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Septiembre, 9

Martes

9:30 am

La noche anterior llamé a Jaxx y puedo apostar toda mi colección de discos de vinilo a que llené la contestadora pidiendo que me llame. No me despedí de mis tíos lo que hace que me sienta bastante triste porque Dios sabe hasta cuándo podré verlos de nuevo.

Y también está ese asunto con Paris, ese que me odia, que me detesta porque la cara de mono de mi hermano es... Bueno, mi hermano. No me habla, solo entra a la habitación para bañarse, cambiarse, da unas vueltas por el campus y regresa solo a dormir.

Aún no entiendo mucho de la dinámica del horario, aparentemente tengo clases que son rotativas, es un estrago pero por Reegan sé que hoy tendré mi primera clase de baile porque la loca de Wilbur quiere ver al mundo arder. Música y Danza se unirán de vez en cuando, recuerdo lo que dijo al principio. No me emociona la idea pero tendré a Reegan y tal vez Paris (lo que puede ser bueno porque si me va a matar, habrá testigos).

Tomo mi teléfono y audífonos y salgo de la habitación con el camino de la cafetería en mi mente. Luego de unos cinco minutos, casi a trote, llego al edifcio, encontrándome con Rajiv.

—Buenos dias, ¿Sabes si Jaxx lleva esta clase? No he sabido nada de él desde la noche de padre.

—ESi, salió a cenar, luego de la reunión con la muñequita rusa y Jaxx viejo —dice, bastante distraído por su telefono Está tan distraído que no mira como mis hombros se dejan caer—. No te desanimes. Ivanka le cae bastante bien a Jaxx viejo, es amigo de la familia.

Escucho, cruzando mis brazos y asiento. Quiero cambiar el tema, imaginarme a la familia feliz no me ayuda a que mi mañana mejore.

—Traes a Inna algo loca, ¿sabías? —cambio de tema.

—No es nada nuevo, en realidad. Estuvimos juntos hace mucho pero rompí con ella y no parece que me vaya a olvidar pronto —estoy a punto de hacer preguntas pero Rajiv se adelanta—. Inna es mucho para mi. Me gustaría que fuera más despreocupada, suelta, tal vez perversa, y que demuestre que puede divertirse. No soy como ella, Cam. Su madre espera que salga con algo mejor que un patético intento de estrella de rock.

—Si no te gusta, ¿por qué mentirle que saldrías con ella? Se que fue por una broma pero es grosero utilizar a alguien para un beneficio propio.

El descaro de decir estas palabras.

—Bien, error mio, lo admito —reconoce. Me aproveché del hecho que le gusto. Para mi siempre serán las bromas antes que las chicas. Es una tradición mía, es mi forma de ver, pensar y actuar.

No puedo evitar relacionar esa manera de pensar con la de Kaidan, de verdad que no.

Entramos juntos. Me llama bastante la atención los graffitis afuera del estudio que dicen "Bienvenidos" y varios dibujos de la vieja escuela. Rajiv saluda a unas cuantas personas mientras jala la puerta para que pueda entrar y cuando lo hago, de verdad me planto la idea, la posibilidad de cambiar mi orientacion solo para estar aquí todo el tiempo.

Las paredes están cubiertas de espejos aunque se puede ver detrás de ellos que fueron hechas por ladrillos dando una sensación de estar en uno de esos viejos estudios de Nueva York. El techo es de vidrio aunque tiene una capa de proteccion solar de manera que los estudiantes no suframos quemaduras pero igualmente disfrutemos de la luz solar.

Maravillada, bajo mi mirada de arriba para ver a una ocupada Reegan, bailando con tres compañeros más. Dan un montón de volteretas y saltos, haciendo que quiera vomitar por la posibilidad de que quieran que haga todo esto. Decido caminar hasta la pared de mi izquierda. Tiro mi mochila y me siento, sacando mi teléfono para llamar al menos una última vez al arrogante más grande de Berkley, Kaidan.

Corro la mala suerte de que me lleve a la contestadora así que me quiebro. Esto de ser dulce, paciente y adorable, paz y amor no va conmigo.

—¡Espero que la razón por la que no me contestes sea porque te cortaron las manos, Kaidan Jaxx!

Cuelgo inmediatamente y pongo el teléfono en mi regazo, llevando mi mano hasta mi frente. Brunno se pone enfrente de mí, divertido, con sus manos dentro de los bolsillos delanteros de su uniforme. Saca su mano izquierda y me la ofrece para ayudarme a levantarme.

—Hola, Rouseff —suspiro.

—Te veo frustrada, Camille. Si es por Kaidan, debo contarte que debes estar preparada para el odio de Ivanka, porque Kaidan la mandó al demonio por ti.

—Genial pero, ¿por qué me ignora?

—No sabe qué hacer. No es una situación con la que esté familiarizado, esto de mandar a una chica al demonio porque siente cosas por otra, definitivamente no. Además, Kaidan se juró no volver a meterse en cosas del amor por todo lo que sucedió con Ivanka. No puedo darte muchos detalles pero... fue muy complicado.

Lo abrazo, en agradecimiento por decirme todo esto.

—Gracias por hacermelo saber pero, ¿tú qué diablos haces aquí? Tu cuentas números, no bailas.

—Se me da bastante bien la samba, de hecho —responde, viendo el techo—. Vine a acompañar a Reegan, debo irme porque tengo clase. Me va bastante bien, por cierto, no es una tortura como pensé que sería pero creo que Inna no esta disfrutando tanto sus clases como lo haría yo —mira su reloj y asiente—. Debo irme. ¿Te parece ir conmigo y Reegan al paintball después de clases?

Alzo mis cejas.

—¿Tenemos paintball? —pregunto y asiente—. ¿Por qué demonios no lo sabía?

Se aleja, riéndose y yo me dirijo a una muy grande multitud que se reúne enfrente del que parece ser nuestro coreógrafo, entrenador, etcétera.

Da un discurso aburrido y largo sobre el por qué de combinar los cursos de danza y música, que somos muchos y por lo tanto hay que colaborar con el orden, que la primera práctica es bailar y cantar según lo que nos salga en un dado patético que parece almohada con géneros de cada lado.

No estoy segura de que haya una manera decente para bailar rock que no sea sacudiendo el cabello con los puños en el aire pero quiero que salga rock.

Lo tira el aire y cuando cae al suelo, todos los de danza y algunos de música, grita al ver que trabajaremos con Hip Hop. Mis ojos miran al techo y en silencio le reclamo a Dios sobre mi suerte y si el micrófono de la vida de verdad me funciona porque no parece escuchar las cosas que quiero que pasen.

Me gusta este género para bailarlo, no es que sea tan buena para ganar una competencia mundial, ni siquiera puedo bailar decentemente pero cantarlo, con todas esas palabras, y rapidez.

Reegan me toma del brazo y me jala hacia un grupo, los saludo a todos de manera distraída, con una sonrisa. Hasta que veo a Ivanka juntarse al grupo. Nos sonreímos como saludo pero no se si ella lo haga de manera genuina. Me dijeron que me preparara para su odio puesto que Kaidan la mando al diablo, es lo que haré.

Una maleta cae al centro de nuestro grupo. Volteamos a ver en dirección de donde vino para ver a Kaidan. Se incorpora en el grupo pero no me saluda.

¿Qué diablos le sucede?

—Necesitamos voluntarios para que sean los principales cantantes, al menos tres.

Christhian levanta su mano, luego Kaidan. Reegan vuelve a preguntar por voluntarios y entonces Ivanka levanta su mano.

—No se si lo haga bien pero ya que no hay más voluntarios.

Noto que Paris esta en nuestro grupo. Me da una mirada como si me dijera que lo intentara y entonces levanto la mano, arrepintiendome enseguida.

—Yo también podría hacerlo.

Paris se ríe mientras Reegan aplaude de la felicidad. Mi hermano y Kaidan lucen confundidos y lo entiendo, este género no es precisamente mi favorito pero no estaría mal intentarlo. 

Vinilo Vol. 1 : Mrs. and Mr. Pranks. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora