Capítulo Veintidós

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— ¿Por qué no recoges tus cosas y nos vamos? Me hablaste de cierta política que no me permite besar a mi esposa cuando vengo por ella a su trabajo.

Río y comienzo a recoger las pinturas para guardarlas en el estante, me encargo de ordenar todo y guardar mis cosas; cuando estoy lista salgo con él caminando a mi lado. Me despido de los pocos profesores y trabajadores que veo de camino a la salida y noto las miraditas candentes que le dan a Jeremy. Camino hasta su auto y él abre la puerta de atrás para qué deje mis cosas, cuando cierra la puerta me atrae a un abrazo fuerte dejando un suave beso en mi cuello.

—Feliz cumpleaños, bonita.

—Gracias—sonrío devolviéndole el abrazo. Me encantaría besarlo hasta desfallecer, pero aun nos encontramos en la escuela. Se aparta sonriéndome.

—Tengo toda la tarde libre especialmente para ti.

—Eso me gusta—abre la puerta para mí y luego de que yo suba, él rodea el auto para subir a su puesto—. Así que dime ¿Qué se siente tener veinticinco años?

—Me hace plantearme si debo ir en busca de un esposo que tenga mi edad.

— ¡Oye! Esa reflexión no me gusta—pone el auto en marcha y yo me giro lo máximo que me permite el cinturón de seguridad para observarlo—. ¿Te gustaría ir al cine? Siempre quise ir y meterme mano con una chica, digamos que me he superado porque iría con mi esposa.

—El sexo te vuelve loco—me río.

—El sexo contigo a mí me enloquece. Rompiste mi abstinencia y ahora has creado a este ser que solo quiere dejarte desnuda para hundirse una y otra vez en ti.

No mentiré diciendo que esa declaración no ha tenido una reacción inmediata en mi cuerpo. La verdad es que creo totalmente en las palabras de Jeremy porque es la manera en la que me siento. Desde que lo hicimos hace unos días por primera vez, cuando nos vemos, que ha sido prácticamente todos los días, de algún modo terminamos en su apartamento o en el mío sin ropa y gimiendo mucho. Parecemos un par de adolescentes hormonados que no pueden mantener las manos quietas.

Pasé de tener miedo del sexo, a querer hacerlo todo el tiempo, como si mi cuerpo quisiera recuperar todas esas experiencias y momentos que me perdí. Y hay algo más que lo físico, cuando Jeremy y yo estamos así, unidos o después de hacerlo, yo me siento tan cerca de él y conversamos tanto. Es muy diferente a lo que conocía.

—Me gusta la idea del cine.

— ¿Incluida la metida de mano? —cuestiona sin verme, pero sonriendo.

—Incluso la metida de mano.

— ¡Mujer! Definitivamente eres mi esposa soñada.

***

Río mientras entramos a tropezones en mi apartamento. Los labios de Jeremy están en mi cuello mientras sus manos están deshaciéndose de los botones de mi camisa. Yo misma me encarga de desabrochar mi pantalón y casi caigo mientras intento sacarlo. Él ríe y deja de besarme para ayudarme. Quedo en bragas y hago el intento de quitarme la camisa para poder deshacerme del sujetador pero sostiene mis manos.

—No, creo que te ves caliente así, solo te falta...—Baja las copas de mi sujetador para dejar mis pechos a plena vista, sonríe—Sí, esta es la vista perfecta.

Ya, claro. Estoy en bragas, con mi camisa abierta y un sujetador mal puesto. Lo veo sacarse su camisa, desabrochar el botón de su pantalón, bajar la cremallera y luego me hace caminar de espaldas hasta dar con mi sofá.

Río, pero transformo mi risa en gemidos cuando captura uno de mis pezones en su boca. Me he dado cuenta que Jeremy es un hombre de besar mucho los pechos y estrujar mucho mi trasero, he aprendido poco a poco esas cosas de él en los últimos días.

Conquistando a Jeremy (BG.5 Libro #3.5)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن