—Estás mucho peor cuñadita — dijo con una sonrisa burlona y le di un golpe en el brazo sabiendo que él tenía toda la razón.

Llegamos a la playa donde nos esperaba unos pocos amigos y nuestros familiares.  Cuando llego el momento respire repetidas veces para calmarme porque mis nervios estaban a flor de piel y salimos del auto.  El lugar había quedado precioso y todos pusimos nuestro granito de arena para que así fuera.  Había sillas en filas en ambos lados blancas y en madera.  Estás estaban cubiertas desde el respaldar y amarradas con en un lazo atrás color violeta. La arena por donde tenía que caminar tenía pétalos de rosas color rosa oscuro y al frente estaba él al lado de un arco lleno de flores.  James tenía un traje negro con camisa blanca y cuando nuestros ojos se encontraron sentí como mi corazón saltó de la alegría.  No podía parar de sonreír hasta que Damián me entrego en su mano y por fin pude ver al hombre que amaba de cerca.

—Superaste mis pensamientos — dijo dándome un beso en la mejilla y mirándome como si no hubiera nadie más que yo.

El reverendo comenzó con el sermón que envolvía muchas palabras referentes al amor y yo estaba desconectada hace mucho rato.  Solo quería escuchar que nos declarará marido y mujer.

—Llegó el momento de que los novios digan sus votos — dijo el reverendo haciéndome sonrojar un poco porque nunca le había dicho todo lo que siento delante de tanta gente.  Le día el ramo que había estado todo esté tiempo en mi mano a mi hermana y tomé ambas manos de mi casi esposo.

—James mi cielo, mi vida, mi amor y mi todo.  Tú has sido el culpable de todas mis alegrías todo esté tiempo y quiero que así sea hasta que dejé de respirar.  Estoy tan agradecida de que me hubieras tirado aquél café en el aeropuerto porque sigo pensando que fuiste tú el culpable.  Te amo y siento que me falta el aire si tú no estás a mi lado.  No pido dinero, ni una vida de lujos, pero si pido y te prometo una vida llena de amor y felicidad juntos con nuestro bebé.  Te amo — dije haciéndolo reír en ocasiones y hasta sus ojos estaban brillosos de la emoción que me imagino que sentía.  No tarde mucho en ponerle el anillo con manos temblorosas y él sonrió cuando al fin lo logré.

—Voy aceptar la culpa sobre el café solo porque te amo y me dio la dicha de conocerte. Hermosa, yo te prometo que no importa cuánto tiempo pasé yo estaré contigo en las buenas y en las malas apoyándote a ti y a todos nuestros hijos.  Tú eres mi vida y quiero llenarte de completamente de felicidad.  Yo quiero todo mi futuro contigo y voy a estar toda mi vida tratando de hacerte feliz a pesar de que muchas veces nos enfadaremos te seguiré amando.  Porque de eso se trata el amor de amar a tu pareja no importando las adversidades.  Te amare por siempre, Claire — dijo colocando el anillo y sin darle tiempo al reverendo que nos declarará marido y mujer nos fundimos en un largo, pero apasionado beso mientras escuchábamos de fondo todos los aplausos.

No supe cuanto tiempo estuvimos besándonos, yo solo sé que mis manos temblaban alrededor de su cuello.  Todos los invitados nos felicitaron para luego irnos a celebrar nuestro enlace en esta misma playa en una enorme carpa en forma de pentágono especialmente decorada para nosotros.  Bailamos, brindamos y disfrutamos intensamente nuestra boda para luego irnos de luna de miel a Grecia. 

Ése lugar era de ensueño y más todos los lugares que visitamos.  Cada vez que queríamos nos dedicábamos a hacer el amor y mimarnos todo el día o la noche.  James cada vez me hacía sentir más especial y estaba muy al pendiente de mis antojos y hasta un poco molestoso se había vuelto.

Cinco Meses después

James

No podía dejar de mirarla, era tan hermosa.  Tenía unos ojitos azules, su nariz pequeñita, su cabello castaño y la piel era blanca y tan suave que no podía creer que esta preciosura era parte de mí.

—Estoy tan orgulloso de ti — dije dándole un beso en los labios a mi esposa que sostenía a nuestra hija en sus manos.  Hace unas horas mientras salíamos para visitar al hijo de Susana y Claire se puso de parto casi quedándose con el hospital de los gritos que lanzó.

—Es hermosa no puedo dejar de mirarla sin sentirme tan emocionada — dijo tocando su pequeña nariz a lo que ella hizo un sonidito curioso.

—Yo tampoco.  Gracias por hacerme tan feliz y más ahora por haberme dado una hija.  Alba será la luz de mis ojos al igual que tú — dije acariciando su cabello algo revoltoso.

—Te amo — susurro dándome un suave beso en los labios y a la vez acariciaba mi rostro.

—Más te amo yo a ti y será por siempre — dije sintiendo como brotaba tanta felicidad de mi ser.

Luego llegaron los demás para felicitarnos y traerle regalos a nuestra pequeña.  La vida nos sonreía a cada uno de nosotros de la mejor manera.  Estábamos felices y dispuestos a seguir luchando para que así siguiera siendo.  Me sentía tan feliz de tener una mujer como Claire a mi  lado y que me llenaba de todas las maneras posibles que no pensaba solamente más que hacerla feliz.  Su corazón era mío y estaba muy seguro de eso por la manera en que me miraba, acariciaba y cuando hacíamos el amor me lo dejaba saber. 

— ¿En qué piensas? — pregunto Claire dándole el pecho a nuestra hija después que todos se fueran.

—En que no puedo imaginar mi vida sin ustedes — dije para luego besarla con todo el amor que sentía por ella.

 

 

Llegaré a tu corazónKde žijí příběhy. Začni objevovat