Curly blond hair.

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Nota: Hola!! Quiero decirles que me gustó mucho esta idea, así que voy a hacer dos versiones de esto: una de comedia, y otra smutt.
1
Auror!Harry
Comedia.
Palabras:156
-¡Potter! - un hombre rubio y alto, vestido con una túnica azul eléctrico de seda entró como un vendaval a la oficina de Jefe de Auror, exigiendo la presencia del susodicho,  tirando un girascopio que estaba en la entrada.
- ¿en qué puedo ayudarle?- preguntó esxtrañado. Sí, mucha gente entraba así por esos días, pero por lo general, Harry los conocía.
- No te hagas el tonto, Potter. Firma los papeles hoy, o mañana te arrepentirás- le tiró un largo pergamino en el abarrotado escritorio, sus rulos se agitarón con él cuando se dio la vuelta-. Es increíble que haya tenido que venir en persona, ¡Por Merlín! ¿Cómo llegaste a ser Jefe de Aurores, Cara Rajada?
El ruloso hombre salió ondeando la túnica tras de sí, y Harry se quedó estupefacto en su oficina. Sólo una persona le seguía llamando Cara Rajada, y sólo por cartas.
- ¿Malfoy?- preguntó en la soledad de su oficina. Su girascopio giró como única respuesta, roto en el suelo por dónde Malfoy había salido.

Octavo año.
Smutty o smutt
Palabras: 2496

Harry llegó a Hogwarts con muchos fantasmas tras de sí, pero, decidido a que no se adelantaran a él, ignoró las miradas y comentarios de los alumnos que veían por primera vez a los thestrals, y se subió al primer carruaje vacío que encontró. Unos minutos después, Ron, Hermione y Luna lo siguieron.
- este años va a ser fantástico- comentó Harry con ligereza.
- eso espero- respondió Hermione.
- sip. Sólo hay que preocuparse por ser súper populares y los exámenes- dijo Ron, echándose en el asiento con arrogancia.
- Espero que haya torta de calabaza en el banquete- expresó la rubia. Los demás asintieron, acostumbrados a sus interrupciones.
Ya en el Gran Banquete, Harry se concentró en aplaudir y celebrar, tanto a McGonagall cuando dio el discurso, como a los nuevos integrantes de su casa. Se quedó en silencio y borró su sonrisa cuando nombraron a los alumnos muertos o desaparecidos en la guerra.
Miró a la mesa de Slytherin cuando nombraron a Crabbe, pero no encontró por ningún lado a su rubio engominado. En cambio, Zabini y Parkinson le devolvieron la mirada, con los ojos cansados y sin rastro de burla. El león quitó la mirada, incómodo.
Más tarde, cuando los llevaron a sus nuevos dormitorios, se dio cuenta del chico rubio y ruloso, que parecía querer esconderse, pero resaltaba por su altura. Su cara era angosta, con una mandíbula y pómulos bien marcados, ojos grises, una nariz rota que debía haber sido respingona y un peinado futurista, con ambos lados de la cabeza rapados, mostrando más cicatrices, y la parte superior con rulos desordenadamente definidos. Su cuerpo era estilizado, pero la elegancia se perdía en el paso desconfiado y la delgadez que debió haber sido extrema, pero que ahora rayaba en lo sano. Y una cicatriz fina y rosada desde su pómulo derecho, que seguía bajo su corbada verde y gris.
Dejó de mirar al otro chico, cuando se acercó a Flitwick, y este le dijo su habitación. Harry hizo lo mismo.
- la 4, Potter. Con Malfoy- el profesor le lanzó una mirada de advertencia, y Harry se tragó su mueca-. Revisa que sea tu baúl, si no, busca al dueño e intercambialo.
El morocho fue a la habitación indicada, frente al baño, y abrió la puerta. Se encontró  con el mismo chico ruloso.
- ¿Malfoy?- preguntó incrédulo- ¿Eres tú?
- No, Potter, soy un escorbuto de cola explosiva. Sorpresa- contestó sarcástico el otro, sin mirarlo- ¿Esperabas que fuera una broma y estar con Weasley? Que pe-
Malfoy se dio la vuelta, y su mirada reflejó profunda sorpresa, sus ojos se pasaron por todo el cuerpo del morocho. Harry sonrió con soberbia y se cruzó de brazos, apoyó su cuerpo en la puerta.
- ¿Te gusta lo que vez, Malfoy?- preguntó cuando el rubio no quitó los ojos de su pecho. Había pasado el verano entrenando para distraerse, y sabía que su cuerpo había ganado mucho músculo. También había decidido hacerse el hechizo ocular, así que ya no necesitaba sus anteojos. Ya no era un chico escuálido de lentes, sino un hombre fuerte.
- te hace falta una depilación de cejas y un corte de pelo, pero no está mal- dijo en tono mordaz, volviendo a su tarea de ordenar sus cosas en la cama izquierda.
Harry soltó una pequeña risa, y entró al cuarto, cerrando tras de sí. Se fijó en la habitación; una mesa de noche y dos camas sin dosel, un pequeño armario que ya estaba ocupado, y un perchero a cada lado de la puerta. Sus baules a los pies de cada cama.
Se quitó el uniforme, quedando sólo con jeans y zapatos, los que arrojó bajo su cama. Se acercó a su baúl a sacar una polera. Escuchó una respiración fuerte, y por el rabillo del ojo vio a Malfoy observarlo.
- si quieres, pregunta- dijo, plantandose donde estaba. Una cama los separaba.
- ¿Qué te pasó?- preguntó el rubio.
- Esta fueron las escamas de un dragón- señaló unas cicatrices pequeñas e irregulares que resaltaban en su piel morena-. Esto, el avada de Voldemort- señalando una en forma de rayo en la mitad de su pecho-. Y las demás, mas que todo son de duelos. Y las de las muñecas de cuando los carroñeros nos atraparon.
Malfoy miró con detenimiento la cicatriz del medio, y apartó la mirada.
- ¿y esa?- preguntó Harry, con genuina curiosidad, señalando su propio pómulo.
- Bellatrix- dijo, quitándose la túnica y la corbata, quedando con la camisa.
- ¿hasta dónde...
- un poco más abajo de la cadera- respondió sonrojándose un poco más.
Harry omitió comentarios, y se puso una playera.

Drarry One ShotsWhere stories live. Discover now