Capítulo 13: Zed.

44.8K 3K 1.2K
                                    




Capítulo dedicado Jors98 😘

Por unos segundos me quedo estático. No sé quién cojones nos ha chocado a propósito. Había decidido llevar a Clarisa a un pequeño restaurante en las afueras de la ciudad. No sé si estoy obsesionado con llevarla a lugares fuera de la ciudad o si en realidad es mi total falta de conocimiento de "citas" lo que me hace buscar estos lugares en internet y aventurarme a llevarla.

Un auto nos seguía, lo supe desde que entramos en carretera abierta y el mismo auto que venía detrás desde que salimos del campus continuaba su trayecto muy cerca de nosotros. No quise ponerme paranoico. Sé de sobra que los negocios con Donaldo son peligrosos. Que no haya vuelto a pasar nada desde que me mostraron lo mal que pueden terminar las cosas no significa que ahora nos movamos en un mar de paz. Siempre he creído que los autos que robamos y luego entregamos a otras personas pueden ser motivo suficiente para que te lancen una bala en la cabeza. Me he sentido seguro en todas las entregas porque jamás bajo del auto, siempre espero dentro y eso me da cierta ventaja, casi nadie conoce mi rostro, así que decidí pensar que era una enorme coincidencia que el puto auto estuviera detrás de nosotros todo el jodido tiempo.

He derrapado y prácticamente salido de la carretera al percatarme de que íbamos a tener un accidente. Mi estupidez alcanzó su grado mayor al creer que quizás el otro auto había perdido el control involuntariamente y luego... nos impactaron. Mi pecho pegó contra el volante y Clarisa ha detenido su cuerpo poniendo sus manos sobre la guantera. Ambos nos miramos, nunca había estado tan asustado. Si estuviera solo tal vez mi cerebro lograría pensar con claridad. No con ella a mi lado, en peligro. ¡Maldita sea!

El sonido de un balazo traspasando el vidrio de una de las puertas traseras me alarma de inmediato. Tengo un arma en la guantera y antes de detenerme a pensar si han lastimado a Clarisa o incluso a mí, me muevo más rápido que la misma bala, estiro mi brazo hasta la guantera y saco mi arma. Apunto directo a los dueños del auto que están a unos cuantos metros riéndose como si esto se tratara de un jodido chiste.

En cuanto ven el arma en mis manos arrancan a toda velocidad, lanzo el arma hacia atrás, me quito el cinturón de seguridad, también el de Clarisa y la toco por todos lados, no con segundas intenciones, si tiene una sola herida seguiré al auto y los mataré. No me impide revisarla, No se mueve, le hablo, pero tampoco responde. ¡Mierda! Está en shock.

—Clari, ¿estás bien? —Nada—. Nena háblame, ¿te duele algo? —No tiene sangre por ningún lado y mientras continúe callada de esa forma no puedo descartar nada.

Salgo del auto y corro a su lado, la atraigo hacia mí y continúa sin hacer ningún movimiento. ¡Qué cojones ha sido eso! Poco a poco sus manos presionan mis brazos y eso me da cierta paz, está reaccionando. Pronto suelta un gemido que, aunque quisiera decir es de excitación, es de miedo. La abrazo con más fuerza y llora al fin.

Mientras acaricio su espalda intentando contenerla, mi cabeza es una máquina reproduciendo la escena una y otra vez, grabándose los rostros de las personas que iban en el otro auto. He alcanzado a ver los primeros números de la placa. No reconocí a ninguno, esto no puede ser cierto. Apenas y he recuperado a la mujer que amo y los jodidos problemas no nos quieren dar tregua. Por supuesto el primer nombre que aparece en mi mente es el de Donaldo, no porque crea que él ha hecho esto, sino porque tiene enemigos y quizás he subestimado demasiado su poderío. Sacudo un poco mi cabeza y me concentro en lo único importante en este momento.

—¿Estás bien copito? —Necesito escuchar que es así.

—¿Tú estás bien? —Apenas y puede hablar.

—Sí, ¿te duele algo?

—No, no. ¿Qué fue eso? ¿Quiénes eran esas personas? ¡Tienes un arma! —Sus ojos amarillentos me miran atenta. No puedo explicarle nada, no sé qué acaba de pasar, tampoco quiénes son esas personas y mucho menos puedo decirle los motivos de la existencia de la pistola. ¡Mierda!

RETANDO AL OLVIDO (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora