WHAT... THE F***?!

DIBUJO

[DARK STONY]

La inspiración de los artistas viene de distintas fuentes, unas son tan intensas que te hacen perder la razón si no las tienes a la mano, una como la que Steve Rogers sentía por su alumno. Tony Stark, uno de los mocosos más malditamente sexys que ha visto, un chico de clase media que daba todo a su imaginación, la prueba de ello estaba en su cuarto, rodeado de esos bocetos e ilustraciones tan bien detalladas del adolescente en sus mejores poses y delicadas curvas retorciéndose de placer.

-Mmmmm...- Gimió.

Ya no le bastaba con tener fotografías, porque si, a escondidas del joven y durante la clase le tomaba fotos con su celular. Ni le bastaba con sus dibujos de su joven e imprudente alumno, el cual aprovechaba sus encantos sexys para seducir a todo compañero o compañera que quisiera, más de una vez entre sus acechos al menor lo encontró besándose y dejándose toquetear por otros, si el chico era una zorra, pero sería SU ZORRA. Mezclando sus deseos insanos de desmembrar la piel y triturar al maldito o maldita que tocaba a su castaña obsesión, con la burla e ingenuidad de ambos mocosos con sus estúpidos toqueteos, sin duda Tony era una delicia pero nadie sabía probarlo como debía, y Steve se encargaría de degustarlo centímetro a centímetro de todo su cuerpo, dentro y fuera.

Sus fantasías se reflejaban en dibujos que el mismo hacía, cada uno en una posición sexual diferente con la que deseaba someter a Stark, colgados para auto satisfacerse como lo hacía en ese momento. Cuando su semen salpico en su mano un par de gotas cayeron a sus dibujos, verlas resbalar lentamente sobre la silueta sumisa del pequeño castaño le hizo darse cuenta de algo... Era momento de que su pene estuviera envuelto por las paredes anales de Tony Stark y no de su mano como siempre... oh si... cumpliría cada fantasía de cada dibujo en la habitación...

-¡NO ES JUSTO PROFESOR!-

Su delicioso pequeño estaba una vez más reclamando por la mala calificación que a propósito le puso, no es que Tony no tuviera talento en el arte, lo tenía al menos para un 8, pero Steve amaba hacerlo rabiar, al menos así estaría en los pensamientos del menor, y solo por joderlo le colocaba un 6, arruinando su perfecto historial de calificaciones de 10.

-No fue suficiente Tony...-

En sus manos tenía el dibujo de su mocoso, el retrato de una mujer a varios colores pastel, era linda a simple vista pero las sombras aun necesitaban más forma, y algunos colores no eran los mejores, pareciera que al momento en que su Tony estuviera recreando la obra las emociones lo invadieran de golpe, de un momento decisivo por dibujar a una gran nostalgia al colorear, ¿Qué le estaría pasando a su rollito de canela?

-¿Por qué nada de lo que hago es suficiente para usted?-

Reclamo el chico con un tono de voz quebradizo, arrebatando el dibujo de las manos del profesor y mirarlo con dolor.

-Sé que tienes las mejores calificaciones en materias como matemáticas y ciencia, pero...-

-¡ESAS SI SON MATERIAS DE VERDAD!-

Oh no, grave error, si algo quebraba el orgullo del rubio era cuestionar su materia, muchos pensaban que hacer arte era solo cuestión de trazos, su padre le reprocho siempre por no aprovechar su gran físico en una profesión de atletas y desperdiciarse en "estúpidas" sensibilidades como el arte y poesía.

-¡TIENES 5!-

Con un marcador rojo arrebato el dibujo nuevamente de las manos de Tony y dibujo un gran 5 en todo el papel, arruinando la obra.

-¡NOOOOOOOOOOOO!-

Ya no lo soportaba más, de todos sus profesores Steve Rogers era el peor de todos, jamás tuvo problemas de esa magnitud con los docentes, pero esta vez era demasiado. Él no era un chico de sensibilidad, era de aceite de motor, mecánica, engranes, químicos, formulas, etc. Pero por estúpidas leyes escolares tenía que cursar materias como la del Profesor Steve, harto de verle con esa estúpida sonrisa de satisfacción cuando lo casi reprobaba en la materia, esta vez quiso al menos esforzarse un poco más, no era Leonardo Da Vinci pero al menos haría el intento de complacer a su profesor, sin saber que este quería ser complacido de otra forma.