Capítulo 3

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Capítulo 3

       Albert Parker jamás pensó que su vida cambiaría a 180° de la noche a la mañana. Mucho menos que en sus manos se encontraría, de pronto, dos vidas inocentes que él debía proteger. Sin que Selena Gallager se diera cuenta quién era él realmente, cuando la vida finalmente le había sonreído. Había tenido que pedir un permiso debido a una lesión que había tenido en su rodilla derecha, en uno de los últimos operativos que había tenido. Le habían dado 21 días de reposo para que la inflamación bajara un poco. Y aunque tan solo había cumplido los primeros quince días, después había decidido saber de ella. De aquella mujer que él había salvado, sin ninguno de los dos conocerse. Aunque en esos días él ya había cometido un error que la había vuelto a poner en peligro. Lo único que la mantenía a salvo era que nadie sabía de ella y sobre su paradero. Mucho menos sobre la pequeña Nicole, que ella cuidaba como si fuese su hija.



     Él era consciente que ella había elegido a San Francisco como su nuevo hogar desde que había aceptado aquel trabajo de maestra. Pero ahora debía saber más sobre ella y si se encontraba segura en aquel lugar. Fingir quien era en esos días que se encontraría en aquella ciudad no le haría nada a nadie. Al menos, ya había tenido su primer acercamiento.



     Entró en aquella casa que había rentado, aunque posiblemente tendría que dividirse entre Los Ángeles y San Francisco. Pero esa idea no le angustiaba. Él sabía que debía cumplir su promesa de proteger a Nicole y a aquella mujer que había arriesgado su vida para salvarle.



     Amaba encontrarse en aquel lugar.



      Simplemente volvía a sentir que volvía a ser él mismo.



     Se acostó en el sofá que se encontraba en la sala principal y se recordó todo aquello que amaba y detestaba desde niño. Y una de esas, era leer, aunque curiosamente, un día, cuando menos lo pensaba, después de entregar una composición se había percatado que era bueno escribiendo.



     Era muy extraño haberse convertido en lo que era, cuando una vez pensó que se convertiría en escritor. Cerró los ojos y el tiempo le hizo volar a aquel pasado.



     Abrió los ojos y miró al techo.



— Bien... ¿qué se te ha metido en la cabeza, Parker?—expresó al sobarse su rodilla derecha. Sentía una vez más aquella molestia que le había ganado un reposo. Sin embargo, él se había levantado de la cama antes de tiempo—. No es momento para que te recuerdes que debería estar en cama en Los Ángeles y no aquí... Tengo cosas que hacer. Y no hay tiempo para perder.



    Lejos de allí, Selena se encargaba, una vez más, de estar con la pequeña Nicole y ayudarle hacer las tareas. A veces se quedaba observándola, detallándola un poco y agradeciendo al cielo haberla podido salvar de aquel incendio. Aunque siempre, después de ese pensamiento, venía aquel recuerdo de ese alguien sin rostro, que le había ayudado a salir ilesa, antes de perder el conocimiento. ¿Quién había sido? ¿Por qué nunca se había acercado de nuevo a ella?



— Mamá, te has quedado de nuevo pensativa. ¿Pasa algo?

— ¿Ah?... No... No...

— ¿Segura?—le miró con extrañeza.

—Sólo estaba pensando en lo bonito que te está quedando tu dibujo.

—Somos tú y yo...



     Acarició el rostro de Nicole y la dejó terminar de dibujar. Colocó un poco de música clásica y decidió que era momento de tomar una ducha. Necesitaba relajarme un poco.



     Se quitó la ropa y me metió bajo la ducha. Era relajarte sentir cada gota de agua fría recorrer su rostro y su cuerpo. Y la paz que sentía, aunque era una mentira, volvía a ella. Era consciente que el día que tanto temía, algún día llegaría. Nicole crecería y querría saber más sobre su padre. Y ya las evasivas y las excusas no le servirían de nada. Y tendría que confesarle la verdad de que ella no era su verdadera madre y que le había ocultado para protegerla. Había guardado aquella nota que le habían dejado en el hospital, al igual que los titulares sobre lo ocurrido aquella noche que un incendio provocado había sido una excusa para matar a sus padres. Y ella se había encontrado allí, y por ello, la había salvado a tiempo.



     Salió del baño y se dispuso a preparar las clases que daría al día siguiente. La partitura siempre que los niños se aprendían una, buscaba enseñarle otra.



— Mami...—le dijo Nicole al tocar a su puerta.

— Pasa princesa...

— Mami, ya terminé... ¿Puedo ver televisión?

— Déjame ver...— dijo al verla con el cuaderno en sus manos—. Muy bien...

— ¿Sí?

— Sí...— besó su mejilla y la acompañó a su habitación. Donde le colocó discovery kids—. Sólo un momento...



    La idea de que quisiera saber sobre su padre y no pudiera evitarlo más le sobreponía, porque sobre todas las cosas, quería protegerla de la verdad. Quería defenderla y no porque temiese por su vida, sino por la de la pequeña Nicole.



    Todo ese tiempo había procurado mantener una vida aislada a su pasado. Había decidido tener una vida llenas de secretos para mantenerse a salvo. Y con ello, había reguardado a su corazón. Enamorarse de alguien era algo que estaba a años luz dentro de su cabeza y nadie podía acusarle por ello, al menos si supiese la verdad. Era consciente que para muchos en el trabajo era alguien extraña o solitaria, por no decir huraña. Sólo se daba con los niños, ellos lograban sacarle una sonrisa y dejar su seriedad a un lado. Pero con los adultos era todo tan diferente. Era aquella "Selena Gallager" que había creado en sí misma.



     Apática, seca, directa y distante.



     A la mañana siguiente, volvió a dejar a Nicole en el Kinder Garden, después de besar su frente. Y no se alejó, hasta verla junto a su maestra, después de que ella se girara y se despidiera.



     La vida le había enseñado que con cada golpe y cada caída, valía la pena ponerse de pie y levantarse. Y Nicole era una de esas maravillosas razones de por qué seguir adelante.

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Me encuentro editando lo que escribí en el 2017, por lo que si ven algún otro detalle que haya pasado por alto, por favor haganmelo saber. Gracias...

La Razón Para Continuar (4to libro-Serie "Un Cambio Inesperado")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora