7. Serena

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You shine like a star

You know who you are

7. Serena

Celeste era quizás una de las artistas más subestimadas y desaprovechadas que rondaba la escena musical en los últimos tres o cuatro años. La había descubierto sin quererlo en un evento que había organizado en un pub que solía tener. La primera opinión que tuve era que, si bien no era muy guapa, tenía una forma de posicionarse frente a la gente que la destacaba del resto de las artistas femeninas. Su voz incomparablemente particular y excelsa, le permitía mimetizar a cualquier artista casi a la perfección sin perder su propio estilo. Por momentos una femme fatal en otros extremadamente introvertida o divertida. Los temas que solía elegir para representar eran principalmente pop y se decantaba por artistas no de los más populares. Sus versiones hacían quedar mal muchas veces a los originales. Si, así de buena es.

Hija de artistas, su vida transcurrió a la sombra de su padre un cantante de música popular bastante conocido en el medio y su madre artista plástica. Por dicho motivo decidió que no quería ser la hija de, sino su propia versión y se cambió el nombre artístico a Serena.

Era castaña, delgada y de ojos inquietos. Buena conversadora y muy activa, pero carecía de la inventiva propia de los cantautores. Se diversificaba en sus covers, pero por más buena que podía ser su actuación, era una intérprete. Más de una vez habíamos hablado de componer, pero por un motivo u otro siempre se dilataba. Mi salida de la escena musical no ayudó mucho a impulsar su carrera, cometido que en su momento me había planteado. Contaba con unos quince espectáculos en su haber y los más populosos habían sido los que habíamos realizado juntos. Eso la hacía digna de confianza.

Siempre que nos encontrábamos éramos sumamente frontales y no teníamos pelos en la lengua para decirnos las cosas. Cuando me reuní con ella su principal preocupación eran los chaches de los músicos. Con tranquilidad le aseguré que, si los mismos no eran cubiertos por las entradas que les había proporcionado, yo me ocuparía de cubrirlos.

El tema de las entradas para un músico no es un tema menor, suele haber gran resistencia a realizar la tarea y por lo general genera rispideces con la producción por lo que se hace necesario un poco de tacto para llevarlo adelante. Con Serena esto no era tan así. Valían un par de palabras para comprendernos claramente y saber que podíamos confiar el uno en el otro.

¿Su tarea? Llevar el mejor espectáculo que podía a la escena principal. Las anteriores oportunidades que trabajamos juntos le había tocado el escenario bajo, el que armábamos a ras del piso perpendicular al escenario principal. Esta vez se había ganado estar en el epicentro de la escena. No solo por su indudable calidad, sino por su lealtad incondicional. Aún no se lo había comentado porque si bien quería que cerrara la noche, todo iba a depender del artista 'invitado' que pudiera conseguir.

- No quiero canciones de rock – declaró en su voz fina Acelerada como siempre.

- Ok. Pásame la lista – era tanto lo que me gustaba su performance que no podía evitar mecharle algún tema que me gustara a mí y para esta oportunidad tenía un plan que completar y su participación era esencial en el éxito del mismo.

- No la tengo aún – No era raro. Nunca la tenía hasta último momento o de lo contrario tenía quince canciones y en su repertorio solo entraban nueve.

- Bien. La necesito para el martes. – dije apresurándola – sabes que tengo que coordinar el Random.

Serena chasqueó la lengua, pero terminó sonriendo. Detrás sonaba un cover de Paolo Nutini de los Beattles, Don't let me down. Que oportuno pensé.

Coordinar el Random implicaba conocer los temas de ambas bandas que iban a tocar casi en simultaneo turnándose. Para que no hubiera grandes desfasajes de un lado a otro.

Cuando se saltaba de un escenario al otro era imperativo que los temas se coordinaran de antemano y no hubiera cambios en el proceso. De esto no me encargaba yo, sino Denis, un amigo de mis tiempos en la Universidad que a su vez había sido el guitarrista que hizo lo imposible para enseñarme a cantar en mí banda de joven. Él era el que sabía realmente de música y una vez yo le enviaba los temas él los coordinaba de tal forma que las subidas y bajadas entre las bandas fueran completamente coordinadas. A su vez Serena sobresalía completamente del resto y con sus agudos y voz soprano aplastaba a la competencia. Este no era un detalle menor a tener en cuenta y Denis lo consideraba.

- ¿Con quién cantaré? – preguntó – Esta vez me pondrás en el escenario principal, ¿no? ¡Me lo merezco! – acotó rápidamente.

Me sonreí. Esperaba ese interrogatorio.

- Lo harás con 4fortheguys – Dije – lo del escenario lo vemos luego, pero si casi seguro irás 'arriba'.

Pareció conforme con mí respuesta, sabía no le molestaba compartir la escena con los chicos de 4fortheguys. Ya lo había hecho con anterioridad en dos oportunidades e incluso había sido invitada de ellos en su show anual. Un dato no menor es que había tenido 'algo' con el vocalista, Alex.

Se cruzó de piernas por sobre la mesa ratona de mí casa. Frente a ella había un refresco que recién había sacado de la heladera. Llevaba jeans rajados en las rodillas y una blusa insulsa veraniega multi color. Sus lentes de sol reposaban al lado del vaso de refresco. No parecía para nada la chica del escenario. Era simplemente una joven de veintisiete años que uno podía encontrar en cualquier parte, eso era algo que admiraba de ella. No se había creído el personaje, era simple y de fácil trato. Sus músicos adoraban trabajar con ella porque realmente escuchaba y no tenía aires de diva. Algo por demás extraño en el mundo musical.

- ¿Y si canto algo de hip hop? – sugirió cómo abstraída. Me descolocó completamente su proposición, pero siempre tenía eso, lograba tener una salida que no me esperaba y descolocarme totalmente.

- No, no Serena. Por favor vayamos a lo que funciona – dije un poco nervioso.

Los artistas tienen esas cosas y lo mejor es llevarlo con tacto, pero con ella no hacía falta.

- Pero mira que puede salir bien – aseguró intentando convencerme.

Hice un ademán como descartándolo y moví negativamente la cabeza.

- Pásame la lista. – ordené - Sin cosas raras por favor. Vayamos a lo que la gente le gusta. – di una calada a mí cigarrillo que acababa de prender - Vas a ser como siempre la que se destaqué, no inventemos más de lo que ya hemos hecho.

No mentía, estaba convencido que nuevamente iba a ser la estrella del evento más allá de a quién lograra contratar para ser el número principal.

Se produjo una larga pausa en la conversación.

- Bueno, cuando la tenga te la enviaré – indicó de mala gana.

Por dentro me sonreí. Loapuntó como decía todo aquello que no le termina de gustar, pero sabe tiene queaceptar. Como un niño pequeño que debe aceptar lo que los padres le ordenan.    

PANIC GIRLSWo Geschichten leben. Entdecke jetzt