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Llegando a la fiesta me doy cuenta que no hay en donde estacionarse, la verdad no pensé que fuera a venir tanta gente. La casa está que revienta de tantas personas, y todavía es temprano. Se ven en el jardín delantero, en el estacionamiento, en el balcón... tantas personas hace que la casa parezca pequeña.
Veo que hay un lugar libre y me apresuró a estacionarme, cuando me bajo, veo que se acercan un par de amigos de la universidad, camino hacia ellos y el primero en hablar es Zac.
-- ¡Definitivamente hoy se acaba el mundo!-- dice haciendo una expresión de asombro.
Que gafo es este tipo.
-- ¡Ey!-- saludo a todos.
-- Es en serio lo que te digo Axel, ¿Qué haces tan temprano en la fiesta?, nunca apareces a estas horas.-- Dice riéndose.
-- Lo que pasa, es que no conseguí a tu hermana para follarmela y tuve que venirme de una-- contesté sarcásticamente.
Todos empezamos a reírnos menos una chica, que hasta ahora, no había notado su presencia.
-- Está buena esa hermano, aunque para la próxima piensa algo mejor, acuérdate que soy hijo único.-- dice riéndose fuertemente.
-- Mira Axel, te presento a Rose.
Hasta que alguien se digna a hacerlo.
Veo que me esta observando detenidamente, como si quisiera descifrar que tipo de persona soy. Sus ojos son color café, no es muy linda la verdad, es un poco más baja que yo, de piel blanca, con el cabello castaño oscuro, este le llega por encima de los hombros con la puntas teñidas en amarillo, flaca. Lleva unos pantalones negros ajustados, unos botines negros y un suéter gris que deja al descubierto su abdomen plano. ¡Está demasiado buena!.
-- Axel-- le respondo secamente tendiéndole la mano en forma de saludo.
Ella la toma finge una sonrisa y luego se da media vuelta y se va.
-- ¿Pero que le pasa a ella?.-- digo cuando está lo suficientemente lejos.
Me doy cuenta que los muchachos me miran y responden al unísono.
-- Ella es así.
Sin tomarle importancia, caminamos hasta el patio trasero de la casa de mi mejor amigo.
--Se ha lúcido Alex con el arreglo-- miro a mi alrededor y veo que de lado derecho se encuentra el equipo de sonido con un dj mezclando, al lado de este a pocos metros se encuentra el bar que esta repleto de personas, un poco más a la izquierda está un piso lleno de sillones negros, sillas y mesas para que las personas tomen asiento mientras vayan llegando. Y en el centro del patio están las personas bailando y cantando lo más duro que pueden. Que bueno que la parte trasera de esta casa es puro piso porque sino todo sería un desastre.
Camino hasta una de las mesas y me siento con los muchachos, saco de mi bolsillo una caja de cigarrillos, tomo uno y lo enciendo. A lo lejos veo que mi mejor amigo. Se acerca y me saluda efusivamente.
-- ¡Hasta que al fin llegas!. Pensé que vendrías más tarde-- dijo sentándose a mi lado.-- una chica anda preguntado por ti.
-- ¿cuál chica?.-- respondí un poco intrigado, para luego echarle una calada a mi cigarrillo.
-- Una pelo negro que esta muy buena hermano.-- dijo haciendo una mueca de deseo.
Empecé a reírme al verlo hacer eso, definitivamente que Alex estaba loco. A lo mejor por eso es que no las llevábamos tan bien, además de que somos completamente diferentes. Él es el tipo galán, extrovertido, chistoso, tiene dos o tres tatuajes cuando mucho, ojos café, alto, cabello castaño oscuro, y en buena forma. Todas las chicas se derriten por él al verlo, además de que tiene muy buena forma de controlar a las mujeres, no se que les dice pero todas caen tarde o temprano. En cambio yo soy completamente distinto, en forma de ser y pensar, físicamente somos un poco parecidos sólo que yo tengo el cabello negro, y los ojos color café claro, además de que estoy más tatuado y tengo un piercing en el labio. Pero en la forma de actuar somos distintos, yo soy más callado y observador, no confío casi en nadie. Del grupo de la universidad el único que sabe mi vida al derecho y revés es él, del resto me valen verga todos. Cuando me gusta una chica no voy y le empiezo a hablar de ridiculeces ni nada, normalmente siempre las observó hasta que sé, que es el momento de llegar y decirle lo que quiero.
La verdad soy muy sincero no me gusta andar con rodeos. Conmigo o te digo la verdad o no te digo nada.
-- ¡Hermano ahí esta la chica!.-- dice rápidamente sacándome de mis pensamientos. Cuando logro localizar, me doy cuenta que es la misma de esta tarde.
-- ¡Mierda y recontra mierda!-- digo en voz baja, hechandole otra calada de mi cigarrillo.
Ella se da cuenta que la vi y rápidamente comienza a caminar hacia mí.
-- Hola Axel.-- me saluda dándome un beso en la mejilla.
-- Hola.-- le respondo naturalmente, sin darle importancia alguna.

Será diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora