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Unas semanas más tarde, los gemelos estaban en casa durante el fin de semana para celebrar el cumpleaños número cuarenta de su madre. Los vecinos habían planeado una fiesta para ella, y aunque se suponía que fuera una sorpresa, Yuha era tan entrometía que sabía de la celebración desde semanas antes.

Taehyung y Hoseok estaban sentados en un sofá en la sala de estar del vecino, viendo como transcurría la fiesta. Cada uno tenía bebidas en sus manos, y se sentían increíblemente incómodos.

Hoseok tomó un largo sorbo y echó un vistazo hacia Taehyung. Su hermanito estaba enroscado como una pelota, sus piernas dobladas bajo su cuerpo, y la mirada fija e inexpresiva. De vez en cuando, uno de los amigos de la familia caería en picada sobre ellos, diciéndoles la agradable cosa que habían hecho al lograr ir. Como si aparecer en la fiesta de cumpleaños de su madre hubiera sido un sacrificio asombroso de su parte.

-Aburridísimo -masculló Taehyung, dejando su vaso en la mesa detrás de él. Hoseok sólo asintió y Taehyung se le acercó un poco más en el sillón, haciéndole tensarse-. ¿Cuánto más tenemos que quedarnos?

-Chicos, ¿no estarán pensando en escaparse ya? -Yuha se aproximó a ellos, sonriente, con una gran copa de vino en la mano. Hoseok no la había visto tan relajada en años-. Ni siquiera hemos cortado el pastel aún, y le prometí a Sunmi que la saludarían... -Miró expectante hacia Hoseok mientras hablaba y su hijo menor hizo una mala cara.

-¿Sunmi? -preguntó Taehyung-. ¿Te refieres a la de la escuela?

-Sí -dijo Yuha, con una sonrisa vacilante-. Te acuerdas de Sunmi, Hoseok. La llevaste a uno de esos bailes escolares. Recuerdo que conseguimos que usaras un traje.

Hoseok luchó contra las ganas de poner los ojos en blanco.

-Eso fue hace años, mamá. No sé si quiero...

-¡Oh! Aquí está -gritó Yuha, tomando a una sorprendida muchacha y tirando de ella para que se acercara-. Sunmi, justamente estábamos hablando de la vez que Hoseok te llevó a ese baile.

La mencionada se sonrojó y bajó la cabeza.

-Ah, él... um, probablemente no lo recuerde -dijo.

Hoseok podría haber matado a su madre, pero era su cumpleaños, así que sonrió a través de una mueca. No era culpa de la chica que su madre estuviese loca y, además, ella era bastante bonita. Pero, por supuesto, no se encontraba interesado.

-Toma asiento -alentó Yuha-. Taehyung, muévete, cariño.

Taehyung miró hacia arriba, a Yuha, con ojos confundidos, pero se alejó de Hoseok para que Sunmi pudiera sentarse entre ellos.

-Recuerdo el baile -dijo Hoseok, cuando ella se volteó a verlo-. ¿Cómo has... uhm...estado?

-Muy bien, ya casi he terminado con la escuela -contestó Sunmi, un rubor rosado todavía muy brillante en sus mejillas-. No ha sido lo mismo si ti. Sin ambos -añadió rápidamente.

-Dios, la escuela apestaba -dijo Hoseok, riendo-. De verdad. Cómo está... ¿cuál era su nombre? ¿Señora Bauer?

-Está muy gorda -Sunmi rió tontamente-. ¡Ah!, y bueno, tiene un bebé, pero nadie podría asegurarlo porque...

-Cierto, cierto -dijo Hoseok, sonriendo ampliamente. Echó un vistazo hacia Taehyung. Su hermano miraba fijamente el piso y jugaba con la pajilla de su bebida.

-De todas formas, muchas chicas siempre me preguntan cómo eres realmente, qué es lo que te gusta -dijo Sunmi- y yo estoy cómo: "¡no sé! Fue hace años que salí con él.

No le cuentes a mamá | HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora