que no sé de ti...

- Lo sé. Tenemos que hablar. - dijo seria.

- Sí, para eso te llamaba. ¿Podemos vernos?

- En el Starbucks de siempre, en media hora, ¿te viene bien?

- Perfecto, hasta ahora.

Colgué y me preparé para lo peor, me iba a dejar, yo lo sabía. Lo que no sabía, era el por qué, pero podía imaginarmelo.

***

Había hablado con Marcos y ahora faltaba Sergio. Habíamos quedado en vernos en el Starbucks donde nos vimos por segunda vez... Ahora que lo recuerdo, ya habían pasado 4 meses desde aquel Enero donde nos conocimos.

Cuantas cosas habían pasado desde entonces, y cuanto había cambiado desde que conocí a Sergio. 

Habíamos pasado por lo extraño del principio, por verlo con su ex besandose, mi accidente, y después Lucía, y todo esto en solo 4 meses.

Entré al Starbucks sumida en mis pensamientos hasta que lo vi, tan nervioso como yo. Ese hombre merecía lo mejor del mundo, y yo no pude darle todo el amor que le correspondía.

Llegué sola. Marcos me había insistido para acompañarme, pero prefería hacer esto sola, era lo mejor, y también por respeto a Sergio.

Me senté y no dijimos nada por unos minutos, hasta que él rompió el silencio.

- ¿Qué va mal, Hari?

- Pues... - no me salían las palabras.

- ¿Hay otro, es eso?

- La verdad, es que si, Sergio. - dije con miedo y solor en mis palabras.

- ¿Marcos?

- ¿Cómo lo has...? - me interrumpió.

- Durante tu accidente, cuando estabas en tu casa, vi muchas veces como te miraba, como te sonreía, como te trataba, la atención que te prestaba. Y la verdad, aunque tú lo intentaras ocultar, también lo mirabas con un brillo especial en los ojos. No lo mirabas igual que a mi. Y cuando te enteraste que quizás ibas a tener un hijo de Lucía, tu reacción no fue normal para ser un simple amigo. Fueron celos, celos de un amor increiblemente grande.

- Lo siento Sergio... La verdad es que yo me fijé en él hasta antes de conocer a Alex, ellos eran mejores amigos, pero al final, fue Alex quien me conquistó definitivamente por muchas cosas que pasaron. Siempre quise esconder mis sentimientos por él, incluso creía que ya no existían, pero cuando me enteré que iba a ser padre, me di cuenta de que nunca dejé de quererle. No quería hacerte esto, de verdad Sergio, y no te lo mereces, pero el corazón no entiende de razones...

Afortunada CoincidenciaWhere stories live. Discover now