Capitulo dos. Incorregible.

1 0 0
                                    

Después de aquel fatídico día, en el que perdimos a once de nuestros compañeros, trabajábamos día y noche, día y noche tratando de extraer una muestra de un extraño pedazo que cristal que esos hombres nos entregaron. Un día, por fin conseguimos extraer una muestra vida de ese extraño cristal, el cual, tenía un tono bastante hipnotizante, casi parecía que cambiaba con solo verlo. A final, después de duro trabajo, logramos aislar el patógeno que se alojaba en las células de ese tejido cristalizado. No sabemos cómo llego hay, y como el gobierno lo consiguió, sigue siendo un misterio.

Para cuando había llegado el día de entregar el trabajo terminado, las personas para las que trabajábamos, nos pidieron probar el patógeno en un organismo vivo, pero no podíamos hacer eso. Entonces, a alguien se le ocurrió una brillante idea para probar el patógeno en un organismo humano sin dañar a ninguna persona. Y así, fue como nació el primer clon, hecho por la industria farmacéutica "López". Al principio, los clones solo eran utilizados para probar medicamentos, pero eventualmente, fueron usados como armas. Con el paso de los días, comenzaba a sentirme cada vez más sola, sentía que nadie entendía como esto me estaba consumiendo.

Hasta que un día, a él se le ocurrió la idea más tonta que pudo haber pensado. Sabía que no me gustaban los clones, porque creía que eran abominaciones hechas por el hombre. Pero él, me hizo ver otra cosa. Me hizo ver, que no eran abominaciones, que eran como niños, que necesitaban amor y cuidados, porque todos nacieron del amor de un hombre y una mujer por la humanidad. Estuve a punto de creer eso, hasta que el laboratorio en el que estábamos, exploto.

Yo desperté después de unos minutos, había fuego por todas partes, no lograba encontrarlo, no lo veía por ningún lado. Y después de caminar unos minutos a través de escombros, lo encontré, debajo de una biga, sangrando, intenté tranquilizarlo, pero más bien la que necesitaba tranquilizarse, era yo. Me veía ridícula llorando en un momento como ese, debía ser fuerte, pero como podría serlo, soy apenas una mujer de 19 años que ha pasado por mucho en el último año. Y cuando por fin creía que podría ser feliz, mi felicidad se me fue arrebatada. Por suerte logré despedirme de quien alguna vez pude ver como algo más que un compañero.

Es ridículo, porque antes de irse, me dijo esa estúpida frase de nuevo; los errores del ayer, son solo oportunidades del ahora para ser mejor persona. La neta si me callo gordo. Además, me dejo a cargo de alguien a quien por un momento pensé abandonar entre los escombros, pero no pude hacerlo, él la había hecho para mí, para que no me sintiera sola. Y a pesar de no ser una persona de verdad, yo la trato como si fuera de mi familia, porque ese fue el legado que él nos dejó. La familia.

GEN. E5I5Where stories live. Discover now